Sueño

Día Mundial del Sueño

En el Día Mundial del Sueño se busca la toma de conciencia sobre lo que es un buen dormir, de manera de reducir en la sociedad el impacto que los trastornos del sueño producen con repercusión directa en la salud de las personas.
Placa Dia mundial del sueño

Es considerado sueño saludable aquel que se cumple de forma regular, en cantidad adecuada y de óptima calidad. Dormir bien nos permite sentirnos descansados, con energía para cumplir con las actividades diurnas diarias, tanto laborales como sociales, y disfrutar de buena calidad de vida.

 

En adultos la duración recomendada de sueño nocturno es de entre siete y ocho horas promedio, mientras que los niños necesitan más horas para dormir. Los recién nacidos duermen 17 horas en un sueño polifásico – de muchos episodios a lo largo de las 24 horas- y a medida que crece, el tiempo de sueño se acorta a diez o 12 horas dependiendo de la edad. Aunque en un gran número de casos no se cumple, los adolescentes también necesitan dormir alrededor de diez horas por noche.

 

Mantener hábitos regulares de sueño permite consolidarlo y conciliarlo más rápidamente. Para logar un sueño reparador es importante:

 

  • Facilitar su inicio manteniendo horarios regulares para dormir; levantarse a horarios también regulares mejora el ritmo circadiano, así como alimentarse en horarios habituales.

  • Evitar el uso de dispositivos electrónicos en la hora previa a dormir (pantallas de tv, celulares o equipos de computación) porque producen hiperstimulación lumínica, además de afectiva y cognitiva si se usan redes sociales o juegos en línea en los que hay mucha interacción.

  • Evitar las bebidas con cafeína o sus derivados (café, té, mate, bebidas cola) después de las 18.00hs.

  • Reservar la cama sólo para dormir, evitar acostarse antes de la hora fijada para iniciar el sueño.

  • Tener en cuenta que dormir con mascotas o permitir que suban a la cama en la noche interrumpe el sueño y puede agravar el insomnio.

 

Dentro de los trastornos de sueño son comunes los déficits crónicos de sueño. Estos se dan cuando una persona no obtiene la cantidad de sueño necesaria de manera permanente. Son muchas las causas por las que esto puede suceder, entre las que se encuentran el trabajo por turnos, las responsabilidades laborales o familiares como el cuidado de niños o ancianos, trastornos de salud y específicos del sueño como la apnea de sueño, el insomnio, los trastornos de movimiento durante las horas en que se duerme.

Para la funcionalidad cerebral normal, una siesta de 15 o 20 minutos entre el mediodía y las 15.00hs – horario en que baja la vigilancia natural- puede ser reparadora para la alerta cognitiva. En cambio, las siestas prolongadas frecuentemente acarrean mayor somnolencia y sensación de embotamiento al despertar. Cuando se padece de privación crónica de sueño, las siestas programadas en tiempo y duración pueden ayudar a compensar durante algún tiempo el sueño perdido, aunque no se logra completamente. En el caso de personas que padecen insomnio, no es aconsejable descansar durante el día puesto que esta costumbre puede agravar su condición.

 

 

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