Ministerio de Salud Pública

La migraña se trata de una dolencia que puede surgir a cualquier edad, aunque en la mayoría de los casos se presenta en la franja etaria de entre los 20 y 50 años y con mayor afectación en las mujeres por influencias hormonales.

Las migrañas, si bien son mayormente conocidas por las fuertes cefaleas (dolores de cabeza) que produce, también tienen otros síntomas como visión borrosa con centelleo de luces, vómitos, hormigueo, mareos y/o dificultades para hablar.

Se presentan por lo general en modo de episodios que se caracterizan por dolores de cabeza de un lado solo, de intensidad severa a moderada, con características de ser un dolor pulástil que empeora con la actividad física ordinaria, y vómitos, el síntoma conexo más característico. Estos episodios pueden durar desde un par de horas hasta tres días y su frecuencia también puede variar desde una vez al año a tener varios por semana.

No siempre se presentan todas estas características juntas e incluso, el síntoma que más se asocia a la migraña, como el dolor de cabeza, puede faltar. En el caso de los niños, los síntomas de dolor abdominal son más prominentes y suelen durar menos tiempo.

Las cefaleas son uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso: se calcula que la mitad de los adultos han sufrido al menos una en el último año. Las cefaleas crónicas que se caracterizan por un dolor de cabeza recurrente, muchas veces van de la mano de problemas personales y sociales, pérdidas económicas, el dolor, la discapacidad y el deterioro de la calidad de vida.

A escala mundial las cefaleas han sido subestimadas, sólo una minoría recibe un diagnóstico apropiado y formulado por un profesional sanitario. Se conocen mal y no reciben el tratamiento adecuado pero las migrañas son, según la OMS, una de las diez enfermedades más limitantes, convirtiéndose así en un trastorno de gran importancia para la salud pública puesto que es causante de discapacidad y morbilidad en la población. En esta afectación la cefalea es la enfermedad en sí misma, no es un dolor secundario a otra enfermedad, por lo que un diagnóstico efectivo y a tiempo hace a la diferencia en relación al tratamiento y a la realización de estudios innecesarios o reiterados.

Entre los desencadenantes de los ataques de cefaleas se pueden encontrar desajustes en la alimentación, el patrón de sueño, así como en algunos casos los anticonceptivos que tienen estrógenos pueden estar contraindicados.

En el ámbito clínico la principal barrera que tiene la migraña para ser diagnosticada y tratada es el desconocimiento del personal sanitario, mientras que la población en general a nivel mundial no las reconoce como un elemento grave por la característica de presentarse en episodios y por no ser una enfermedad ni mortal ni contagiosa. Se estima que la mitad de las personas que sufren de cefaleas se tratan a sí mismas, cuando esto mismo establece el principal riesgo de desarrollar una cefalea crónica discapacitante. Cuando una migraña se vuelve frecuente debe tratarse con fármacos preventivos moduladores del dolor a nivel cerebral y no con calmantes.

Algunos datos:

• 14% de la población padece migraña

• Es una de las 10 enfermedades más discapacitantes según la OMS

• No se debe subestimar el dolor de cabeza recurrente y persistente en el tiempo

• Se debe consultar al médico y no automedicarse

• El abuso de analgésicos puede agravar la cefalea

• Algunos anticonceptivos están contraindicados en caso de migrañas.