Estadísticas de género 2020

Informes

Indicadores de estadísticas de género de 2020
  • La estructura poblacional en Uruguay mantiene la tendencia de aumento de mujeres adultas mayores y una disminución en la proporción de personas menores de 14 años. La brecha en el índice de envejecimiento según sexo implica una sobrecarga creciente asumida por las mujeres.
  • En el período 2006-2020 la proporción de hogares conformados por parejas heterosexuales donde únicamente el varón trabaja remuneradamente tiende a disminuir al tiempo que aumentan aquellos en donde ambos integrantes están empleados/as. Para el 2020 en el 27,4% de estos hogares ambos integrantes trabajan de manera remunerada y en el 23,7% únicamente el varón se encuentra ocupado. En los hogares pobres resulta más frecuente que únicamente el varón se encuentre ocupado, mientras que en los hogares no pobres sucede a la inversa.
  • Las mujeres presentan mejores desempeños educativos que los varones, aproximadamente 53% de ellas alcanzan al menos bachillerato como máximo nivel educativo, esto no se ve reflejado en su inserción en el mercado de empleo.
  • Las personas que residen en localidades menores de 5000 habitantes presentan menores niveles educativos que aquellas que residen en localidades mayores a 5000 habitantes y las mayores diferencias se registran respecto de Montevideo, lo que puede asociarse a la diferente oferta educativa entre regiones.
  • Para las mujeres que residen en Montevideo la tasa de actividad se sitúa en 57,0%; 53,0% para aquellas que residen en localidades del Interior mayores a 5.000 habitantes y 47,4% en localidades menores a 5.000 y zonas rurales. Existe una brecha de casi 10 puntos porcentuales en la tasa de actividad de las mujeres en función del lugar de residencia, mientras que para los varones no hay grandes variaciones según la región en que residan.
  • La participación laboral aumenta a medida que aumenta el nivel educativo de las personas, es la variable que marca una mayor diferencia en la actividad de las mujeres, así como en la reducción de la brecha de género. La distancia en la tasa de actividad entre varones y mujeres es de 26,7 puntos porcentuales para quienes presentan primaria como máximo nivel educativo y se reduce a 6,9 para quienes presentan terciaria como máximo nivel.
  • Conforme aumenta la cantidad de hijos/as presentes en el hogar la tasa de actividad de las mujeres disminuye, mientras que para los varones se mantiene sin modificaciones. Esto se 7 asocia a la desigual distribución del trabajo no remunerado, específicamente a la carga de cuidados que recae mayoritariamente en las mujeres.
  • El desempleo es mayor para las personas que viven en hogares en condición de pobreza (32,2% para las mujeres y 20,0% para los varones) frente a los hogares no pobres (10,3% para las mujeres y 7,5% para los varones). La brecha de género es mayor para aquellas mujeres que viven en hogares en condición de pobreza (12,2 vs 2,8 puntos porcentuales).
  • De las mujeres que se dedican en forma exclusiva a la realización de tareas de trabajo no remunerado, la proporción de quienes viven en hogares en condición de pobreza duplica la de aquellas mujeres que residen en hogares no pobres. A medida que aumentan los ingresos del hogar, el porcentaje de mujeres que asumen en forma exclusiva dichas tareas, disminuye.
  • La distribución de la población ocupada en las distintas ramas de actividad presenta claras diferencias por género. Se identifican ramas con alta presencia de varones como Construcción, Transporte, Agro, pesca, caza y explotación de minas o canteras. Por su parte, las ramas con fuerte presencia femenina incluyen Actividades de los hogares como empleadores, Servicios sociales y de salud y Enseñanza.
  • El sector de cuidados representa un 3,5% del total de personas empleadas, y se encuentra fuertemente feminizado, (94,5% de las personas empleadas son mujeres). Dentro de las empleadas en este sector hay una mayor proporción de jóvenes entre 14 y 24 años y de 65 o más, frente al total de ocupadas. Las personas ocupadas en este sector presentan menores niveles educativos, el porcentaje de mujeres con primaria o educación media como máximo nivel educativo es mayor para quienes trabajan en el sector de cuidados que para el total de mujeres ocupadas (21,4% y 14,1%; 60,5% y 49,0% respectivamente).
  • Las mujeres perciben 78,5% del total de ingresos que perciben los varones y 94,6% si se consideran los ingresos por hora. Estas diferencia en las brechas de los ingresos por hora y total se debe a que, en promedio, las mujeres trabajan remuneradamente menos horas que los varones producto de la alta carga de trabajo no remunerado que constituye una barrera para la inserción plena de las mujeres en el mercado de empleo.
  • El sector STEM muestra condiciones laborales favorables para las mujeres en términos de ingresos. La tasa de actividad de personas formadas en estas áreas es ampliamente superior a la del total de la población (21,6 puntos porcentuales). Aun resulta un desafío la formación, capacitación, inserción y permanencia de las mujeres en estas áreas. 8
  • El 14,6% de las mujeres de 14 años o más no percibe ingresos propios, en el caso de los varones el porcentaje es de 7,0%. A medida que aumentan los ingresos del hogar, disminuye el porcentaje de personas sin ingresos propios. En todos los quintiles de ingresos el porcentaje de mujeres sin ingresos propios supera al de varones.
  • En 2020 el porcentaje de hogares pobres con jefatura masculina es de 6,3% y asciende a 10,0% para aquellos con jefatura femenina. La pobreza incide en mayor medida en hogares extendidos o compuestos y en monoparentales femeninos (en particular en aquellos con presencia de menores de 4 años). A su vez, los mayores porcentajes de pobreza se registran en hogares encabezados por jefas menores de 30 años.
  • La pobreza medida a partir del método combinado de ingresos (percepción de ingresos a nivel individual y a nivel del hogar), registra importantes diferencias por sexo, particularmente en lo que refiere a la pobreza invisible, condición en que se encuentran aquellas personas que no residen en hogares en condición de pobreza pero no perciben ingresos propios, estos valores se ubican en 4,0% para los varones y 11,5% para las mujeres.

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