Entrevista

Cómo prevenir incendios de estructura y qué hacer si ocurren

¿Por qué el agua no siempre sirve para apagar un foco ígneo? ¿Cuándo una manta no sofoca un incendio? ¿Cuáles son los errores más comunes que las personas cometen durante un incendio?
Primer plano Pablo Benítez

¿Cuáles son las medidas de prevención según la forma de calefacción que se use? ¿Cómo se prepara la Dirección Nacional de Bomberos (DNB) para la temporada invernal? Para responder estas preguntas conversamos con el vocero oficial de la institución: Pablo Benítez Acosta.

Pablo es Bombero, Oficial Jefe Grado 7 (Sub Comisario). Además es instructor, formador de instructores y facilitador certificado por USAID/BHA desde 2005.
Actualmente se desempeña como Jefe del Departamento de Relaciones Públicas y Prensa de la Dirección Nacional de Bomberos del Ministerio del Interior.             

¿Cómo se prepara bomberos para hacer frente a la temporada invernal? ¿Se incorporan recursos humanos, equipamiento, etc.?

Para contestar la pregunta, voy a abordar la protección contra incendios en un sentido amplio en sus tres ramas: la protección preventiva o prevención, la protección pasiva o estructural y la protección activa o extinción.

Nuestra preparación principal apunta a la prevención, ya que en esta época del año ocurren mayor cantidad de incendios en viviendas y en este aspecto le damos prioridad a evitar que ocurran, que a combatirlos. Este año lanzamos una campaña de concientización llamada "Nunca pasa hasta que te pasa", que incluye videos con testimonios de personas que vivieron de muy cerca incendios o sus consecuencias. Además, en la campaña se brindan recomendaciones para evitar incendios y sobre cómo actuar ante los mismos.

Por otra parte nos ocupamos de la protección pasiva de las estructuras (edificios en general), para minimizar el desarrollo de los incendios y sus efectos. Constantemente buscamos mejorar nuestro sistema de certificación de medidas de protección contra incendios para que más estructuras cuenten con dichas medidas. En tal sentido este año hemos diseñado un curso básico de protección contra incendios en edificios de altura, para que sus habitantes sepan cuáles son las premisas básicas para actuar ante un incendio.

Finalmente en lo relativo al combate a incendios, dentro de la protección activa nuestra preparación radica principalmente en capacitación y entrenamiento en combate a incendios estructurales, para que nuestros funcionarios estén mejor preparados. Hubo un ingreso de 41 funcionarios que egresaron en la Escuela de Formación Profesional en marzo y fueron distribuidos en unidades operativas y en estos momentos, se prepara a otra tanda de alumnos bomberos. Además de la capacitación, está todo lo relativo al mantenimiento y mejora del equipamiento: coches de extinción, equipos de protección personal específicos para esta labor, equipos de protección respiratoria, etc.

En varias intervenciones el Director Nacional de Bomberos y otros voceros de la institución, han dicho que en los últimos 3 años fallecieron 150 personas. ¿Cuál fue la causa de muerte más frecuente?

Esas estadísticas refieren a personas fallecidas en incendios. Según nuestros registros en los últimos 3 años han fallecido 142 personas debido a incendios. En 2019 fueron 49 los que perdieron la vida por esta causa. En 2020 se repitió la cifra de 49 víctimas fatales, mientras que en 2021 descendió a 44 el número de fallecidos, siendo igualmente una cifra que preocupa y que pretendemos que se reduzca notoriamente, ya que entendemos que la mayoría de los incendios se pueden prevenir.

En cuanto a "la causa de la muerte", es algo que se determina posteriormente a nuestra intervención, por parte de un médico forense, por lo que no tenemos ese dato específico. No obstante, considerando las características generales de los incendios domésticos que en los ambientes siniestrados consume y reduce el oxígeno del aire, con gran generación de humo y principalmente de monóxido de carbono, causando una deficiencia respiratoria severa; es de suponer que generalmente las personas fallecidas en un incendio padecen intoxicación, pudiendo ser ésta la principal causa de su deceso, además de traumatismos por impactos al caerse o quemaduras por exposición a las llamas o al calor irradiado por las mismas. 

Los incendios de estructura en invierno se producen mayoritariamente debido a acciones negligentes a la hora de intentar calefaccionar. En este sentido ¿cuáles son las medidas de precaución a tener en cuenta al encender estufas a leña?

Si bien es cierto que la mayoría de los incendios ocurridos en las épocas frías del año están directamente vinculadas a la utilización de artefactos de calefacción o climatización de ambientes, las acciones realizadas con éstos no siempre son actos negligentes. Podemos atribuir la acción imprudente a la falta de conocimiento, de cuidado y de concientización sobre los riesgos de los artefactos de calefacción. 
Considerando que la mayoría de los incendios se pueden evitar y que una vez que ocurren, las personas, cuentan con apenas unos pocos minutos para poder actuar y salir con vida, y generalmente no lo detectan a tiempo y pierden su vida intoxicadas o quemadas, la Dirección Nacional de Bomberos brinda algunas recomendaciones básicas para el uso seguro de la calefacción o climatización de ambientes.

Para usar una estufa a leña en forma segura recomendamos:

  • Realizar mantenimiento de forma periódica para retirar el hollín y residuos de la combustión que estén adheridos a las paredes.
  • Revisar que la estufa no presente grietas, fisuras o desprendimiento de materiales.
  • Tener siempre a mano algún elemento para extinguir el fuego.
  • Mantener despejada un área alrededor del hogar de la estufa, de por lo menos 1,5 m libre de objetos, mobiliarios, cortinas, alfombras, camas de mascotas, etc.
  • No almacenar leña debajo ni a los costados de la estufa, pues puede llegar a inflamarse.
  • Nunca utilizar líquidos inflamables como nafta, alcohol, querosene, solventes, etc., para iniciar o avivar las llamas.
  • Iniciar el fuego dentro de la estufa, con leña seca y que no esté verde, de diferente grosor, colocando ramas o leña finas, cáscaras de árboles, yesca o virutas.
  • No agregar plásticos, gomas, nylons o similares, ya que desprenden gases muy tóxicos.
  • No sobrecargar de leña la estufa.
  • Luego de encender el fuego colocar un chispero o maya metálica de protección, que cubra toda la boca de la estufa, para evitar que puedan proyectarse brasas o chispas.
  • Es fundamental dejar una entrada de aire al ambiente donde está la estufa, permitiendo que éste circule, evitando que se reduzca el oxígeno y se acumule una concentración de monóxido de carbono y otros gases tóxicos, formándose un ambiente letal.
  • Al ir a dormir, no agregar más leña al fuego, por el contrario dejar que se apague.
  • Dejar que los restos del fuego, ya sean cenizas o carbones, se enfríen bien antes de desecharlos, pues si están calientes, pueden generar un incendio. Al retirarlos, colocarlos en un recipiente metálico y agregar agua. Muchos incendios en contenedores de residuos comienzan por esta causa.  

En esa misma línea, ¿cuáles son las recomendaciones a considerar al encender estufas eléctricas?

Las recomendaciones para calefaccionar un ambiente mediante artefactos eléctricos en forma segura, son las siguientes:

  • Antes de comprar el artefacto verificar si la instalación eléctrica de la casa está diseñada para soportar su utilización.
  • Previo a su uso revisarlo completamente, quitar pelusas, polvo y limpiar bien las rejillas y espacios de ventilación.
  • Verificar que los cables y enchufes no estén cortados, dañados, con marcas de hollín o derretidos. 
  • Colocar la estufa o calefactor en la posición indicada, nunca sobre muebles u objetos que puedan desestabilizarlo. 
  • Conectar al tomacorriente únicamente la estufa o calefactor, sin adaptadores. Los conectores no deben presentar marcas de decoloración o derretimiento.
  • No conectar a alargues o extensiones múltiples (zapatillas).
  • Verificar que las conexiones queden fijas y firmes, evitando el falso contacto y recalentamiento.
  • Verificar que el cable no esté apretado por muebles o puertas.
  • Procurar que los cables no queden en el camino de niños pequeños o mascotas.
  • En caso de percibir calentamiento de los cables o enchufes, ruido no habitual, chisporroteo, olor a quemado y/o emanaciones de humo, interrumpir inmediatamente su uso.
  • No dejar el equipo de calefacción encendido en forma continua, aunque tenga un sistema de apagado programado o automático. Es necesario interrumpir el funcionamiento y dejarlo descansar.
  • Si se activa la llave termomagnética (“salta la llave térmica”) durante su uso, y se interrumpe la corriente, no volver a utilizar hasta que se encuentre la falla y sea reparada por un técnico.
  • Es muy importante contar con un interruptor termomagnético automático (llave térmica) que proteja contra contra cortocircuitos y sobrecargas; y cuente con un interruptor diferencial.
  • Los calientacamas deben usarse para calentar la cama y después desenchufarse.
  • Al ausentarse del lugar o al ir a dormir, apagar y desenchufar los equipos.

Bien. ¿Cuáles son los consejos para prevenir situaciones de riesgo al calefaccionar con braseros o las estufas a gas?

En cuanto a la utilización de recipientes conteniendo brasas en su interior para calentar el ambiente (braseros), enfatizamos en no utilizar aquellos que no tengan una chimenea debidamente conectada hacia el exterior de la vivienda, ya que emanan monóxido de carbono en forma constante y consumen oxígeno, siendo altamente tóxicos y muy peligrosos.

Referente a las estufas a gas, se sugiere:

  • Verificar el buen estado general del equipo y limpiarlo bien antes de usar.
  • Verificar el vencimiento de la manguera y revisar que no presente deterioro, desgaste o impurezas en su interior; en tal caso reemplazarla. 
  • La longitud de la manguera no deberá superar un metro.
  • Evitar el contacto de la manguera con las paredes metálicas del artefacto.
  • Verificar si la válvula reguladora de presión presenta desperfectos en el sistema de apertura/cierre, y en caso que los presente, cambiarla.    
  • Las abrazaderas metálicas deben ser de buena calidad y estar bien ajustadas, si están oxidadas o rotas, hay que cambiarlas. No utilizar sunchos plásticos o alambre para ajustar las mangueras.  
  • Si se presentan dificultades con la llave de paso de gas y/o el interruptor de encendido, debe ser reparado por un técnico.
  • Verificar pérdidas de gas vertiendo agua jabonosa sobre conexiones o válvulas, si se ven burbujas significa que hay una fuga de gas. Nunca emplear fuego para chequear pérdidas.
  • Si se apaga unos de los quemadores o empieza a percibirse olor a gas, se debe interrumpir de inmediato el funcionamiento.
  • Ante fuga de gas, ventilar bien el lugar abriendo ventanas y puertas, sin encender ninguna fuente de calor o de iluminación. Cerrar la válvula, comunicarse con el distribuidor, y si persiste la fuga, sacar la garrafa al exterior de la vivienda y llamar a Bomberos.
  • Utilizar la garrafa siempre en posición vertical.
  • Si se detecta algún problema en el funcionamiento, no intentar repararlo, llamar a un servicio técnico.
  • Como toda combustión consume el oxígeno del aire ambiente y puede desprender monóxido de carbono, por lo que se debe dejar una entrada de aire al ambiente, permitiendo la circulación pero a su vez cuidando que no haya viento que pueda apagar los quemadores.
  • La estufa a gas no debe mantenerse encendida de continuo, una vez que se logró calefaccionar el ambiente, es necesario apagarla.
  • Al ir a dormir, apagar la estufa y cerrar la válvula reguladora.

Contrariamente a lo que suele pensarse, el humo provoca tanto daño o más que el propio fuego. ¿Podrías explicar brevemente por qué?

Exactamente, siempre expreso que el peor enemigo al que nos enfrentamos en los incendios es el humo. 
El mayor daño que causa el humo y que a veces es menos perceptible por las víctimas, lo causa en nuestras vías respiratorias. Contiene un gas sumamente tóxico que se llama monóxido de carbono que al inhalarlo es mortal, así como otros gases que se desprenden de la combustión. Los gases calientes que componen el humo pueden ocasionar quemaduras al respirarse.También el humo contiene partículas suspendidas que al ser inhaladas obstruyen nuestras vías respiratorias. Por todos estos motivos el humo es muy peligroso y no debemos exponernos, al menos que sea para evacuar y salvarnos.

El humo afecta a mayor proporción de personas, que la exposición al calor irradiado o incluso al contacto con las llamas, ya que ante la incidencia del calor en nuestro cuerpo tendemos a alejarnos pero ante la presencia de humo, mucha gente se expone por no percibir inmediatamente el efecto dañino que le está ocasionando. El humo incide negativamente en dos aspectos clave para sobrevivir en un incendio: por un lado, nos quita la visibilidad y por otro lado nos intoxica rápidamente. En los incendios el humo sube hasta chocar contra el techo, formando una nube, que a medida que aumenta la concentración de éste, va descendiendo, pudiendo cubrir hasta la totalidad de la altura de la finca, pero siempre la concentración de humo será mayor en la parte superior y el aire con menos humo estará contra el suelo. Por ello, deben conducirse agachados, con la cara lo más cerca del suelo posible, siguiendo siempre alguna referencia en la habitación, como ser paredes, columnas o muebles grandes.

En caso de que ocurra un incendio, ¿qué es lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer?

Lo más importante que una persona que se enfrente a un incendio debe tener presente, es proteger su salud, su integridad física, su vida; por eso, lo primero que debe pensar es en resguardase a sí misma y a las demás personas que se encuentren en el lugar. El desarrollo de un incendio es muy rápido y hay que tomar prontas decisiones, por eso, si se cuenta con conocimientos básicos de cómo extinguir un foco ígneo, puede proceder a apagarlo.

Podemos considerar 5 acciones a realizar ante un incendio, en el orden que se adecúe mejor a la situación:             

  • Hacer un inmediato reconocimiento de la situación, verificando en pocos segundos qué es lo que sucede, analizando cuál es la emergencia y qué se puede hacer para extinguirla o contenerla.
  • Llamar al 9-1-1 para solicitar los servicios de Bomberos.
  • Desconectar electricidad y/o suministro de gas.
  • Evacuar a un lugar seguro.
  • No desesperarse, pero tampoco intentar apagar un fuego si no sabe cómo hacerlo, porque puede ser muy peligroso.       

¿Cuál es el error más frecuente que comenten las personas en esas situaciones?

Un intento de extinción fallido muy común, es cuando se está cocinado con aceite, éste se inflama y para apagarlo, se le arroja agua, lo que ocasiona que se desparrame el aceite encendido sobre otros objetos, propagando el fuego en vez de extinguirlo. Para solucionar esa situación, basta con tapar el sartén u olla con una tapa metálica y cerrar el interruptor de gas o electricidad, dejando que se consuma el oxígeno y se extinga por sofocación.   

Otro incidente con resultados contraproducentes ocurre cuando se arroja agua en un incendio que afecta artefactos o conductores eléctricos, siendo el agua conductora de electricidad: el peligro de electrocución es muy elevado y además no se logra la extinción. Para esos casos lo primero que debe hacer es interrumpir el pasaje de energía eléctrica, bajando la llave de corte sectorial o general, para después poder extinguirlo.

En otras ocasiones ha sucedido que en el intento de sofocar un foco ígneo se lo cubre con una manta o frazada, pero dejando que circule aire por debajo de la misma y de esa manera en vez de apagarse, se inflama la frazada y aumenta la carga de fuego. Para realizar dicha maniobra en forma correcta, se debe tapar el combustible incendiado rápidamente, sin dejar espacio para que circule aire.    

¿Algo para agregar?

Sí, quiero aprovechar para agregar que es importante que las personas no intenten reparar sus artefactos de calefacción, reemplazando piezas o repuestos que no sean los propios del equipo. Para climatizar los ambientes, solamente se deben utilizar artefactos diseñados para ese fin. Por ejemplo, no se pueden utilizar artefactos diseñados para cocinar como horno u hornallas, para calefaccionar, ya que el riesgo de incendios y explosión es muy elevado.

En igual sentido se debe tener cuidado con las bolsas de semillas porque si se calientan en un horno microondas más de lo debido, las semillas comienzan un proceso de combustión muy lento que continúa y puede llegar a inflamarse posteriormente; esas bolsas de semillas son terapéuticas y solamente deben utilizarse para ese fin.      

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