Nuestro territorio Edición Nº10

La Estrategia Nacional de Acceso al Suelo Urbano ya cosecha sus primeros logros

Dentro de los avances generados en los primeros cuatros meses de su implementación,  cabe destacar algunas acciones concretas que muestran la celeridad y efectividad alcanzada por las instituciones comprometidas con la Estrategia y algunos resultados que demuestran que la prioridad y el rumbo fueron los acertados. 

Varios proyectos de vivienda social se beneficiaron de las nuevas acciones de adquisición de suelo. Los programas del Mvotma vienen priorizando una localización más adecuada y un mejor aprovechamiento de los predios. Actualmente se están desarrollado dos grandes proyectos urbano-habitacionales de importante impacto y se aprobaron cuatro nuevas leyes que colaboran fuertemente a alcanzar las metas de la Enasu.     

Proyectos habitacionales mejor localizados

Se adquirieron varios predios localizados en las áreas centrales de diferentes ciudades del país en los que ya se están desarrollando proyectos de gran escala. Estas acciones son parte de la ampliación y mejora de la disponibilidad de suelo  para generar diferentes soluciones habitacionales de interés social.

Entre las modalidades de acción se encuentran algunas como la adquisición de predios para cooperativas de vivienda y unidades destinadas a realojar familias afectadas por inundaciones, la generación de programas de alquiler y compra con  subsidios para hogares, el otorgamiento de garantías para parejas jóvenes. 
Además con el propósito de mejorar la calidad de vida y el mayor acceso, se busca integrar en los predios otros usos complementarios a la vivienda, como la instalación de servicios y equipamientos que van desde policlínicas y centros Caif o la construcción de nuevos espacios públicos de calidad.

La Enasu es una política pública  amplia. Está conformada por seis acciones y diecisiete líneas de trabajo, que suponen un abordaje sobre la problemáticas habitacionales y urbanas que requieren una respuesta desde múltiples frentes e instituciones. Los desafíos para el acceso democrático al suelo urbano de calidad en la ciudad contemporánea implican respuestas escalonadas en el tiempo y requieren un esfuerzo de coordinación y monitoreo constante de sus efectos concretos sobre el corto, mediano y largo plazo.

Entre las primeras, que son de más rápida y efectiva aplicación, ya se cuenta con la identificación de áreas de oportunidad, suelo disponible con las características antes referidas, donde se introducirán procesos de densificación urbana que permitirán frenar la innecesaria expansión urbana y el consumo de suelo natural y productivo.

Las áreas de oportunidad son piezas territoriales que se encuentran bien ubicadas pero están subutilizadas en cuanto a la función social del suelo o a las posibilidades establecidas por la normativa vigente. 

Una vez identificadas son clasificadas según superficie, estado y uso de la construcción, en caso de existir, registro de propiedad, entre otras.

Mapa que indica áreas de prioridad de la estrategia

 

Cartera de tierras

Otra línea de trabajo en curso es la generación y actualización de las carteras de tierras en todos los departamentos del país.

A la fecha se avanza en la construcción de un sistema de indicadores que permite una mirada sistémica sobre nuestras ciudades en busca de estas áreas de oportunidad. A escala nacional, se definen las características que deben tener las localidades donde priorizar la intervención urbana: demografía, mercado de trabajo, equipamiento, servicios urbanos y la existencia de déficit habitacional.

Este acercamiento pondera la búsqueda en aquellas localidades en que estas variables resalten y exista por tanto un problema a resolver. La construcción de este sistema de indicadores permitirá el desarrollo de procesos ordenados para la detección de áreas de oportunidad.

Áreas de oportunidades, carteras de tierras y sistema de indicadores son entonces tres líneas de trabajo cuyas acciones se entrelazan y retroalimentan.
Los principales proyectos de este tipo desarrollados hasta el momento son:

  • Paylana en Paysandú, con un área de 4.2 hectáreas. En él ya se adjudicaron los predios a ocho cooperativas, las cuales ingresaron los trámites al Mvotma.
  • Raincoop en Montevideo, con un área de 2.7 hectáreas.

En confluencia con estos casos, el Mvotma acompaña a la Intendencia de Montevideo en el proceso de planificación para la transformación del área del Mercado Modelo. 

A partir de estos proyectos se promueve el uso mixto del suelo, la generación de bienes y servicios de calidad, desestimando el “monocultivo” de viviendas.

Se propone continuar y profundizar esta modalidad de actuación, con énfasis en la calidad de proyecto urbano-arquitectónico y fuerte impronta local, que incluya mixtura de usos y propicie el desarrollo sostenible del área, estimulando la apropiación social del espacio en respuesta a las necesidades y demandas de la población.

Herramientas de Gestión

Entre las líneas de trabajo a mediano y largo plazo cabe destacar, además de la consolidación de las líneas desplegadas en corto plazo, la generación de nuevas herramientas de gestión territorial, que están actualmente ingresando al marco normativo de cada departamento a través de las Ordenanzas.

Ese proceso permitirá desarrollar nuevos mecanismos de financiamiento a través de mayores aprovechamientos, la captura de plusvalía urbana y otras formas de estímulos privados: como el Fondo de Gestión Territorial para la adquisición de bienes que alimenten las respectivas carteras de tierras.
Inmuebles vacíos y degradados.

Otra de las acciones desplegadas cuyos efectos se esperan a mediano y largo plazo es la reutilización de inmuebles urbanos vacíos y degradados.

Para ello el pasado 26 de octubre del 2018 se aprobó la Ley de Inmuebles urbanos vacíos y degradados, la cual promueve la rehabilitación de inmuebles situados en áreas urbanas consolidadas que estén vacíos y degradados. Actualmente esta ley está siendo reglamentada por un equipo de la ANV.

La Enasu como toda política pública de nueva generación, procura articular esfuerzos de distintos actores.

Un abordaje integral, en base fundamentalmente a estímulos y no tanto a restricciones. Se despliega al mismo tiempo un mecanismo de evaluación y monitoreo en tiempo real. Este permitirá medir sus resultados y actualizar las herramientas en función de los cambios de escenarios. Además de analizar los múltiples desafíos que supone mejorar el acceso y la gestión del suelo urbano en todos los territorios del país.

Etiquetas