Prevención en Sismos

Academia y Estado trabajan para consolidar un sistema de monitoreo del riesgo sísmico

Según explican los especialistas, Uruguay es un país con riesgo sísmico bajo, sin embargo ese riesgo no es nulo. En efecto, se estima que anualmente se registran entre 15 y 25 eventos sísmicos en el país. El Sinae junto a otros organismos trabajan para generar un sistema de monitoreo y alerta temprana de este tipo de fenómenos.
Fotografía de camioneta de facultad de ciencias, jeep del ejército y otros vehículos en zona descampada donde personas trabajan en la instalación de un sismógrafo

Aunque nuestro país tiene características geológicas que lo posicionan como un territorio de riesgo sísmico bajo, está comprobado que año a año se producen una veintena de eventos sísmicos. Uno de los más significativos ocurrió a las 23:29 del 24 de noviembre de 2016. El epicentro tuvo lugar entre Toledo y Las Piedras, en el departamento de Canelones y alcanzó una intensidad de 2,98 en la escala Richter. Si bien no provocó daños en las infraestructuras edilicias, fue claramente percibido por la población. En esa oportunidad el Prosecretario de la Presidencia y Director Superior del Sinae Dr. Juan Andrés Roballo, anunció en conferencia de prensa su intención de “establecer un sistema de trabajo permanente” con los distintos actores vinculados.

Desde entonces y siguiendo con el compromiso asumido públicamente, se viene desarrollando un fuerte trabajo de articulación con la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República donde funciona el Observatorio Geofísico del Uruguay, el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) a través de la Dirección Nacional de Minería y Geología (DINAMIGE), el Ministerio de Defensa Nacional a través del Servicio Geográfico Militar y el Ministerio del Interior a través de la Dirección Nacional de Bomberos. En ese marco, el Sinae en tanto organismo de carácter nacional, descentralizado e interinstitucional encargado de gestionar integralmente los riesgos, ha facilitado diferentes ayudas y promovido diversos ámbitos de coordinación, generando avances significativos.  

El primer gran logro es contar un una red sismológica de escala nacional con estaciones en puntos clave de todo el país. La primera estación sismológica se instaló en marzo de 2013 en la localidad de Aiguá, departamento de Maldonado. Actualmente hay 12 estaciones en todo el país: una en Artigas, una en Cerro Largo, una en Colonia, una en Durazno, una en Maldonado, una en Montevideo, una en Rocha, dos en Salto, dos en Tacuarembó y una en Treinta y Tres. Esta red consta de 4 sismógrafos (que registran la intensidad, duración y otras características de los temblores de tierra durante un terremoto) y 9 acelerómetros (que miden aceleraciones del terreno).

Si bien han habido avances, aún es necesario generar una estación en la zona litoral oeste y en el departamento de Canelones para lograr una cobertura total. En este sentido, el pasado viernes 22 de febrero tuvo lugar en Cancillería una reunión en la que participaron referentes del Instituto Geográfico Militar, de la DINAMIGE, del Observatorio Geofísico, de la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) y del Sinae, para generar un acuerdo con el Instituto Argentino de Prevención Sísmica (INPRES) para, entre otras cuestiones, concretar la instalación de un sismómetro en la Isla Martín García.

Disponer de esta red de alcance nacional permite, entre otras cosas, detectar con claridad los eventos sísmicos naturales, cuantificar y precisar intervenciones antrópicas como eventos de voladura o explosiones; corroborar si en esas acciones se utilizan las cargas recomendadas; estudiar la corteza terrestre en Uruguay y la implicancia para la búsqueda de recursos naturales; proponer normativa que regule estas acciones. 

También se ha avanzado en la sistematización de datos para generar un catálogo sísmico. En este sentido se estima que anualmente se producen entre 15 y 25 eventos sísmicos y que la región del país donde se registra el mayor porcentaje de esos eventos es la que abarca los departamentos de Canelones, Colonia y San José.

Generar normativa que regule la explotación minera que usa explosivos, promover regulación sobre construcciones sismoresistentes, sistematizar los datos para generar un catálogo de los eventos sísimicos ocurridos desde la instalación de la primera estación en 2013 hasta el momento actual; son algunos de los desafíos que están pendientes. 

Capacidades y recursos a nivel país para enfrentar eventos sísmicos

Leda Sánchez, Licenciada en Geología por la Universidad de la República y Doctora en Ciencias Geológicas por la Universidad de Buenos Aires explicó que “Uruguay está en una región estable alejada de los límites de las placas tectónicas donde se generan la mayoría de los terremotos importantes”, por esta razón “se ha asumido erróneamente que nunca nos van afectar los terremotos”. 

En los últimos años se vienen desarrollando diferentes iniciativas para poder enfrentar eventos de este tipo.

Por un lado, desde el año 2009 a través de la ley 18.621 se dispone de un Sistema Nacional de Emergencias: un organismo descentralizado e interinstitucional, con fuerte vocación articuladora encargado de gestionar integralmente los riesgos. Su objetivo es proteger a las personas, los bienes de significación y el medio ambiente de fenómenos adversos que deriven, o puedan derivar, en situaciones de emergencia o desastre, generando las condiciones para un desarrollo sostenible.

Por otro desde el año 2013 funciona el Observatorio Geofísico del Uruguay bajo la égida de la Facultad de Ciencias que cuenta con una red de acelerómetros y sismógrafos, ejemplo en América Latina. Se trata de un esfuerzo conjunto entre el MIEM a través de la DINAMIGE, el Ministerio de Defensa a través del Servicio Geográfico Militar y la Universidad de la República a través de la Facultad de Ciencias. 

Asimismo en la órbita de la Dirección Nacional de Bomberos funciona el grupo especializado en Técnicas en Búsqueda y Rescate de Estructuras Colapsadas llamado USAR (de la sigla en inglés: Urban Search and Rescue) preparado para actuar en este tipo de emergencias. Su misión está orientada principalmente a las actividades de búsqueda y rescate de víctimas en estructuras colapsadas en áreas urbanas, donde los grupos de rescate convencionales estén limitados por razones de tecnología y equipamiento y en los que el tiempo es un factor determinante.  

Aunque a nivel mundial los científicos trabajan en encontrar un procedimiento capaz de predecir los terremotos, hasta ahora no ha sido posible tener éxito en este emprendimiento. Algunos países cuentan con alarmas sísmicas ubicadas a lo largo de las fallas tectónicas, pero sólo sirven como un aviso de que en ese mismo momento se está produciendo un sismo. No obstante, en base a registros históricos y mediante métodos estadísticos si se puede llegar a estimar los períodos de recurrencia sísmica, es decir la probabilidad de que ocurra un nuevo terremoto. A su vez, los científicos pueden definir los grados de riesgo en cada zona que permitan a las autoridades realizar planificaciones territoriales y reglamentaciones edilicias apropiadas.

A propósito de ello en Uruguay se sigue trabajando para generar un sistema de monitoreo y respuesta ante estos eventos.

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