Mujeres rurales

Mujeres de Montevideo Rural se reunieron para celebrar su día

El pasado 25 de octubre, las mujeres de las zonas rurales del departamento capitalino, tuvieron su festejo, y compartieron un taller sobre salud.

Rosana Carrasco es una mujer rural que vive en Cuchilla de Pereira, en la zona del Municipio G de Montevideo, integra la Comisión de Fomento Rural “Miguelete y Mendoza”. Además forma parte del Grupo de Mujeres Rurales de la Tierra “Murutí”.

Vive con su esposo y dos hijos: un adolescente de 16 y otro de 12 años, que va a la escuela de la zona de Cuchilla de Pereira, que es semiurbana, pero tiene las características de escuela rural.

Rosana cuenta que tiene el proyecto de hacer de su casa un espacio de turismo rural que puedan visitar otras personas, sobre todo de la ciudad: “que puedan interactuar en un día de campo con nosotros”.

Debido a un tema de salud, nos cuenta que debió dejar de realizar las actividades productivas, y eso le llevó a tomar la decisión de abocarse 100% al proyecto turístico en proceso. Parte del proyecto, relata, es “un salón que lo estamos reacomodando, que no deja de ser un galpón más acondicionado para pasar un buen momento”. Se llama “Doña Aída”.

 

Celebrando su día

En ese salón, -nos cuenta-, “nos reunimos por la fomento, las Murutí y acá hicimos el festejo del día de la Mujer Rural”. Ese día las acompañó la referente de DGDR, y participaron representantes de los municipios G y D.

En la jornada participaron más de 20 mujeres rurales, entre las del grupo y otras de la zona. Tuvieron un taller sobre cáncer de mama, a cargo de la Comisión Honoraria de la Lucha contra el Cáncer. “Estuvo muy interesante y conocimos información nueva que no teníamos, o no llegamos a ella, o teníamos información que no era tan actualizada”, cuenta.

Afirma que “es bueno que se puedan hacer estas celebraciones, se extrañó el año pasado… Es el momento para que las mujeres nos encontramos, es tener nuestro espacio para plantearnos qué queremos hacer, qué charla queremos profundizar… como el otro día, que luego del taller quedamos conversando esas cosas que nos movilizaron”.

 

Un día en la vida de esta mujer rural

Rosana cuenta cómo es su día a día. Se levanta en el entorno de las 6 de la mañana, prepara el desayuno a los hijos que se van a estudiar, y luego comienzan las tareas en el predio: “Me pongo a regar temprano, porque tenemos unos árboles que estamos trasplantando, me dedico mucho a mis animales, tenemos animales… de granja, terneros, ovejas con corderitos, chivas con chivitos, aves de corral… gallinas, guineas, pavos, gansos, hay caballos también… Paso todo el día con los bichos, aparte de las mascotas, perros, gatos, pajaritos, a los que trato siempre de ponerles comida en los árboles, y es un placer verlos cuando vienen de tardecita”.   

“Como mujer rural, me preocupa el medio ambiente, me preocupa la contaminación, cosas que a pesar que están muy en boga, siguen pasando”. Nos cuenta que integra otro grupo de mujeres rurales, y a través de Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), tienen contacto con otros grupos de mujeres de otras zonas del país. Saben por compañeras productoras “que en los campos de al lado, de acá cerca, y que debe estar pasando en todo el país, que se sigue fumigando”. “Me preocupa que no se respete lugares poblados, animales, personas; me preocupa que habiendo una ley al respecto de ese tema, no haya una fiscalización más de cerca”.

Su sueño es “poder trabajar del campo, trabajar con la gente, que la gente de la ciudad conozca cómo es una día de una familia que vive en la zona rural pero dentro de Montevideo, a pocos kilómetros del centro… Poder trabajar con las mujeres de Murutí y con otras mujeres... pensando que ese espacio de turismo rural también sirva para que otras compañeras mujeres rurales puedan exponer y vender sus productos…, que todas tengamos una vidriera para vender, cuando el turista venga”.

Nos cuenta que con un proyecto de “Somos mujeres rurales 3ª edición” que promueve la DGDR/MGAP, hicieron un taller de telar y fieltro. Después, con CNFR, hicieron un taller de telar María, para mejorar el taller anterior con esa técnica de tejido.

“En estos días estamos por firmar un comodato para tener la sede, luego de muchísimos años de trabajar para esto, para tener nuestra fomento y dejar de ser nómadas, como hasta ahora”. Con apoyo que DGDR les brindó, en el Proyecto de Fortalecimiento Organizacional, que presentaron en el 2018 y finalizó en el mes de julio de este año, van a equipar la sede: “Vamos a reacomodar esa casa, que está abandonada hace años”, cuenta. Ellas mismas pondrán la mano de obra. En el comodato también participa OSE con instalación y suministro de agua.

El grupo Murutí, que forma parte de la Fomento, además está integrado por un grupo de jóvenes que se llama Pitanga. “Es un aire fresco”, dice Rosana. Este grupo tiene proyectos financiados por DGDR en la convocatoria “Somos de acá” y se propone plantar árboles frutales autóctonos.

 

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