Nuestro territorio Edición Nº7

Territorio y Ambiente

Entrevista al director Nacional de Medio Ambiente Alejandro Nario 

Director Nacional de Medio Ambiente Alejandro Nario

 

Durante el presente año en cada número de Nuestro Territorio realizamos un ciclo de entrevistas a los directores de las distintas reparticiones del Mvotma.  

La intención es repasar los puntos neurálgicos de sus respectivas agendas y su vinculación con el Ordenamiento Territorial. En el entendido que la complejidad de buena parte de los desafíos que enfrentamos, más allá de sus especificidades, requieren un abordaje multidimensional y para ello debemos  mantener un fluido intercambio que nos facilite el trabajo conjunto. 

El pasado 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente, así que  es el turno de conversar con el director Nacional de Medio Ambiente (Dinama) Ingeniero Químico Alejandro Nario.

-Hola Alejandro, gracias por atendernos. Empecemos por una rápida enumeración de las principales líneas de trabajo que viene llevando adelante tu dirección para la protección del ambiente. 

Bueno podríamos empezar por ejemplo por la campaña para disminuir el uso de las bolsas plásticas. Ahí hay todo un paquete grande que es la gestión de residuos. El Poder Ejecutivo envió un proyecto de ley de bolsas plásticas y otro sobre ley general de residuos. Son dos proyectos complementarios, obviamente uno bastante más complejo que el otro. En el caso de las bolsas se apuesta a la disminución a través del cobro y la utilización de material biodegradable. Lo que se disminuye además va a tener una menor contaminación ambiental que lo que está sucediendo hoy en día.

Por otro lado, la ley general de residuos es una ley importante con muchas situaciones diferentes. Hay una apuesta a la planificación de la gestión de residuos tanto el gobierno nacional como las intendencias departamentales, cada uno en el marco de sus competencias va a tener que planificar la gestión de residuos en función de lo establecido por la reglamentación nacional.

Lo segundo es el concepto de el que contamina paga. Hoy en día la gestión de los residuos que tienen las empresas que dejan envases en el ambiente, o sea envases no retornables debe ser ajustada. Es que hoy en día una parte importante del sustento de  los sistemas de recuperación y reciclaje se basan en el precio del residuo y a veces el precio de los materiales fluctúa y hay veces que el mercado no está en condiciones de absorberlos y genera dificultades. 

Garantizar el precio del Pet genera un marco de economía circular cuando los materiales van a ser clasificados y separados y después habrá un arreglo que apoye a las empresas nacionales para optimizar esos materiales. De esa manera terminamos con el use y tire, pues los materiales tienen varias posibilidades de ser reutilizados en lo que es un ciclo de vida del mismo, y no es: uso la botella, la entierro y punto.

Los materiales pueden ser utilizados varias veces incluso con funciones diferentes a la original. En este sentido también tienen un rol clave los gobiernos departamentales y debemos apoyarlos en materia de gestión y en infraestructuras de disposición final. Todo esto en el marco de las políticas del gobierno central. 
Una segunda línea de trabajo importante es todo lo que tiene que ver con lo agropecuario. La Dinama estuvo asociada al control del sector industrial y básicamente a los efluentes, pero el Uruguay en la producción agropecuaria ha desarrollado un problema con los pesticidas y con los fertilizantes. Este es un punto que estamos abordando, en principio en lo referente a los envases de agroquímicos, luego en un proyecto para el registro de los plaguicidas y por último en control a los fertilizantes (como por ejemplo en la cuenca del santa lucía, vinculado a los planes de manejos lecheros).

Una tercera línea importante es todo lo que refiere a la complementación con el ordenamiento territorial, en la zona costera incluyendo la vivienda. No solo queremos pensar en el futuro sino que tenemos el desafío importante de recuperar el ecosistema costero que fue muy agredido por la política de planificación de hace varias décadas atrás por no considerarlo como una cuestión relevante que hoy día lo vemos en problemas de las infraestructuras como tiene Aguas Dulces o Piriápolis y la degradación de esos ecosistemas tan importantes. 

Por último, mencionaría todo lo que es la conservación de la biodiversidad. El Uruguay tiene problemas de conservación de varias especies y eso viene incrementándose.

Entonces las políticas en la materia incluyen el rol de las áreas protegidas, el rol de los corredores biológicos nacionales, la interacción con los vecinos, la incorporación de la biodiversidad en los aspectos productivos agropecuarios. Perfectamente podrían haber corredores que conectan los arroyos con un bosque por una razón ecológica muy importante. Para lo cual es clave la incorporación de la biodiversidad en los permisos que se dan en impacto. Y también en este punto, como en el costero, estamos trabajando en restauración.

- Ahora queremos preguntarte en relación a los temas que mayor repercusión tienen en la opinión pública, como por ejemplo, la futura instalación de UPM en el centro del país y  el uso de agroquímicos: ¿qué trabajo viene haciendo Dinama al respeto?  

Yo diría que son dos cosas que se tocan pero son distintas en un punto. El uso del suelo en Uruguay y el de fertilizantes genera problemas de eutrofización de muchos cursos. Uruguay tiene que replantearse como mantener su producción pero de una manera más sostenible ambientalmente que las que hoy se aplican, que son tan intensivas en el uso de productos químicos. Pero ya se están tomando medidas de protección, pareciera que estamos avanzando en la dirección correcta. En esta materia el gobierno decidió comenzar con los cursos desde donde se obtiene el agua potable, pero vamos a seguir hacia el resto. El uso de los pesticidas en Uruguay tiene un control muy básico al que hay que incorporarle el análisis de riesgo ambiental y de salud, que aún es muy débil en la vigilancia de esos químicos en nuestros ambientes y en la salud de las personas. Este es un desafío que venimos trabajando con el MSP y el Mgap. 

Con respecto a UPM, nosotros entendemos que hay una política país. Sin duda el Río Negro tiene niveles de fósforo superiores a los admisibles y la contaminación es de base agropecuaria. En el Santa Lucía lo estudiamos por diez años también y, a pesar que podía haber contaminación significativa por la agroindustria o las ciudades, el 80% de la contaminación es de fuentes difusas (agropecuarias). Entonces nosotros planteamos que si es necesario que el Uruguay se desarrolle, hay que tener medidas que permitan que determinada actividad se pueda realizar. ¿A qué me refiero con esto? Nosotros podríamos decir bueno, estratégicamente podemos ver que el desarrollo de una zona del Uruguay, donde se localiza la actividad industrial requiere definir parámetros que sean relativamente bajos, pero que permitan su desarrollo ambientalmente sostenible. El objetivo es equilibrar lo que es deseable en términos territoriales, lo deseable en términos económicos, y  deseable en términos de país. Esto implica que quienes hoy contaminan el río tengan estímulos y hagan su mejor esfuerzo para eliminar esa contaminación y eso permita la instalación y desarrollo de un emprendimiento que en su conjunto el Uruguay y el gobierno lo ven como positivo. 

Uruguay cuenta con capacidades para realizar la planta pero eso no quiere decir que permitamos cualquier cosa. El proceso de evaluación ambiental creo que a veces se ve como una cosa de apruebo o no apruebo y no se está viendo el valor agregado del proceso de los dos emprendimientos anteriores. Haber pasado por un proceso de evaluación de impacto ambiental incluyó un montón de parámetros a controlar, de procesos a rever en algunos aspectos que hicieron que el proyecto fuera viable. O sea, que yo creo que ahí a veces hay un error en la concepción. En este proyecto hay un agregado de valor en lo que hace a lo ambiental. El agregado de valor es que una actividad se pueda desarrollar pero de una manera ambientalmente aceptable. Y eso, creo, es un rol que tiene este Ministerio y la Dinama en particular y que se cumplieron, es decir, que se desarrolla bajo criterios de sostenibilidad.

- Dinos un logro y un debe que tiene tu gestión al día de hoy.

Creo que un logro de la gestión es que se valore la importancia de los recursos ambientales. Antes era mucho más complicado, yo lo hablé con anteriores directores y cuanto más se va en el tiempo, se ve que los temas ambientales ya tienen otra relevancia y se ve que en las políticas públicas los temas ambientales siempre están presentes y eso es bien importante. Haber logrado las leyes de manera participativa creo que es otro logro importante y permitan dar voz y visibilidad a distintas expresiones tanto de la problemática de los agroquímicos como de la problemática de la biodiversidad.

-Yendo ahora específicamente a la interrelación con el ordenamiento: ¿Cómo se articulan los controles ambientales con la planificación territorial?

Creo que son claramente complementarios porque el ordenamiento territorial te permite cruzar políticas públicas en general y ambientales en particular en el territorio entonces eso le da fortaleza en esa complementación. Uno define las políticas públicas de la biodiversidad en una zona y se busca una expresión de la planificación territorial asociada a esa política pública. Eso le da más solidez, más consistencia, por eso estamos trabajando en esa línea en la cuenca del Santa Lucía.  

No obstante, debemos reconocer que la imbricación de estas dos dimensiones sigue siendo algo en disputa, pero claramente hemos avanzado.

- ¿Qué aspectos pueden mejorarse para afinar el análisis de impactos ambientales con la viabilidad territorial de emprendimientos en procura de un uso del suelo más ordenado y sostenible para continuar y potenciar el desarrollo?

Sabemos que tenemos un mecanismo bastante aceitado en las autorizaciones ambientales que responde a los dictámenes de viabilidad territorial y a equipos conjuntos que trabajan a ese nivel. Mi idea es que las guías (como la de forestación) vayan orientando claramente qué y dónde se pueden hacer las cosas. Eso es una herramienta que colabora con los instrumentos de ordenamiento territorial que fijan pautas a otra escala, generales, por zonas, mientras que nosotros estamos a escala del emprendimiento.

Tenemos que avanzar en la interacción entre las guías y los instrumentos que van siendo aprobados y la gestión de los mismos. 

El gran desafío es el anclaje territorial que tenemos que tener en nuestras normas ambientales que se hacen también desde y con el ordenamiento territorial.

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