Producción familiar

Productores familiares recibieron perros Maremma en el marco del llamado “Más tecnologías segunda edición”

Productores familiares de Maldonado, Treinta y Tres y Sarandí del Yí recibieron cachorros Maremma en el marco del Llamado “Más tecnologías segunda edición”. La entrega tuvo lugar en la Sociedad de Fomento Rural e Industrial de Maldonado, San Carlos, el pasado 19 de octubre. 
Perros Maremma

Se entregaron siete cachorros (4 hembras para Maldonado, un macho y una hembra para Treinta y Tres y otra para Sarandí del Yí), todos nacidos en el marco de este proyecto, que tiene como objetivo validar la cría de perros Maremma a nivel de productores familiares con ovinos.

Las gremiales involucradas (Sociedad Fomento de Treinta y Tres, Sociedad de Fomento Rural e Industrial de Maldonado, Cooperativa El Fogón de Sarandí del Yí y Sociedad Rural Colonia El Porvenir de Paysandú) proponen familias participantes para que colaboren junto al Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) en la generación de información relativa al manejo de esta tecnología y los aspectos ligados a su apropiación. A la vez sentarán las bases para la eventual generación de un sistema de cría a nivel comercial a futuro.

Los cachorros producidos durante esta experiencia de evaluación son parte de la estrategia de difusión del proyecto, por lo que son distribuidos entre productores seleccionados en el comité de seguimiento, junto a las organizaciones locales de referencia y avalados por la Mesa de Desarrollo Rural correspondiente.

Tecnología adaptada a los productores familiares

“Los perros Maremma funcionaron muy bien. El INIA fue quien empezó con este tema; después se hicieron convenios entre varias instituciones, entre ellas el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), para repartir cachorros. Se decidió, dada la altísima demanda, generar una validación a nivel de cuatro predios familiares, para criar perros Maremma, ubicados en diferentes partes del país”, cuenta Rafael Saavedra, técnico del SUL en la zona de Treinta y Tres.

Se definió que los cachorros que nacen durante el proyecto, son propiedad del proyecto y son entregados en conjunto con las instituciones de productores que apoyan a cada uno de los predios criadores. En este caso, la Sociedad Agropecuaria Industrial de Maldonado hizo entrega de los cachorros en conjunto con los integrantes del proyecto, a los productores que fueron elegidos en la región. El SUL participa como entidad de investigación.

“Los resultados ya se están viendo… hace pocas semanas estuvimos en una visita al criadero de Sarandí del Yí. Ellos no tenían perros Maremma; encerraban todas las noches la majada y desde que tienen los cachorros no la encierran más, porque de alguna manera están tranquilos de que los predadores no están actuando”, cuenta Saavedra.

Señala que esta es una tecnología más para proteger las majadas de los predadores, no la única, y que se adapta mucho a los productores medianos y chicos, y sobre todo que puedan hacer un cuidado y una tenencia responsable de esos perros. Preferentemente se busca que los productores vivan en el predio o que vayan varios días a la semana a ver cómo están los cachorros.

Cuando el proyecto finalice, en 2018, los cuatro predios criadores quedarán como criaderos de referencia a nivel del país. Hasta el momento y durante los primeros años del proyecto, las instituciones entregan gratis los cachorros para fomentar la tecnología, pero luego los cachorros se empezarán a vender.

“Estoy convencido que los perros hacen un buen trabajo”

Marcelo Hernández vive en San Carlos. Tiene campo en la Ruta 39, km. 28,500. “Yo hace tiempo estoy con los perros. Los dos primeros perros los conseguí a través del SUL. Estoy convencido que los perros hacen un buen trabajo; yo los recomiendo…”.

Recuerda su primera experiencia con los perros: “A mí me llevaron un cachorro, tenía tres meses, perro macho; hasta los ocho meses anduve bárbaro, mientras el perro estuvo solo, después llevaron una cachorra y… yo siempre recomiendo criar uno solo hasta que el perro esté maduro y después agregar otros perros. No apurarse a agregar perros porque da trabajo (…) Yo ahora los tengo sueltos a los dos y no tengo ningún problema, y las cachorras del proyecto las tengo aparte en otro potrero, con otras majadas”, dice.

Cuenta que ya están trabajando con las ovejas y no hay pérdidas por zorros ni por caranchos. Cuando finalice el proyecto, Marcelo piensa seguir trabajando: “El tema de esto es la colocación de los cachorros, porque si uno saca cachorros tiene que colocarlos; se verá cómo va marchando. Si no se venden los cachorros no habrá que echar tantas perras”. En su casa tiene cinco perras, tres del proyecto y dos que ya tenía. “Yo pienso que a medida que se vaya conociendo, la gente de a poquito va a ir implementando esta herramienta”, dice.

“A mí un día, a mediodía, los caranchos me mataron once corderos… Ese problema yo ya no lo estoy teniendo. El problema de los zorros tampoco. Antes tenía unas 90 ovejas, ahora tiene alrededor de 300. Comenta que antes de conectarse con el SUL, venía observando el tema en Internet: “En Italia, en España… en Europa no existe tener una oveja si no tenés perros. Primero tienen los perros y después las ovejas…”

Según el productor, los perros se tienen que criar con las ovejas, así, la conexión que tienen es otra: “estos perros no sólo te cuidan las ovejas; si hay vacas paridas, ellos andan en la vuelta también”. “El SUL y el Ministerio están ayudando mucho a los productores. Hay que animarse”, concluye el productor.

El sueño del pibe: seguir la labor en la cabaña

Franco Pérez tiene 12 años, es de la localidad de Mataojo, Pueblo Edén. Concurre al liceo 2 de San Carlos. Es el productor más joven que fue a levantar su cachorro en la Exposición. “Los que estamos al lado de Pueblo Edén sabemos que hay bastante problemas con los perros, de masacre de ovejas. Ahora casi no hay ataque de zorros porque tenemos eléctricos y se controla más, pero, para más control, decidimos adquirir un Maremma”, cuenta.

“Yo nací en el campo y me crié en el campo, y tengo decidida la labor que voy a hacer. Por ahora soy cabañero: tengo cabaña de Corrediale y pienso ser ingeniero agrónomo. Voy a hacer la escuela agraria, y voy a hacer La Carolina”. Piensa no despegarse del campo, dice que le gusta y que sólo va al pueblo a estudiar o a hacer “los surtidos”. Su sueño es “ser un hombre de campo, tener labores como ingeniero agrónomo y también seguir la labor de la cabaña, que se va a ampliar”.

“El beneficio ha sido total”

Roberto Tremesano es productor de Treinta y Tres, del Paraje Cerro Colorado. Nació en el campo y allí ha vivido toda la vida. Cuenta que este proyecto surgió hace siete años por medio del Ministerio de Ganadería en Treinta y Tres. Cuando él se presentó, abarcaba tres departamentos. En ese momento, accedió a una perra y cuenta que la experiencia fue muy buena, le dio muy buenos resultados: “Dicen que la duración de los perros es de seis o siete años, la mía ya está muy sobre el límite y por eso la idea de llevarme otra”. “El beneficio ha sido total, el tema de mortandad bajó a cero por ciento, no he tenido ningún problema”, cuenta.

Tremesano es criador de ovejas, tiene una cabaña de lanares: cría Merino Australiano y es muy conocido por participar en la mayoría de las exposiciones. Tiene muy buen vínculo con el resto de los productores y ha participado en la Mesa de Desarrollo Rural: “Se cosechan muchas experiencias, aprendizajes”, dice.

Su sueño es seguir trabajando en el campo.

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