Estrategia de Formación de la ENAP: desafíos, ejes y articulación

Entrevista

En esta entrevista conversamos con Bruno Minchilli, gerente de la Escuela Nacional de Administración Pública (ENAP) y con Juan Manuel Cáceres, director de Diseño Curricular y Docente, sobre la nueva Estrategia de Formación 2026–2030. Explican los desafíos que motivaron su creación, los cinco ejes temáticos que la integran y el nuevo modelo de trayectos formativos (Descubre, Aplica y Transforma). Además, destacan la necesidad de una formación con impacto y alcance en todo el país, siendo clave la creación de alianzas estratégicas con organismos y universidades, especialmente en áreas como la inteligencia artificial y la innovación en la gestión pública.

 ¿Qué desafíos y oportunidades actuales de la Administración Pública motivaron la definición de esta estrategia?

Bruno Minchilli

Bruno Minchilli

 

B.M. Los desafíos se centran en atender algunas líneas prioritarias que la Dirección de la ONSC nos transmitió al momento de asumir en la ENAP. Parte de estas prioridades es lograr una formación útil, que tenga impacto en lo que la funcionaria y el funcionario hacen y en lo que la ciudadanía espera. Para eso, el desarrollo profesional es clave.
Otro gran desafío es llegar a todo el territorio nacional. Nuestra planificación estratégica es lograr que el 50 % de quienes prestan funciones en la Administración Central en el interior accedan a una instancia de formación. Creemos que vamos a superar esa meta y siempre apuntamos a la creación de cursos y programas en distintas modalidades que nos permitan llegar a todo el país, además de convenios que canalizan esta estrategia.
J.M.C. Otro de los desafíos que nos plantearon fue la incorporación de la inteligencia artificial y de distintas herramientas y tecnologías digitales. Para nosotros siempre es importante hablar en clave de estrategia, para determinar cuál es nuestro objetivo y hacia dónde vamos. Abordar el trabajo desde la estrategia nos permite pensar cuáles son los hitos que debemos cumplir para alcanzar la meta y no simplemente ejecutar tareas por hacerlas. Esto nos ayuda a ordenarnos y a ordenar la oferta de la ENAP.

 

 ¿Cómo se evaluará la calidad y el impacto de las capacitaciones de esta nueva estrategia?

B.M. Creemos que lo que no se mide no se gestiona. Por eso estamos planificando la estrategia en dos pilares:

  1. Qué queremos enseñar: para esto construimos ejes temáticos que alinean y potencian la formación. Mediremos el impacto de cada eje.
  2. Los trayectos formativos: cada eje temático estará dividido en cursos a través de trayectos.

Vamos a medir lo que estamos logrando con cada uno: cuántos cursos dictamos, cuántas personas participaron, y esto ayuda a ordenar la oferta para que sea útil. Así, al postularse a un curso, la funcionaria y el funcionario tendrán claridad sobre en qué impacta ese tema y qué utilidad tiene en sus tareas cotidianas.
Los trayectos formativos ayudan a la nivelación que queremos lograr, porque antes, en muchos cursos, había distintos niveles de participantes y quizás quienes tenían un nivel superior no le sacaban el máximo provecho. Estos trayectos ordenarán los cursos para que sean más potentes para lo que la persona realmente necesita.

 

¿Cuáles son los principales ejes de la estrategia y por qué se priorizaron?

Juan Manuel Cáceres

Juan Manuel Cáceres

 

J.M.C. Cuando definimos los ejes, no buscamos ser refundacionales.  Analizando la oferta histórica de la escuela encontramos que claramente era necesario crear los ejes temáticos, Gestión pública, normativa y procedimientos y Derechos humanos, género, inclusión y bienestar laboral.
Luego complementamos con tendencias que considerábamos importantes para que las funcionarias y los funcionarios agregaran valor público a sus tareas. De ahí surgió el eje de Innovación para la gestión pública y el Transformación Digital y Tecnologías aplicadas que es completamente nuevo y es lo que se busca a nivel de política pública. Estamos articulando con otras instituciones que ya lo están trabajando.
Combinando esto con los trayectos formativos, que son el otro pilar importante de la estrategia, buscamos definir distintos niveles de profundidad del conocimiento:

  1. Descubre: un primer acercamiento a un tema.
  2. Aplica: combinamos el saber con el hacer, desarrollando cursos que permitan articular ese conocimiento con la tarea en el puesto de trabajo.
  3. Transforma: ofrecemos el mayor nivel de conocimiento para funcionarias y funcionarios que, por la temática o el nivel jerárquico, necesitan una visión más crítica para evaluar, desarrollar y medir políticas públicas.

La importancia de los trayectos es que permiten alinear la coherencia en el conocimiento y los conceptos de los temas. De esta forma, un tema se aborda coherentemente desde el nivel Descubre hasta el nivel Transforma. Esto garantiza que quienes participen, al momento de desarrollar una política y articular con el resto del personal, manejen los mismos conceptos y la misma terminología en todos los niveles y en todo el Estado.

 

¿Es necesario que cada persona que haga los cursos transite por cada uno de los trayectos?

J.M.C. No necesariamente. Parte de la formación tiene que ver con reconocer trayectos anteriores que tenga la funcionaria y el funcionario. Lo que sí nos permiten los trayectos es determinar mejor el público objetivo. Si ya tengo conocimientos previos, puedo apuntar directamente a un nivel de Transforma o Aplica.

B.M. Hay temas que deberían estar en conocimiento de todas las personas que trabajamos en el ámbito público, por ejemplo, los de sensibilización y género y todo lo relacionado a derechos humanos. Este nivel de Descubre podríamos ofrecerlo a todas y todos. Hay alrededor de 15.000 funcionarios en la Administración Central y estamos por acordar un convenio con el Ministerio del Interior para incluir a los escalafones policiales que cumplen tareas administrativas. Esto amplía la base de personas a la que debemos llegar con formación, siempre pensando en el interior del país y en organismos que no son de la Administración Central.

Bruno Minchilli

 

¿Con qué organismos se realizaron acuerdos/convenios para fortalecer la oferta educativa y en qué áreas?

B.M. Queremos que cada curso tenga la pertinencia técnica necesaria. Por eso estamos construyendo los contenidos de cada eje temático con universidades públicas como la UTEC, la Udelar y UTU. También con organismos especializados como Agesic, la Secretaría de Derechos Humanos, Inmujeres, Dirección de Discapacidad del MIDES, entre otros. Además, tejemos alianzas con redes regionales como el CLAD, CAF, BID y UNESCO que tienen una muy buena oferta, lo que optimiza los recursos del Estado al traer contenidos interesantes.
Hay dos casos concretos de cursos ya creados: uno con Inmujeres sobre género y políticas públicas y otro con la Secretaría de Derechos Humanos sobre enfoque de derechos humanos en las políticas públicas. También un curso del BID con Agesic sobre inteligencia artificial generativa. Además, lanzaremos un programa de innovación pública.
J.M.C. Otro ejemplo de articulación es con Agesic, que lidera la estrategia de inteligencia artificial para el Estado. Un estudio de la CAF, que identificó las necesidades de capacitación en inteligencia artificial de las funcionarias y los funcionarios uruguayos, fue un insumo clave. Nos contactamos con UTEC, que ofrece un posgrado en Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos. Desde la ONSC decidimos sumarnos a esa hoja de ruta con dos puntos:

  1. La profesionalización del talento de las áreas de TI de la Administración Central, ofreciéndoles formación de calidad.
  2. La universalización del conocimiento en inteligencia artificial y ciencia de datos.

Planteamos, junto a UTEC y Agesic, hacer una convocatoria para el próximo año para que las áreas de TI puedan acceder a becas parciales o totales para realizar el posgrado en UTEC. Dado que ese posgrado está en un nivel de Transforma, le pedimos a UTEC que desarrollara cursos en los niveles de Aplica y Descubre para lograr la universalización del conocimiento, cumpliendo así con el segundo punto. Hicimos un proceso inverso: identificamos un curso ya formado por una universidad pública y le pedimos que desarrollara los otros niveles para atender tanto a personas especializadas en TI como a quienes no trabajan en esas áreas, pero cuya formación es clave.
El eje de Innovación en la gestión pública lo trabajaremos con UTEC porque es una institución nueva y reconocida por ser innovadora. Además, tiene la particularidad de trabajar en el interior del país, lo que facilita el conocimiento de cómo aterrizar y articular propuestas con los gobiernos departamentales.
B.M. En el eje de Gestión pública, normativa y procedimientos, comenzamos los intercambios con el TCA, con quien firmamos un convenio, para ofrecer un curso específico que fortalezca las competencias de asesores letrados y abogados. También estamos avanzando en conversaciones con el Instituto de Derecho Administrativo y el Instituto de Derecho de Trabajo y Seguridad Social de la Udelar para nutrirnos en estos ejes temáticos.

 

Si bien la estrategia está pensada para el 2026, ¿hay algo del plan que comenzó a aplicarse en este 2025?

Juan M. Cáseres

J.M.C. Con UTEC, por cuestiones de formalidad, tendremos entre tres y seis cursos vinculados a ciencia de datos e inteligencia artificial que están en proceso de revisión. De cara a 2026, estamos generando algunos cursos que se lanzarán ese año.
B.M. Lo mismo ocurre con el trabajo con Inmujeres y la Secretaría de Derechos Humanos en relación con los cursos autogestionados. Estamos avanzando y esperamos tenerlos prontos para fin de año, pero su impacto fuerte se verá a partir de 2026.
J.M.C. Los cursos de Inmujeres ya están creados; lo que estamos haciendo es traerlos a nuestro Moodle.

 

Ustedes presentaron en setiembre toda la estrategia. ¿Qué sigue ahora?

B.M. Algo importante que estamos haciendo es potenciar a los referentes de formación de los ministerios. Para eso conformamos la Comunidad de Práctica de Referentes de Formación de la Administración Central, junto con la División de Formación y Certificación de Competencias de la ONSC. Esta red cumple un rol clave al establecer las necesidades y definir quiénes deben participar en los cursos. Fueron los primeros en conocer esta estrategia. A futuro, y en el marco de optimizar recursos, soñamos con armar la comunidad de referentes de formación fuera de la Administración Central.
J.M.C. Otra de las cosas que estamos trabajando son mejoras en el edificio de la ENAP. Se están solucionando problemas de humedad y se está cambiando la disposición de los espacios para crear lugares de trabajo más colaborativos, donde la información y el conocimiento circulen mejor. Queremos que el rol del docente se vea más como un facilitador.
Además, dado que nuestra oferta se brinda también de forma virtual, estamos en proceso de actualización de la plataforma Moodle.
B.M. También el SIGED (Sistema de Gestión Educativa) está enmarcado en un proyecto de mejora para que todo el proceso sea mucho más eficiente, ya que con todo lo que estamos planteando habrá mucha demanda y necesitamos agilizarlo.

 ¿Cómo será ahora el tema de los docentes? ¿Se mantienen en este nuevo programa? ¿Han tenido reuniones y han recibido feedback?

Bruno Minchilli

 

B.M. Estamos conformes con el nivel docente de la Escuela. En cada uno de los ejes temáticos tenemos referentes con quienes nos reunimos y tenemos pensada una jornada de actualización docente a principios del año que viene. Lo que hemos notado es que muchas veces los docentes desconocen los proyectos estratégicos de la ONSC, de la cual depende la ENAP, y deben estar alineados con esa estrategia y conocer todo el modelo de gestión por competencias que se está impulsando.
J.M.C. Para lograr y bajar a tierra esta estrategia, y para que la ENAP sea vista como una organización de referencia en la formación y pueda acompañar a otras instituciones, vamos a incorporar perfiles clave al equipo de trabajo: diseño, seguimiento, evaluación y monitoreo de la formación, y un perfil audiovisual para la generación de recursos y contenidos que den soporte al diseño de los cursos.
Este equipo nos permite ofrecer una atención de mejor calidad a aquellas instituciones que tienen la especialidad técnica, pero que no tienen por qué saber de procesos de formación. Con estos perfiles podemos desarrollar estructuras de formación basadas en el conocimiento técnico y específico de cada organismo. La idea, es decir: “Dime qué es lo que sabes y yo te digo cómo formar a las personas en lo que tú sabes”.

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