Invitamos a reflexionar sobre convivencia e imaginarios de la igualdad en la diversidad

Secretaría de Derechos Humanos de Presidencia Secretaría de Deportes de Presidencia Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda forma de Discriminación (MEC-MIDES-MI-MRREE- ANEP-CODICEN, sociedad civil) Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) INJU, INMUJERES, INMAYORES (MIDES) Instituto Interamericano de Derechos Humanos (Oficina Regional para América del Sur) Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur (IPPDH)

El 10 de diciembre celebramos el Día Internacional de los Derechos Humanos, puesto que en esta fecha del año 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos mediante la cual se codificaron los principios fundamentales que aseguran la dignidad de las personas y los pueblos.  El objetivo fue que pudiéramos inspirarnos constantemente en ella para promover, mediante múltiples mecanismos, la concreción de esos derechos y libertades.

Recordarla implica el desafío de trabajar cada día para reconocer y respetar las diferentes subjetividades, siempre desde un abordaje crítico en el que debemos participar todos los actores de la sociedad. Recordarla es asumir que hemos avanzado en el reconocimiento de derechos que han sido conquistados, y también que queremos avanzar en cómo nos reconocemos y cómo nos diferenciamos del otro y hasta dónde lo incluimos y -no solo toleramos- aceptando los límites y posibilidades del “con-vivir”.

Sobre la base de políticas públicas con enfoque de derechos humanos, queremos promover una reflexión sobre lo que implica la perspectiva de los derechos humanos y su comunicación en los imaginarios que instalamos y legitimamos a la hora de garantizar los derechos de todos.

Uno de los grandes desafíos que tiene la sociedad es avanzar en una profunda transformación cultural que elimine las prácticas de dominación-sumisión. La igualdad efectiva en la diversidad de la que somos parte en todas sus dimensiones categorizadas en derechos fundamentales, sociales, económicos, culturales y ambientales supone reflexionar desde la dimensión comunicacional. También debe pensarse respecto a las formas y mecanismos de violencias en espacios públicos y privados; igualmente con quienes se encuentran en situación de  vulnerabilidad tanto etaria, de género, opción sexual, étnico-racial, de discapacidad,  territorial, migratoria, cultural, religiosa o dimensión socio-económica. Cada situación de vulnerabilidad, es atravesada por dimensiones que retroalimentan el agravamiento de las situaciones de violencia.

Una sociedad republicana y democrática, como la uruguaya, constantemente es interpelada respecto a cómo garantiza la común dignidad humana en las estructuras de lenguaje comunicacional. En ese sentido, precisamente, ese lenguaje aporta en la configuración de la sociedad que queremos preservar, en el respeto, la inclusión, la libertad en todas sus formas, la igualdad efectiva en la diversidad; es decir, en todas las dimensiones de los derechos.

Si el lenguaje expresa simbólicamente la identidad de las personas, colectivos y sociedades, la forma cómo se comunica y amplifica en los medios de comunicación y las redes sociales, nos lleva a reflexionar sobre los modelos e imaginarios que se instalan día a día. Estos imaginarios tienen la capacidad de fortalecer o desacreditar los valores de convivencia y equidad, que sustentan la vida de la sociedad. Pueden aportar a expresar la libertad humana o violentar la igualdad en sus diferentes dimensiones.

Partimos de la base de que la conflictividad humana es uno de los fenómenos sociales más antiguos  y que de todas las personas depende la manera en que queramos resolverla como sociedad.

Creemos que, para que las distintas formas de violencia no se impongan a la convivencia, es necesario preguntarnos cómo se concilian la libertad de expresión con la no discriminación, la opinión con el respeto, la autoridad social con la responsabilidad de cada actor y la defensa de la sectorialidad con el bien común.

En esta tarea, los medios de comunicación tienen un rol crucial en la construcción de la sociedad que queremos y es por este motivo, que los invitamos a acompañarnos en el camino de la defensa y la construcción de una cultura de los derechos humanos.  Todas las personas, que usamos diferentes medios para comunicarnos, tenemos la responsabilidad de no reproducir los  estereotipos de género, no promover los valores sexistas, homofóbicos o racistas, no reforzar el estigma de los grupos que sufren la vulneración de sus derechos o generan la desigualdad.

Construir autoridad social para la convivencia supone poner en discusión cuáles son los imaginarios que fortalecen o ponen en cuestionamiento los derechos y deberes que como sociedad queremos reforzar.

La responsabilidad es compartida y la reflexión es cada día más necesaria para construir y vivir en la sociedad que todos deseamos. La educación en Derechos Humanos, es una de las mejores herramientas a nuestro alcance para guiar ese esfuerzo común.

 

Montevideo, 10 de diciembre de 2016.

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