Editorial

Editorial N°7

A un año de la declaración de emergencia nacional sanitaria por COVID-19.
Imagen ilustrativa

13 de marzo de 2020, 13 de marzo de 2021: ha transcurrido un año desde que nuestro país declaró la Emergencia Nacional Sanitaria a causa del Covid-19, pandemia que hasta el día de hoy afecta al planeta. 

Emergencia que fue declarada en el ámbito de la Junta Nacional de Emergencia y Reducción de Riesgos, pero con la particularidad que en esta ocasión la Junta contó con la presencia del Sr. Presidente de la República y el Poder Ejecutivo en pleno.

Emergencia que puso a prueba a toda la institucionalidad que por ley el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) articula, donde se coordinaron todos los medios y se optimizaron todos los recursos del Estado para hacer frente a esta pandemia.

Rápidamente el Sistema en lo territorial se reunió en el centro del país con todos los Presidentes de los Comités Departamentales de Emergencias (CDE), con los Centros Coordinadores de Emergencias Departamentales (Cecoed) y de esa manera ambas estructuras, Poder Central y Departamental comenzaron a diagramar la estrategia a aplicar.

Con el correr del tiempo se debieron atender distintas situaciones: proteger a los ciudadanos en situación de calle, verificar la forma cómo estaban hospedados los ciudadanos de la llamada tercera edad en los residenciales, los migrantes que empezaron a ingresar a nuestro país, los centros comerciales de grandes superficies por las aglomeraciones que en ellos se producían, distintos públicos, distintos sectores del quehacer nacional, sin olvidarnos de la educación en los tres niveles.

Inmediatamente se tomaron distintos tipos de medidas, políticas, económicas, sociales, deportivas y también militares donde la custodia de nuestra frontera fue un factor clave en la gestión de la pandemia.

El Sistema Nacional de Emergencias puso a prueba su organización, puso a prueba sus recursos humanos principalmente aquellos que se desempeñan en la Dirección Nacional de Emergencias que debieron adaptar sus planificaciones y abocarse de lleno a las tareas vinculadas con la emergencia.

En igual sentido los Coordinadores de los Cecoed, en un enlace permanente con la Dirección colaboraron eficazmente en la implementación y en la difusión de todas las medidas definidas por el gobierno y más recientemente en todo lo relativo a la llegada y distribución de las vacunas

Este es nuestro foco ahora: la vacunación basada en la responsabilidad, la solidaridad y el bien colectivo. Responsabilidad en la protección propia y de los demás, solidaridad para entender y aceptar que hay personas con mayor riesgo que deben vacunarse primero y bien colectivo en tanto las vacunas representan un bien para el conjunto de la sociedad.

Es nuestro foco porque es la posibilidad concreta y tangible de que finalice la fase de respuesta a esta emergencia; es la luz de esperanza que permitirá poner fin a uno de los eventos extremos más significativos de los últimos tiempos.

Cnel. (R) Mag. Sergio Rico Fernández
Director Nacional de Emergencias

A fines de diciembre de 2019 en China se detectó la aparición de un nuevo tipo de virus de la familia Coronaviridae denominado “nuevo coronavirus”, SARS-CoV-2. 
El 30 de enero la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la existencia de un riesgo de salud pública de interés internacional. 
En América Latina el primer caso se registró en Brasil el 26 febrero del año 2020 y la primera muerte por la infección tuvo lugar en Argentina el 7 de marzo. 
En Uruguay los primeros 4 casos se detectaron el viernes 13 de marzo y ese mismo día en conferencia de prensa, el gobierno declaró el estado de “emergencia nacional sanitaria” y se puso en marcha el Plan Nacional Coronavirus (Covid-19) que incluía una serie de medidas con el objetivo de prevenir la propagación del virus.
El 28 de marzo se registró el primer fallecimiento en Uruguay, atribuido al SARS-CoV-2.
El 25 de febrero de 2021 llegaron las primeras dosis de vacunas a Uruguay y el 1 de marzo se inició el proceso de vacunación.

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