Laguna de Rocha: protocolo especial para la eventual apertura artificial de la barra
Las lagunas costeras están entre los ecosistemas más productivos en el mundo, sosteniendo importantes servicios ecosistémicos como las pesquerías.
Su importancia para la conservación de la biodiversidad ha sido extensamente reconocida.
En particular, las lagunas costeras que presentan una única conexión intermitente al mar, asociada a una barrera arenosa, tienen un funcionamiento y estructura dominados por los procesos físicos hidrodinámicos que conducen esa única conexión, incluyendo las fluctuaciones de salinidad distintas a otras con mayor conectividad.
Las aperturas artificiales cambian principalmente las variables abióticas del agua, ya que al promover la descarga de agua dulce al océano y reducir el nivel de agua, se favorece el ingreso de aguas marinas en la laguna, creando gradientes de salinidad pronunciados, así como cambios en nutrientes y clorofila.
La intermitencia de la conexión de las lagunas es relevante ecológicamente, sin embargo, el impacto global de su manipulación artificial no es conocida todavía, aunque la mayor parte de la evidencia sugiere la existencia de fuertes efectos sobre las comunidades y procesos naturales.
Las intervenciones en la faja de defensa de costas, y por ende en la barra de las lagunas costeras requiere de autorización preceptiva del Ministerio de Ambiente, según lo dispuesto por el Código de Aguas.
En el caso particular de la laguna de Rocha por tratarse de un área protegida se ha establecido un protocolo especial que debe seguirse para la eventual apertura artificial de a barra de acuerdo a los dispuesto por la Resolución Ministerial 1185/2016.