En memoria de las víctimas del holocausto

En la memoria de la humanidad quedó marcada la tragedia de la Segunda Guerra Mundial. Durante los días finales de ese conflicto global, las autoridades nazis ordenaron la destrucción de la documentación y de gran parte de las instalaciones del campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau de 1945. Ese intento de ocultamiento no logró evitar la contundencia de las pruebas irrefutables de sus prácticas de exterminio. Con muchas de ellas se encontró el ejército Soviético al llegar y liberar los últimos prisioneros, el día 27 de enero de 1945.
La memoria es una acción poderosa contra los discursos de discriminación y odio, favorece el reconocimiento y la educación en el respeto de los Derechos Humanos de todas las personas, con el propósito de fomentar la cultura de paz y reconocimiento de la diversidad, para prevenir la ocurrencia de violencias masivas.
Recordar es una forma de homenajear a quienes sufrieron la persecución y el exterminio en razón de su raza, orientación sexual, religión, ideas políticas, origen étnico, etc. Recordar es siempre una tarea del presente y una responsabilidad ética. Parte de la voluntad y el compromiso de reafirmar la necesidad de no permitir la discriminación ni la persecución de personas por motivos de sus ideas, de su identidad ni de sus creencias.