En recordación de las víctimas del Holocausto: la memoria y el presente

Mantener viva la memoria de los actos de barbarie que somos capaces de producir los seres humanos nos hace reflexionar sobre nuestra naturaleza como especie y sobre el escarpado camino que venimos transitando durante siglos para afirmar la conciencia de nuestra dignidad.
Lamentablemente, en muchas ocasiones los seres humanos elegimos qué recordar y qué olvidar. Y muchas veces perdemos de vista que los derechos que hemos logrado no surgieron naturalmente ni se originaron en una dádiva generosamente otorgada por los centros de poder de turno. Muy por el contrario, los derechos humanos que no se defienden o no se reafirman con la lucha y el compromiso de todos los días, pueden perderse, desconocerse, minimizarse.
La memoria es un antídoto contra los discursos de discriminación y odio, favorece el respeto de los derechos humanos de todas las personas y fomenta la cultura de la paz y la diversidad.
Este 27 de enero es una ocasión propicia para mantener viva la llama de la memoria y la necesidad del trabajo diario por ampliar el ámbito de protección de los derechos humanos en momentos que los vientos no son propicios, ya que somos testigos del discurso y la acción de sectores políticos y de opinión que bregan por desconocer o limitar esos derechos en el mundo, en la región y en nuestro propio país.
La celebración coincide con los 75 años de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz II (Birkenau) que fuera liberado el 27 de enero de 1945. Allí fueron asesinados más de un millón de judíos, gitanos, opositores políticos, intelectuales y homosexuales.