Colaboraciones

En la gestión de riesgos y emergencias todas las piezas son importantes

Sector privado y organismos internacionales colaboran en la emergencia por inundaciones en el litoral norte del país.
Imagen ilustrativa

La Gestión Integral del Riesgo no es una tarea exclusiva del estado. La sociedad juega un papel clave en ese proceso y tanto la sociedad civil, la cooperación internacional como el sector privado no escapan a esa generalidad. 

En Uruguay, es fundamental contar con un Sistema Nacional de Emergencias que dialogue y trabaje en sinergia constante con otros actores de la sociedad. Y si bien las donaciones y apoyos para dar respuesta a una emergencia son de gran importancia, las maneras y los mecanismos de cooperación efectiva durante otras fases de la Gestión Integral de Riesgos (prevención, mitigación, preparación, rehabilitación y recuperación) todavía constituyen un desafío.

Por ejemplo, la Política Nacional de Gestión Integral del Riesgo de Emergencias y Desastres en Uruguay 2019-2030, establece que se diseñará un plan de inversión para la reducción del riesgo existente en la infraestructura pública, incluyendo la promoción para este tipo de inversión también en el sector privado, con la incorporación de una norma obligatoria para reducir el riesgo preexistente en zonas impactadas por emergencias y desastres.

El tipo de política del ejemplo, prevé la colaboración del sector privado en la llamada gestión correctiva del riesgo que implica mitigar o reducir los riesgos existentes invirtiendo en medidas correctivas, incluidos los preparativos y la alerta temprana.

De igual manera, es importante que la sociedad civil, la cooperación internacional y el sector privado participen en acciones de gestión compensatoria del riesgo (medidas para apoyar la resiliencia de los individuos y las sociedades), y en quizás la más importante: la gestión prospectiva del riesgo, que implica prevenir o evitar la acumulación de riesgos nuevos o futuros haciendo elecciones de desarrollo que lo tengan en cuenta.

Actualmente, la Dirección Nacional de Emergencias (institución que funciona de nexo entre el Poder Ejecutivo y otros actores del Sinae) gestiona donaciones destinadas a colaborar en la respuesta a la emergencia por inundaciones en el litoral norte del país.

El menú de donaciones es variado. De parte de la Fundación Banco República, se recibieron mil canastas de alimentos (similares a los que entrega el Instituto Nacional de Alimentación, el INDA). La Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU, organismo internacional creado por Uruguay y Argentina para administrar el Río) confirmó la instalación de cuatro contenedores higiénicos (con duchas y baños) para los departamentos afectados. A su vez, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) puso a disposición del Sinae kits con repelentes, pañales y artículos de higiene personal para las personas desplazadas. Desde el sector privado, se recibieron de Salus más de 230.000 litros de agua embotellada y de Jhonson & Jhonson repelentes y desinfectantes de cara a la limpieza de las viviendas afectadas y a la prevención del mosquito transmisor del dengue. 

Este es un aporte que el Sistema Nacional de Emergencias agradece, recordando que la gestión del riesgo no comienza ni termina con la ocurrencia de una emergencia. Es un ciclo en que la sociedad entera trabaja de manera conjunta, y que por ser un ciclo, no tiene principio ni fin.

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