Informe anual de coberturas del Programa Ampliado de Inmunizaciones en Uruguay 2024
Informes
Conclusiones
Durante 2024, el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) mantuvo una operación sólida, sostenida en la articulación entre planificación técnica, monitoreo nominalizado y capacidad territorial de respuesta. Las coberturas alcanzadas en el primer año de vida se mantuvieron en niveles elevados, superando el 90% en la mayoría de los biológicos, lo que ratifica la eficacia del modelo de vacunación universal e integrada a los controles de salud infantil. Esta estabilidad se ha logrado incluso en un contexto regional complejo, marcado por la reemergencia de enfermedades como el sarampión, lo que refuerza la solidez institucional del PAI en Uruguay.
En el segundo año de vida y a los cinco años, las coberturas muestran mejoras sostenidas en relación con años anteriores. Sin embargo, persisten brechas específicas en segundas dosis y refuerzos, como SRP2, VHA2, VAR2 e IPV4, que exigen intervenciones focalizadas. Estas brechas no se explican por fallas logísticas, sino por aspectos estructurales: menor frecuencia de controles de salud en estas edades, desvinculación progresiva del sistema y necesidad de mejorar la trazabilidad activa.
En personas gestantes, la vacuna dpaT alcanzó en 2024 su valor más alto del quinquenio, con una cobertura de 92%, lo que demuestra la consolidación de esta práctica como componente del control prenatal. En cambio, la vacunación antigripal en gestantes permaneció en niveles críticamente bajos, sin superar el 20% en los últimos tres años. Este contraste pone en evidencia fenómenos de vacilación vacunal y, sobre todo, una baja recomendación activa del equipo de salud, que limita el acceso efectivo de las gestantes a esta estrategia preventiva de alto impacto.
En la cohorte adolescente, la vacunación con Tdap registró una caída significativa en 2024 respecto a años anteriores, luego de un quinquenio con coberturas consistentemente superiores al 90%. Esta disminución no responde a problemas de disponibilidad ni a cambios en el esquema, y pone de manifiesto fallas operativas en la captación de esta franja etaria, que deben ser abordadas con urgencia. La vacuna Tdap es un componente clave del esquema nacional, tanto para consolidar la inmunidad frente a tétanos y pertussis como para cumplir con los refuerzos establecidos a lo largo de la vida. Su aplicación es también un indicador sensible del funcionamiento general de las estrategias dirigidas a esta etapa del curso de vida.
Este hallazgo adquiere especial relevancia al tratarse de la misma cohorte de nacimiento (2013) que recibió la vacuna contra el VPH en 2024, conforme a lo establecido en el esquema nacional. El análisis conjunto de ambas vacunas, que comparten el mismo punto de contacto programático, expone con claridad la necesidad de fortalecer la planificación específica para el adolescente, garantizando acciones coordinadas, trazabilidad nominal y articulación con el sistema educativo.
En el caso del VPH, la cohorte 2013 alcanzó una cobertura histórica del 70% en mujeres y 61% en varones para la primera dosis, marcando por primera vez desde la implementación de esta estrategia la superación del umbral del 60% en una cohorte completa. Este resultado representa un hito programático y refleja el impacto acumulado de los esfuerzos sostenidos en comunicación, accesibilidad y recomendación activa. Aunque la cobertura de segunda dosis continúa por debajo de lo esperado, este hecho debe analizarse a la luz de las recomendaciones actuales de la OMS, que el marco de la evidencia disponible acerca de la efectividad en estudios poblacionales de una sola dosis en menores de 20 años. En este marco, Uruguay ha logrado un nivel de cobertura con potencial real de impacto poblacional y se posiciona como uno de los países con mayor avance en la región en la implementación de esta estrategia preventiva en ambos sexos.
En conjunto, los resultados del año 2024 confirman que el Programa Ampliado de Inmunizaciones en Uruguay cuenta con las capacidades técnicas, operativas y de gestión necesarias para sostener altos niveles de cobertura, incorporar nuevas estrategias y responder a los desafíos emergentes del contexto nacional y regional. El monitoreo nominalizado por cohorte, el fortalecimiento del enfoque de curso de vida y la capacidad de adaptación del programa son los pilares sobre los que debe seguir construyéndose el impacto de las inmunizaciones como bien público esencial de la salud pública uruguaya.