Niñez

Prevención de enfermedades no transmisibles en la infancia

Desde el Área Programática de Salud de la Niñez del Ministerio de Salud Pública (MSP), se realizan las siguientes recomendaciones sobre la prevención de las enfermedades no transmisibles desde el comienzo de la vida y durante la infancia, tales como una alimentación saludable, la actividad física, entre otros.
Niños jugando

El fomento de estilos de vida y conductas saludables es una de las mayores estrategias de prevención de las llamadas enfermedades no transmisibles.

Estas enfermedades son de larga duración, generalmente de progresión lenta, que se diferencia de las enfermedades transmisibles o infecciosas, encontrándose dentro de este grupo las enfermedades de causa cardiovascular, respiratorias crónicas, cáncer y la diabetes.

Los factores de riesgo para el desarrollo de estas enfermedades se presentan en etapas cada vez más precoces de la vida, incluso antes del nacimiento del bebé.                  

Entre las medidas de prevención se destacan:

  • Adecuado control del embarazo.
  • Correcta alimentación materna.
  • Promoción de la lactancia materna exclusiva los primeros 6 meses de la vida.
  • Incorporación de una alimentación complementaria adecuada a partir de esa edad
  • Lactancia hasta los 2 años o más siempre que el niño reciba todos los alimentos que requiere para su adecuado crecimiento y desarrollo. El destete es una decisión del niño, la mamá y su pareja.
  • Un estilo de vida saludable con actividad física, en ambientes libres de tabaco, sin su consumo, ni de alcohol y otras drogas.

 

Una alimentación saludable, compartida y placentera:

En la niñez se construyen y establecen hábitos alimentarios saludables que contribuyen a disminuir la tendencia creciente de obesidad y enfermedades no transmisibles asociadas.

Es importante que la alimentación complementaria se inicie con alimentos adecuados en cantidad y calidad, reconociendo y respondiendo adecuadamente a las señales de hambre y saciedad del niño, animándolo a comer con paciencia, sin forzarlo

Desde el inicio se requiere:

  • Alimentos naturales o mínimamente procesados y variados, de diferentes grupos como carnes, pescados, fideos, arroz, legumbres, verduras, frutas, productos lácteos, huevos y aceites.
  • Evitar bebidas azucaradas y estimular la ingesta de agua.

Evitar en el día a día el consumo de productos ultraprocesados con excesivo contenido de grasas, azúcares y/o sodio, tales como snacks, cereales de desayuno, galletitas rellenas, alfajores, postres, helados, nuggets, panchos, hamburguesas, papas pre-fritas , limitando el consumo de sodio y evitando las grasas trans.

Es importante revalorizar la preparación de alimentos en el hogar, seguros, inocuos y saludables.

Un espacio para compartir

Compartir la comida con la familia permite revalorizar esta instancia  su significado  con los más pequeños.

Es importante evitar distracciones como el celular y el televisor, sentarse en una mesa y utilizar platos y cubiertos. Asimismo es muy importante darle importancia al desayuno.

Se debe enseñar y promover en los niños y adolescentes el  concepto de porción adecuada de comida en relación a la edad, el peso y el nivel de actividad.

Los niños pueden y deben aprender a elegir comidas saludables, nunca los alimentos deben ser utilizados como forma de castigo o recompensa.

La actividad física

Finalmente se deben promover  los juegos al aire libre (siempre que sea posible) y la actividad física diaria. La adquisición y promoción de estos hábitos tienen su origen en el seno familiar  y debe iniciarse desde etapas tempranas de la vida, debido a los beneficios positivos que tiene para el bienestar y la salud de los niños y los adolescentes.

La actividad física siempre debe estimularse fomentando el juego y las actividades recreativas al aire libre, las que deberán variar de acuerdo a la edad, aumentándose proporcionalmente.

El transporte activo como caminar o andar en bicicleta  - con los equipos de seguridad que corresponden - debe estimularse en adolescentes y niños más grandes, acompañados en todo momento por un adulto.

Recodar, en todo momento, la importancia de disminuir el sedentarismo evitando tiempos prolongados al frente de pantallas (celular, TV, computadora), y buscar oportunidades para moverse en las acciones más sencillas y cotidianas.

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