Obesidad

Día Mundial contra la Obesidad

La obesidad es uno de los problemas sanitarios a nivel mundial con una preponderancia alarmante en niños y adolescentes.
Día Mundial contra la Obesidad

Uruguay no está ajeno a esta dificultad. Según los datos publicados a partir de la Encuesta de Nutrición, Desarrollo Infantil y Salud (ENDIS, 2018), entre los menores de 4 años de edad la prevalencia de sobrepeso u obesidad alcanza al 12.3% de los niños. Un problema que se inicia en etapas tempranas y sigue luego en el transcurso de la vida.

Al llegar a la etapa escolar, indican datos recientes de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), 4 de cada 10 niños tiene algún grado de sobrepeso u obesidad [22% sobrepeso, 17.4% obesidad (ANEP, 2019)]; lo que implica que son niños más expuestos a sufrir enfermedades crónicas no trasmisibles como son las enfermedades cardiovasculares, la diabetes e, incluso, algunos tipos de cáncer. Todas dolencias que figuran entre las principales causas de morbimortalidad en Uruguay.

De las personas adultas el 64.9% presentaba, en 2013, sobrepeso u obesidad, entre los que la prevalencia de obesidad específicamente, era del 27.6% (Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades No Transmisibles). En tan sólo siete años se constató un aumento de 8 puntos porcentuales en esta prevalencia, que en 2006 era del 19.9%.

Algunas de las recomendaciones para la prevención de este trastorno -y el probable futuro desarrollo de enfermedades no trasmisibles- van en la línea de promover entornos y comunidades favorables para incidir en la elección de las personas al momento de decidir qué alimentos consumir. En otras palabras, que la opción más sencilla en cuanto a accesibilidad, disponibilidad y asequibilidad de los alimentos sea, además, la opción más saludable.

En lo que refiere a acciones en el plano individual, se puede optar por limitar la ingesta de grasas totales y azúcares, aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos. Además, evitar el sedentarismo y realizar actividad física periódica (60 minutos diarios los jóvenes y 150 minutos semanales los adultos) son hábitos saludables que previenen el factor de riesgo del sobrepeso y la obesidad.

En el plano social es importante la ejecución gradual de políticas que faciliten el acceso a una vida más saludable, sobre todo para las personas más desfavorecidas.

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