Desarrollo rural

Proyecto de “Más tecnologías” permite a fruticultores de Canelones y Montevideo rural, predecir tamaño de la fruta e intervenir para mejorar y aumentar los rendimientos

Este miércoles 14 de noviembre se realiza una jornada de cierre del proyecto “Herramientas tecnológicas para mejorar la calidad y rendimiento de la producción frutícola familiar en el sur del país”, en el marco de la convocatoria “Más tecnologías para la producción familiar”, segunda edición.
Productores de Canelones del Proyecto Piloto de Inclusión Rural

Este es un proyecto llevado adelante por la Asociación de Fruticultores de Producción Integrada (AFRUPI), que contó con el apoyo del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y de Facultad de Agronomía, como entidades de investigación. La Dirección General de Desarrollo Rural acompañó durante el proceso de 18 meses de ejecución del proyecto.

Participaron 13 productores de Progreso, Sauce, Juanicó, El Colorado, Las Violetas, Toledo, Canelón Chico, y de la zona rural de Montevideo.

Natalia Zárate, ingeniera agrónoma de AFRUPI, cuenta que con el proyecto se buscaba “validar tecnologías que se están usando en fruticultura de precisión en Italia, tratar de incorporarlas o por lo menos validarlas en Uruguay, con nuestros productores familiares, para buscar un aumento de la producción”.

La herramienta consiste en un calibre, con el que se va midiendo la fruta durante toda la temporada y que permite predecir el tamaño de fruta-cosecha: “Nosotros vamos midiendo la fruta durante toda la temporada y podemos saber, con bastante anticipación, el tamaño que va a tener al final de cosecha”, dice la ingeniera agrónoma. “Particularmente medimos manzanas; si vemos que la manzana no va creciendo, podemos intervenir en tiempo real, o hacer un raleo más, o regar más, o ver temas nutricionales para poder llegar con un tamaño interesante para el mercado y que el productor pueda tener un pago diferencial por su fruta y aumentar los rendimientos”, agrega la técnica.

Además, en este proyecto se incorporó la medición de la humedad: “esto, para un productor familiar chico o mediano, se hace imposible, porque las herramientas para medir la humedad son muy caras y poco accesibles. Trajimos una tecnología que se usa en Chile y la incorporamos a los productores. Actualmente hay más de 20 productores que tienen este sistema de medición de humedad. Estamos tratando de validar esa tecnología, que sería muy accesible al productor, ya que tendría un costo de 20 dólares, en comparación con los más de 600 dólares que puede salir medir la humedad por hectárea”, dice Zárate.

Toda esta información se complementó con análisis de suelo, de fruta y de hoja, lo que arrojó una información muy detallada.

 

Los comienzos de la investigación participativa

La propuesta de empezar con un proyecto de esta naturaleza surgió hace dos años, cuando vino un técnico chileno, Antonio Yuri, que hablaba de la poca información que tenía el productor a nivel predial: “los productores no están acostumbrados a hacer análisis foliares, de suelo… El chileno planteaba que los productores no podían llegar a tener los rendimientos ideales porque no sabían bien qué estaban aplicando en el cultivo, ni cómo”, dice Zárate.

Por otro lado, AFRUPI tiene otro proyecto en marcha con Facultad de Agronomía, a través de CSIC, que trabaja en nutrición. Esto complementa la información y ofrece un panorama general sobre cómo está la fruticultura en el sur del país.

En el caso de “Más tecnologías”, los productores participaron de la investigación: “La idea fue hacer una investigación participativa donde trabajara el productor, que ayudó en la toma de muestras, en la instalación de los tensiómetros… El productor acompañó todo el proceso y también en la presentación de resultados, brindando su punto de vista”, señaló Zárate.

La ingeniera agrónoma explica que si bien no cuentan con el software disponible para que se siga utilizando la herramienta, “sirvió para saber que la fruticultura de precisión existe en otros países, que se utiliza y es una herramienta que puede ser de gran ayuda; habría que generar valores y datos a nivel nacional, lo que supondría una investigación de muchos años”.

Zárate evaluó la experiencia como positiva: “nosotros tuvimos una experiencia concreta de un productor que vio que la fruta no iba creciendo; él pudo decidir ralear más y obtuvo buenos resultados al final de cosecha, ya que pudo obtener una fruta de mayor calibre, que tiene mayor valor de mercado”. Si bien otros productores no tuvieron los mismos resultados, la ingeniera agrónoma sostiene que fue muy positivo que la experiencia se haya hecho y se hayan articulado tantas instituciones para hacerlo posible: “creo que marca una primera instancia que estaría bueno continuar”, agrega.

Los tensiómetros quedaron en los predios de los productores. AFRUPI tiene el instrumento para medir la humedad y la idea es continuar haciéndolo: “Creo que se van a generar resultados muy interesantes; la idea es seguir trabajando, mejorar la calidad de la fruta, los rendimientos y aumentar la cosecha y el ingreso potencial de los productores”, dice Zárate.

Gracias a este trabajo, quedaron a disposición de todos los productores, cartillas de difusión para extracción de muestras, de análisis de frutos, agua, suelo y foliares.

 

Más eficiencia, mayor tamaño de fruta, mejores precios…

“En AFRUPI siempre estamos en continuo avance en temas de tecnologías (…) siempre tratando de mejorar la producción, la calidad y la inocuidad de los productos”, afirma Erik Rolando, presidente de AFRUPI y productor familiar frutícola de Joanicó.

“La fruticultura está viviendo una situación de sobreoferta para el mercado interno y lo que apuntamos es a mejorar la calidad para poder exportar y tener volumen exportable. Asimismo tratamos de producir mejor calidad y productos lo más inocuo posible para el mercado interno, entonces, este proyecto de ‘Más tecnologías’ vino al pelo para adaptarnos a toda esta situación”, dice Rolando.

Erik produce manzanas y a través de esta tecnología aplicada, pudo tomar decisiones en el raleo, para poder calcular el tamaño de cosecha, lo que le permitió ser más eficiente: “A través de distintos métodos, en mi caso, me permitió ajustar el raleo para tener un mayor calibre en la cosecha, sin perder kilos”. El productor explica que “se analiza una curva de crecimiento mediante cálculos que van haciendo los técnicos, lo que permite, con la suficiente antelación, calcular el tamaño del fruto”. Por lo general, los productores ya tienen regulado los kilos que da una planta de manzana y depende del número de frutos, el tamaño de la fruta. Cuanto mayor tamaño, el precio de la fruta es mejor: “Una fruta de calibre chico, prácticamente no paga los costos de producción, entonces esto hace que el productor sea mucho más eficiente”, dice el productor.

Rolando aclara que si bien en el proyecto hay 13 productores participantes directos, esto se replica a todo el sector: “ya los estamos difundiendo a todos los productores que se quieran acercar… El miércoles, la charla es abierta y estos datos quedarán a disposición, tanto en Facultad, en INIA, en Desarrollo Rural y, para el productor que quiera acercarse, son de libre acceso”.

Para este proyecto, AFRUPI recibió un monto de 32.162 dólares.

La jornada de cierre y evaluación del proyecto, que tendrá lugar el miércoles 14 de noviembre, se realizará a las 17 horas en el predio de Nelson Ferrando, en ruta 5 Km. 30 y a partir de 18:30 se expondrán los avances del proyecto en el Club Social Progreso.

 

Otros apoyos de la DGDR

AFRUPI ha recibido otros apoyos de la DGDR: “si bien veníamos trabajando con apoyo del Ministerio, a través de los planes de negocio con DIGEGRA, lo que nos llevó a ordenarnos fueron los Proyectos de Fortalecimiento Institucional… Fue muy bueno y muy importante para la organización”, dice Rolando.

También han recibido apoyos en las convocatorias “Más valor” y “Somos producción familiar. Más Integrados”: “Nos ayudaron con la figura comercial e inclusive para la certificación… Fue bueno porque permitió crear una figura comercial, entrar en el RUPE, que ya está al salir, lo que nos permitiría comercializar al Estado, pero además es una figura comercial importante. Se hizo un llamado a todos los productores que quisieran integrarse y estamos esperando a que el Ministerio habilite la norma de producción integrada; en cuanto estén habilitadas las normas, ya podríamos certificar y salir al mercado con un producto certificado y una marca comercial”, concluye.

AFRUPI tiene unos 110 socios en la zona de Canelones, Montevideo y San José.

 

 

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