Logro de la reforma sanitaria

Uruguay aumentó los recursos para la salud hasta llegar a 9,5 % del PBI

En el marco de su rendición de cuentas en Canelones, el ministro Jorge Basso recordó este lunes 16 que antes de la reforma sanitaria de 2007, los recursos destinados a la salud representaban el 8,2 % del producto interno bruto (PIB), mientras que el año pasado alcanzaban al 9,5 %.
Dr. Basso en conferencia

El aumento del presupuesto en la salud en los últimos 15 años ha sido sensiblemente superior al pasado, enfatizó Basso en la rendición de cuentas que realizó en conjunto con el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, y el prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo, en la sala Lumiere de la ciudad de Canelones.

Previo a la reforma sanitaria se destinaba un 8,2 % del PIB, mientras que en 2018 se ubicó en el 9,5 %, de los cuales el 6,8 % son dineros públicos, indicador reconocido por la Organización Mundial de la Salud, que recomienda un mínimo del 6 %, recordó.

Los datos comparativos de 2016 señalan un gasto público en salud en Uruguay del 6,6 %, en Argentina del 5,6 %, en Brasil del 3,9 % y en Paraguay del 4,1 %, detalló.

El ministro de Salud Pública dijo, además, que “se dio una transformación brutal” en ese aspecto, ya que, previo a la reforma, el aporte público era solo del 4 % y el resto era privado, es decir, que la gente debía pagar de su bolsillo la cuota fija o los recursos que no daba el sistema.

“Tampoco se daba ningún medicamento de alto precio”, destacó. “Incorporamos el vademécum en el Plan Integral de Atención a la Salud (PIAS), con prestaciones obligatorias, más medicamento y procedimientos, con mayor accesibilidad”, repasó.

Para hacer rendir ese 9,5 % del PIB, se decidió que las 42 instituciones privadas y la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), el prestador público, funcionen en la lógica de sistema, mediante convenios de complementación.

“No tenemos un seguro para financiar a instituciones en competencia, sino que nuestra reforma es crear un sistema integrado de salud público y privado”, puntualizó. La complementación es la que permite la eficiencia en la administración de los recursos, abundó.

En ese contexto, se logró que cualquier habitante de Uruguay, sin importan el lugar donde esté, que necesite una atención inmediata, aunque no sea de emergencia porque no esté en riesgo su vida, la reciba de un prestador integrante del Sistema Nacional Integrado de Salud. Eso se logró con la promulgación de la Ley de Urgencia y Emergencia.

“Profundizamos el concepto de nacional e integrado de nuestro sistema”, sostuvo Basso. “Fue muy complejo negociar con los 43 prestadores, cómo resolverlo y ponernos de acuerdo para generar y compensar distintos costos que se podían generar, pues nadie creía que lo lograríamos, y lo hicimos”, enfatizó.

“Debemos mejorar la salud y ser celosos al administrar los dineros de la gente”, insistió. Basso puso como ejemplo de ello que, si cada prestador quisiera tener todo para brindárselo a sus usuarios, el derroche de dinero sería extraordinario, con una sobreutilización y superposición excesiva. “El desafío es gobernar con eficiencia”, manifestó.

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