Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca

A Wendy, como joven rural, le preocupan varios temas. Con 17 años, está en la etapa de decidir qué estudiar o qué hacer con su vida: “me parece que la educación es algo que a todos los jóvenes rurales nos preocupa y nos ocupa porque la mayoría de los jóvenes sólo pueden acceder a educación primaria en una escuela rural y después, los que quieren hacer liceo o UTU tienen que irse a ciudades cercanas o, en algunos casos, a las capitales departamentales, y con las carreras terciarias es lo mismo, deben irse a las capitales departamentales o a Montevideo, dependiendo de la carrera, y eso lleva a la emigración de los jóvenes rurales, y generalmente es muy difícil después que vuelvan al territorio, por diferentes razones. Y la mayoría queremos lo contrario: queremos estudiar, queremos obtener nuestro título, pero también queremos volver a trabajar con nuestra familia, producir, y hasta el momento no se está pudiendo llevar a cabo”.

A la joven también le preocupa el tema de la salud: “Primero porque no hay policlínicas ni ningún centro de salud en los medios rurales; si pasa algo hay que ir a las ciudades o los pueblos cercanos, y generalmente lo que te pueden dar es una atención rápida, peso si es algo complicado hay que ir hasta la capital departamental, a un centro de salud más grande. Y no siempre se llega en las mejores condiciones y en el campo sabemos que con el trabajo que se realiza muchas veces suceden eventos inesperados de salud que no se arreglan en una policlínica”.

Otro aspecto que le preocupa es la salud sexual y reproductiva, tema que también fue mencionado en los talleres de jóvenes realizados por la Comisión Honoraria de la Juventud Rural y que cuentan con el respaldo del MGAP a través de Desarrollo Rural y del MIDES a través del INJU, en el marco del Mes de la Juventud Rural: “es muy importante porque en la zona rural muchas veces los jóvenes tienen como tabú ciertas cosas de la sexualidad, y es algo que no debería pasar”.

Por otra parte, entiende que el relacionamiento de los jóvenes con sus pares también es fundamental: “es algo que no siempre se lleva a cabo en el medio rural y eso es algo que debería cambiar”.

Wendy aspira a estudiar y tener un título universitario para poder trabajar de lo que le guste y a la vez tener una entrada económica que le permita su independencia. A su vez sostiene que no quiere dejar de trabajar en la producción junto a su madre: “voy a luchar para que todos los jóvenes rurales puedan volver al campo o puedan seguir con la producción (...) porque no es justo desarraigarse de las raíces”.

Wendy integra la Comisión Honoraria de la Juventud Rural y por este motivo participó de dos de los talleres organizados en el mes de la juventud rural. Le tocó asumir el rol de moderadora en los talleres de la zona este y norte, respectivamente. De ambas reuniones destaca que “salieron muy buenos aportes por parte de los jóvenes”. “Hubo mucho más participación en la zona norte que en el este, pero eso no diferenció los buenos aportes”. También destacó la coincidencia en los aspectos planteados por los jóvenes: “más allá de que son diferentes regiones, las problemáticas y las propuestas de los jóvenes rurales son las mismas”, señaló.