No tomar, ni riesgos

Se trata de descansar, pasarla bien y celebrar

Se viene la época de celebración, y desde la Unidad Nacional de Seguridad Vial, auguramos momentos de no exposición a tragedias.
Imagen con saludo institucional

En breve estaremos publicando los datos preliminares de la siniestralidad 2022, que en principio, nos auguran redoblar el esfuerzo. Pero el momento –cuando se multiplica la movilidad, de norte a sur y de sur a norte; cuando el espíritu de todos es festivo-, nos marca recordar cuestiones básicas a la hora de prevenir.

Las autoridades en sus diversos roles –MTOP, Ministerio del Interior, etc.- se ocupan planificando operativos de control para que todos los actores viales transiten con la máxima precaución por ciudades, balnearios y carreteras, llegando seguros a sus destinos.

Y nuestra alerta pasa por recordar una y otra vez las claves básicas de prevención para transcurrir este período:

  • revisar las condiciones del vehículo si se va a viajar (niveles de líquidos, presión, alineación y balanceo de ruedas o neumáticos, amortiguadores, etc.)
  • no asociar alcohol u otras drogas a la conducción
  • no manejar, en caso de sentirse agotado; entre otras prevenciones.

De traer a la memoria que en 2021 se lesionaron un promedio diario de 64 personas; de que fallecieron 434 personas; de que un 62,1% de las personas lesionadas circulaban en moto, un 21,1% lo hacía en auto o camioneta, 7,5% como peatón, 6,3% circulaba en bicicleta y el restante 3% circulaba en otros medios de transporte.

Por ello insistimos en que prevenir las tragedias en el tránsito es una tarea de todos; en la que debemos involucrarnos con responsabilidad –más allá del rol que ocupemos- a la hora de transitar por la vía pública.

Actuemos con ponderación y cautela, bajo la premisa de que no respetar cualquier regla en el tránsito, supone potenciar los riesgos de causarles la muerte o heridas graves a personas que podríamos ser nosotros mismos, procurando de esta manera  “empatía vial”; favoreciendo que no se consideren las vías de tránsito como campos de batalla o escenarios de actos de intolerancia.

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