Boletín

Editorial N° 16

Trabajando antes, durante y después de las emergencias.
Imagen ilustrativa

En nuestro diario accionar siempre tenemos presente que “Prepararse hace la diferencia”. Reiteramos este mensaje para contrarrestar la idea de que en Uruguay no pasada nada y para instalar la noción de que hay riesgos y que como comunidad podemos contribuir a reducirlos o aumentarlos.  Con esta máxima como norte, este año 2022 nos hemos dedicado a prepararnos en estos tres planos: antes, durante y después de las emergencias.

Muchos se preguntarán ¿qué podemos hacer para prevenir que un evento castigue al ambiente, a las personas o a las infraestructuras críticas? Pues podemos hacer muchas cosas, por ejemplo mejorar nuestros Sistemas de Alertas Temprana, SAT. Este fue uno de los temas abordados durante el año y culmina con un proyecto en conjunto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que nos llevará a trabajar con varios actores e instituciones involucradas en la temática, para lograr optimizar nuestro SAT pero también avanzar para que el mismo se convierta en un SAT multiamenaza.

Otro tema importante en “el antes” es la sensibilización, y es por ello que durante 2022 continuamos la línea de promoción de una cultura preventiva, desarrollando diversas acciones como los cursos en la Plataforma Educativa Virtual del Sinae, las campañas de comunicación y manteniendo el foco en las nuevas generaciones. Es así que este año se realizaron talleres de gestión integral del riesgo en 102 escuelas rurales donde participaron 135 docentes y 1250 niños/as. Asimismo se siguió con la iniciativa de Naciones Unidas “Desarrollando ciudades resilientes” en 11 municipios del país. En ese marco llegamos a los cuartos y quintos años de 11 escuelas públicas y se sensibilizó a educadores y educandos y a la comunidad en general.

Otro de los trabajos realizados fue la actualización de los 19 protocolos departamentales de emergencia, donde cada departamento con la guía del área de planificación de nuestra Dirección Nacional repasó todas las acciones necesarias para responder a los riesgos más probables de sus departamentos, para de esa forma poder actuar de manera integral, eficiente y eficaz en el durante, que es tan importante como el antes y el después.

En esta fase también se trabajó mucho con la Mesa de análisis de materiales peligrosos (MASPEL), profundizando los protocolos en caso de que suceda algún evento en las vías férreas con alguna sustancia peligrosa y en la Mesa de monitoreo de incendios forestales (MAIF), con todo lo relativo al plan de protección integral frente a incendios forestales y de campo.

"El después" también debe ser estudiado y es por eso que comenzamos a prepararnos en una metodología que permita evaluar los daños y pérdidas que ocurren luego de cada evento adverso para poder medir el costo final de la emergencia ocurrida y arrojar luz en relación a cuánto podemos invertir para que, si se repite, el costo sea cada vez menor.

Muchas de estas acciones se han implementado con el apoyo de diferentes organismos internaciones como UNDRR, PNUD, UNICEF, por mencionar algunos.

Por último, toda la Dirección Nacional trabajó y está trabajando en la organización de la VIII Plataforma Regional para la Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas y el Caribe que se desarrollará entre el 27 de febrero y el 2 de marzo del próximo año. Por primera vez nuestro país será sede de un evento de esta envergadura donde se espera la presencia de 600 personas provenientes de 34 países que investigan, estudian, analizan y trabajan en la gestión y reducción del riesgo de emergencias y desastres. Se trata de un gran desafío que esperamos nos permita generar sinergias y consolidar alianzas con nuestros pares del continente.

Gracias a todos y todas los que han colaborado en estos procesos. Que el 2023 nos encuentre redoblando el compromiso para seguir contribuyendo a generar una región mejor preparada y más resiliente.

Cnel. (R) Mag. Sergio Rico Fernández
Director Nacional de Emergencias

Etiquetas