Vigilar y proteger
Basso informó que desde que su ministerio tomó conocimiento del caso, ha trabajado en conjunto con el Ministerio del Interior y la Administración de Servicios de Salud del Estado en el relevamiento a nivel país de otros posibles casos vinculados a este fenómeno.
El ministro expresó que a partir del conocimiento de este fenómeno internacional que afecta a las personas más vulnerables desde el punto de vista psicológico o psicosocial, el Ministerio de Salud quiere alertar “a las familias que estén muy atentas a todas aquellas conductas de los jóvenes y adolescentes que haga sospechar que algo está pasando; cambios en las conductas habituales, conductas de aislamiento, trastornos del sueño y vigilia (…) Hay que estar lo más cerca posible de los jóvenes, apoyándolos, conociendo sus amistades, sus intereses para poder percibir si hay algún cambio en el comportamiento”.
“Desde el punto de vista sanitario hay respuesta. Existen equipos de salud especializados en salud mental capacitados para prevenir y tratar estos casos, debemos estimular que los adolescentes tengan un médico tratante que esté en contacto con ellos y pueda detectar posibles vulnerabilidades”, concluyó Basso.
Por su parte, la subsecretaria de salud expresó que “estamos trabajando para detener este fenómeno desde distintos ámbitos: educativo, salud, justicia”. Asimismo, puntualizó que para el Ministerio de Salud, las problemáticas en salud mental son prioridad y que los intentos de autoeliminación y los suicidios son la primera causa de muerte externa en Uruguay.
“La prioridad más importante para un país debe ser cuidar y proteger a sus niños, niñas y adolescentes, y esto es responsabilidad del Estado pero también de la sociedad en su conjunto. Ellos son nuestra mayor fortaleza”, concluyó la subsecretaria.
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