Ganadería y Clima

Informe de sistematización de prácticas y tecnologías ganaderas con potencial de mitigación

Informes

Consultoría nacional para la elaboración del Plan de Mitigación en Ganadería. Producto 4

En el marco del Componente 1 del proyecto “Ganadería y Clima” se elaborará una Acción Nacional Apropiada de Mitigación (NAMA), incluyendo un sistema nacional de monitoreo, información y verificación (MRV), para el sector ganadero de rumiantes. Este documento se denomina Plan de Mitigación en Ganadería (PMG) en el contexto nacional.

 

Este informe busca sistematizar las prácticas y tecnologías ganaderas con potencial de mitigación disponibles para la producción de carne vacuna y ovina, a ser consideradas en la elaboración del PMG en Uruguay. Las prácticas y tecnologías evaluadas aplican principalmente a sistemas ganaderos de base pastoril, que predominan en el país tanto en superficie abarcada como en producción total de carne.

 

En primer lugar, se identifica una serie prácticas y tecnologías que tienen como foco la mejora de la productividad y la eficiencia en los predios ganaderos. Al aumentar la productividad ganadera, estas prácticas permiten reducir la intensidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por kilogramo de carne producida. Existe relativo consenso a nivel nacional sobre cuáles son estas prácticas y tecnologías, si bien se identifican distintos enfoques que le otorgan distinto peso relativo a las tecnologías de procesos y las basadas en insumos externos. Por un lado, existe una base sólida de investigación nacional que muestra que es posible mejorar los resultados productivos y económicos en la ganadería a través de la adopción de prácticas de manejo simples basadas en la gestión óptima del campo natural y el uso reducido de insumos externos (Modernel et al., 2016; Paparamborda, 2017; Picasso et al., 2018; Ruggia et al., 2021; Jaurena et al., 2021). Estas prácticas de intensificación ecológica basada en el campo natural se centran en el manejo espacio-temporal del pastoreo, y han sido promovidas a nivel nacional por el proyecto Ganadería y Clima y otras iniciativas. Además de su potencial de mitigación del cambio climático, pueden generar cobeneficios vinculados a mejorar el estado del campo natural y sus servicios ecosistémicos (adaptación al cambio climático, secuestro de carbono, conservación de biodiversidad, regulación hídrica, retención de nutrientes y control de la erosión del suelo). No obstante, la producción bajo este modo de intensificación tiene un límite impuesto por la disponibilidad de agua en el suelo dado por las precipitaciones y el contenido de nutrientes del suelo, que determinan el crecimiento y valor nutricional del forraje (Jaurena et al., 2021).

 

Por otro lado, existen tecnologías y prácticas que permiten aumentar el nivel de productividad de los sistemas ganaderos a partir de una intensificación productiva basada en insumos externos. Estas tecnologías buscan superar las limitaciones mencionadas para seguir aumentando la producción ganadera, pero a costa de reducir muchos de los servicios ecosistémicos asociados al campo natural (Jaurena et al., 2021). A través del aumento en la productividad, estas prácticas permiten reducir aún más la intensidad de emisiones de GEI de los sistemas ganaderos, en comparación con el enfoque de intensificación ecológica. Sin embargo, algunas presentan compromisos en términos de conservación de biodiversidad, balance de nutrientes, resiliencia a eventos climáticos y la sostenibilidad de los sistemas ganaderos en el mediano y largo plazo.

 

En segundo lugar, se han desarrollado tecnologías que tienen un efecto directo en las emisiones absolutas de GEI de la ganadería y que no necesariamente generan un aumento en la productividad, algunas de las cuales son de más reciente introducción en el país. En esta categoría se incluyen el uso de aditivos inhibidores de la metanogénesis que permiten reducir las emisiones de metano entérico, la selección genética con base en la eficiencia en emisiones de metano (que también repercute en la eficiencia de producción de carne), y la incorporación de forrajes altos en taninos para reducir las emisiones de óxido nitroso.

 

En tercer lugar, hay medidas que apuntan a aumentar el secuestro de carbono, ya sea en suelos (adopción de prácticas que permiten mejorar la gestión del pastoreo, evitar la conversión de pastizales, e inclusión de pasturas perennes en rotaciones agrícolas) o en biomasa forestal (montes de abrigo y sombra, sistemas silvopastoriles, y medidas de conservación del bosque nativo). 

 

Gran parte de los establecimientos ganaderos en Uruguay enfrentan bajos niveles de producción y de ingresos, y son vulnerables a la variabilidad y el cambio climático, lo cual se explica principalmente por el desbalance entre la producción de forraje y los requerimientos de alimento de los animales (Dogliotti et al., 2021). Este desbalance puede ser causado por una alta intensidad de pastoreo o la falta de control y gestión de ciertos procesos productivos determinantes, por ejemplo, la época y duración del entore, el momento del destete definitivo, y la no asignación del forraje con base al estado corporal y fisiológico del rodeo (Soca y Orcasberro, 1992). En línea con lo anterior, la Encuesta Ganadera Nacional 2016 muestra un bajo nivel de adopción de tecnologías en los establecimientos: el 43,7% de los productores ganaderos revisa los toros previo al entore, el 42,5% declara tener el toro con el rodeo de cría todo el año y solo el 7,3% realiza un diagnóstico de actividad ovárica. A su vez, la Encuesta de Buenas Prácticas Ganaderas realizada en 2020 muestra que solo el 6,5% de los predios (que ocupan el 13% de la superficie de campo natural) aplican simultáneamente las 8 prácticas de manejo definidas como estrategias proactivas para acoplar los requerimientos de los animales y la producción de forraje según Jones at al. (2020), como se muestra en la tabla 1 a continuación.

Tabla 1. Adopción de prácticas de manejo en ganadería

Tabla 1. Adopción de prácticas de manejo en ganadería
Práctica de manejoSuperficie de campo natural (ha)Porcentaje de la superficie de campo naturalPorcentaje de predios
Entore vaquillonas con menos de 28 meses6.909.85475%62%
1 + Entore o inseminación estacional5.383.30058%48%
2 + Ventas fijas (programadas con anterioridad)4.066.26944%32%
3 + Loteo de vacas3.642.77839%22%
4 + Realiza diagnóstico de preñez2.984.73432%16%
5 + Destete definitivo en marzo1.541.32317%9,8%
6 + Período de entore o inseminación nov-feb1.344.85615%7,2%
7 + Estima disponibilidad de pasto con métodos cuali y/o cuantitativos1.228.57613%6,5%

Fuente: Jones et al. (2020) en Anuario OPYPA 2020 con base en Encuesta de Buenas Prácticas Ganaderas

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