Hacia un plan de acción nacional único contra la resistencia antimicrobiana (RAM) en Uruguay
El aumento de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) es una amenaza creciente para el tratamiento efectivo de las infecciones causadas por bacterias, virus, parásitos y hongos y constituye uno de los mayores problemas para la salud pública mundial, generando un aumento de la mortalidad, morbilidad y del gasto en salud.
El enfoque «Una Salud» implica el abordaje multisectorial con programas y políticas integradoras entre los diferentes marcos de gobernanza en salud humana, animal, vegetal y ambiental con el propósito de mejorar la prevención y la preparación para los retos actuales y futuros a la salud en la interfaz entre los seres humanos, los animales y el ambiente.
La ministra de Salud Pública, Dra. Karina Rando recibió en su despacho al Dr. Henry Albornoz, a cargo de la elaboración del plan de acción nacional contra la Resistencia Antimicrobiana (RAM) junto a las consultoras nacionales de OPS/OMS, doctoras Grisel Rodríguez y Regina Guzmán.
En este momento existen en Uruguay dos planes nacionales, uno formulado por el MSP y otro por el MGAP. El objetivo es la presentación de un plan nacional único bajo la premisa «Una Salud».
La evidencia científica sostiene que los planes de acción nacional únicos contra la RAM son una herramienta fundamental para mejorar la situación a nivel país, ya sea por sus acciones específicas como por la capacidad de impactar sinérgicamente en distintos aspectos de la salud humana, animal, vegetal y ambiental.
El plan nacional único formulado por los ministerios de Ambiente, Salud Pública y Ganadería, Agricultura y Pesca se estructura orientado por el Plan de Acción Mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos de la Organización Mundial de la Salud, con base en cinco objetivos estratégicos:
Mejorar el conocimiento de la resistencia a los antimicrobianos y la concientización a través de una comunicación, educación y formación efectivas.
Reforzar los conocimientos y la base científica a través de la vigilancia y la investigación.
Reducir la incidencia de las infecciones con medidas eficaces de saneamiento, higiene y prevención de la infección.
Utilizar de forma óptima los medicamentos antimicrobianos en la salud humana, animal y vegetal.
Preparar argumentos económicos a favor de una inversión sostenible que tenga en cuenta las necesidades de todos los países, y aumentar la inversión en nuevos medicamentos, medios de diagnóstico, vacunas y otras intervenciones.
El uso de antimicrobianos (ATM) no es exclusivo de la salud humana. En el marco de la seguridad alimentaria, los ATM se usan en el mundo animal terrestre y acuático de producción de alimentos para combatir las infecciones y en la producción agrícola para el combate de plagas. Con ATM se tratan también enfermedades en animales de compañía.
Cualquiera sea el caso, el problema radica en el abuso sistemático o en el mal uso de los ATM, lo que favorece un mayor desarrollo de la resistencia.