Covid-19

Acciones tomadas para abordar la situación de las personas mayores institucionalizadas en el marco de la COVID-19

La subdirectora General de la Salud, María Giudici relata todas las acciones y decisiones que debieron de tomarse en tiempo récord para abordar la situación de las personas mayores institucionalizadas en el marco de la pandemia por la Covid-19.
María del Luján Giudici

Desde que se declaró la emergencia sanitaria el Ministerio de Salud Pública (MSP) tuvo una actitud proactiva para poder detectar cuáles eran aquellos lugares donde el virus del SARS-CoV-2 podía llegar a hacer más daño y detectarlo a tiempo.

Con la experiencia de lo que ya había sucedido a nivel internacional se vio que los residenciales eran uno de los puntos falibles en los que había que tomar medidas de prevención rápidamente por la alta transmisibilidad del virus. Las características propias de los hogares, que son cerrados y en los que, por un lado viven muchas personas mayores pertenecientes a la franja de población de mayor riesgo, y por otro, entran y salen personas constantemente, entre los visitantes y el personal de atención, eran, necesariamente, lugares donde el virus tendría alta propagación. Así fue que se puso en marcha un plan estratégico con el fin de paliar cualquier situación que se presentara. En palabras de la Subdirectora General de Salud María Giudici: “Lo que se vio en el mundo fue que las personas institucionalizadas sufrían muchísimo, la mortalidad fue altísima, murieron personas en residenciales sin recibir atención (…) En marzo asumimos esta problemática y empezamos a armar un plan estratégico para abordar el tema de forma global, que tuviera en cuenta todos los actores: residentes, familiares, directores técnicos, dueños, cuidadores y a la infraestructura inserta en la población”. El plan estratégico se tradujo a medidas concretas.

Registro único y censo en tiempo real

En un esfuerzo mancomunado de esta cartera junto al Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) y el Banco de Previsión Social (BPS) se creó un registro único de residenciales. Cada una de las instituciones tenía diferentes bases de datos sobre los Establecimientos de Larga Estadía (ELEPEM) que debían unificarse para contar con registros certeros y claros. Así fue que con la colaboración de Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (AGESIC) y el Sistema Nacional de Emergencias (SINAE) se pudo tener un baremo único de forma de tener una línea base con la que comenzar a trabajar y llegar a un “diagnóstico situacional de los residenciales de forma de poder hacer una georreferenciación y ver los lugares registrados en el mapa de nuestro país”.

Con este avance se formaron cuatro equipos de dos personas cada uno y se visitaron 16 establecimientos por día para hacer un diagnóstico de cuáles residenciales tenían capacidad de hacer aislamiento en caso de ser necesario. A su vez también se establecieron indicadores que marcaban cuáles de todos los establecimientos se encontraban en situación crítica: que no contaran con director técnico, les faltara realizar trámites en algún ministerio que no les permitiera tener habilitación, cuáles tenían alguna denuncia o hacinamiento de personas.

Con este registro hecho, junto a la Cruz Roja, se procedió a hacerles llegar kits con alcohol líquido y en gel, hipoclorito, guantes, tapabocas, elementos básicos de higiene ambiental y personal que se distribuyeron previendo aquellos ELEPEM en los que la pandemia pudiera impactar más fuertemente.

Otra dificultad en cuánto a la información con la que se contaba y hubo que hacer frente fue que no había un censo hecho que indicara la cantidad de personas que había en cada residencial. Así es que, también por medio de AGESIC, se les creó un usuario y contraseña a cada director técnico o responsable de los ELEPEM para que semanalmente pudieran ingresar la cantidad de residentes, cuidadores y dar las altas y bajas correspondientes. De esta forma se cuenta con información de cuántas personas hay institucionalizadas, en qué situación y se puede así mejorar la calidad asistencial y, en consecuencia, de vida.

“Por primera vez se cuenta con un censo en tiempo real. Cabe destacar la buena predisposición del personal de los residenciales, directores técnicos y titulares que colaboran abiertamente y han entendido que el MSP está para acompañarlos en estas situaciones que golpean fuertemente” afirmó la Subdirectora General de Salud, la Dra. Giudici.

Protocolos específicos

Por otra parte y en paralelo, a través de las áreas de trabajo específicas de los ministerios como el Área Programática del Adulto Mayor en el MSP y el Instituto Nacional de las Personas Mayores (INMAYORES) del MIDES se crearon recomendaciones específicas dirigidas a los actores claves en estas estructuras como los dueños, cuidadores, directores técnicos, familiares y los propios residentes. Las pautas fueron claras para que cada uno entendiera que su rol era fundamental y supiera cómo actuar frente a la pandemia. María Giudici lo explica en los siguientes términos: “Trabajamos en los protocolos de acción con todas las recomendaciones necesarias para que se supiera qué hacer en la situación de tener casos sospechosos o positivos de Covid-19 y cómo debían proseguir en cada posible escenario”.

Notificación obligatoria

El 3 de abril se establece desde la Dirección de Vigilancia Epidemiológica (DIVISA) la notificación obligatoria frente a la sospecha de algún caso de Covid-19 en el personal y en residentes de los ELEPEM junto al personal de salud, militares, bomberos y policías.

Al 20 de abril no había ninguna denuncia realizada. Esto llamó la atención de las autoridades, por lo que se decidió crear una red de comunicación interna y externa entre los ELEPEM y el MSP. Ese mismo día se envió por correo electrónico a todos los directores técnicos y dueños de los residenciales un comunicado recordando la obligatoriedad de denunciar cualquier caso sospechoso o confirmado de Covid-19 en residentes y funcionarios del establecimiento y las vías para hacerlo: un correo electrónico específico para recibir estas denuncias, un número de teléfono y dos celulares de manera de que las 24 horas del día hubiera una línea directa entre ELEPEM, DIGESA y Dirección de Epidemiología.

Equipo de Estudio de Respuesta Rápida

Esta red de comunicación llevó a que entre el 21 y 23 de abril llamase el primer director técnico para informar que un residente era positivo para el virus de la Covid-19.

Con el objetivo principal de dar una respuesta eficaz frente a una notificación de este tipo, se había creado un Equipo de Estudio de Respuesta Rápida para Brotes que inmediatamente procedió a hisopar a todos los residentes, cuidadores y toda persona que se determinara como contacto directo por la posibilidad de estar frente a un brote de la enfermedad.

Con los primeros casos registrados en los ELEPEM se hisopó entre 80 y 90 personas y en 48 horas se tuvieron los resultados de cuáles eran positivos y cuáles no. El trabajo de este equipo no terminó allí, sino que “estuvo en el lugar acompañando a los directores técnicos y dueños, trabajando para que esta situación no tuviera impacto en la comunidad. La idea era cortar la transmisibilidad, no solamente al exterior de los residenciales, sino hacia adentro, cortar el impacto de morbimortalidad, puesto que un diagnóstico realizado a tiempo, que detectara a la persona asintomática, reduciría las posibilidades de morbimortalidad del virus”.

Así el abordaje estratégico contó con hisopado universal, un equipo de respuesta rápida frente a brotes para una atención oportuna, eficaz y coordinada de seguimiento de los residenciales y equipos de evaluación para optimizar posibles acciones.

Programa de Atención a Personas Mayores Institucionalizadas

En un claro compromiso por parte de la comunidad médica y de los prestadores de salud para con la calidad de vida de la comunidad toda, se creó por primera vez un Programa de Atención a Personas Mayores.

En un día se llevó adelante un acuerdo por el que a cada uno de los prestadores de salud, tanto públicos como privados, de Montevideo y el interior del país, se les asignó por georreferenciación residenciales que debían atender independientemente de a qué prestadores de salud fueran socios las personas. Esto permitió la optimización de recursos humanos, la reducción de la circulación del virus SARS-CoV-2, más protección de las personas y una mirada más integral de cuál es la situación.

También a través de AGESIC se desarrolló un sistema por el que no sólo se hace un relevamiento de los equipos de salud con los que se cuenta, información fundamental como número de termómetros, alcohol en gel y estructuras de atención adecuadas, sino que se suma sintomatología y distintos síndromes que padezcan las personas mayores Covid-19 positivos de forma de tener insumos para investigación. “Información única y universalizada para poder investigar. En el mundo no dio tiempo de estudiar qué pasaba en las personas mayores con Covid-19 en cuanto a sintomatología, esta herramienta va a ser muy útil para poder luego tomar conductas” explica la Subdirectora General de Salud. “De esta manera sabíamos que las personas institucionalizadas iban a estar atendidos tempranamente y contarían con los equipos de salud necesarios, en conocimiento de sus fortalezas y debilidades”.

Capacitación y registro de los cuidadores

Otro punto de gran importancia a cuidar y tener en cuenta fueron los cuidadores que trabajan en los ELEPEM. “Nos preocupaban mucho, teníamos que empoderar la figura de los cuidadores porque son los que están en la primera línea de batalla y cuentan con un rol fundamental al momento de evitar la propagación del virus (…) esa otra pata de la mesa nos faltaba”.

Con esto en la mira se formaron grupos de capacitación para los cuidadores de los residenciales, de los que se los invitó a participar a través de la misma institución. Del armado e implementación del curso participaron la Cátedra de geriatría y gerontología, el MIDES, la Dirección Nacional de Salud (DIGESA) y la Comisión Nacional Asesora de Enfermería (CONAE) del MSP y la Sociedad Uruguaya de Gerontología y Geriatría (SUGG).

María Giudici hace especial énfasis en la buena disposición y compromiso que se encontró por parte de los equipos médicos, prestadores de salud, directores técnicos, dueños de los ELEPEM, los cuidadores y el gran trabajo interinstitucional que hubo. “Es así como se debe abordar el tema para atacar la gran debilidad del sistema sanitario, la fragmentación socio sanitaria, que tiene hoy el sistema”.

Junto con el Sistema de Cuidados se realizó además un registro de cuidadores con capacitación y disposición de trabajar en ELEPEM de forma de tener personas a las que recurrir en caso de que fuera necesario por una situación extrema de cuarentena de muchas personas en un residencial o que llevara a que se quedara sin cuidadores porque hubiera escasez de personal.

“Lo que logramos hacer desde marzo fue un abordaje integral. Mientras que en otros países, ahora que se puede analizar, se fueron tratando los temas a medida que los problemas fueron surgiendo, nosotros pudimos hacerlo desde el principio con la complejidad y heterogeneidad que significa la realidad de hoy de la persona mayor en un residencial. Con el residente como centro, pero integrando al mismo tiempo a todos los actores. Desde el Ministerio de Salud Pública debemos acompañar a todas las personas tanto de adentro como de fuera de los residenciales para que el impacto de la enfermedad y su mortalidad sea la menor posible”. Concluye María Giudici, quien lideró todo este trabajo conjunto, que es una de las prioridades del MSP implementar este modelo sanitario para las personas mayores en todo el país.

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