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Presentación sobre natalidad, fecundidad y mortalidad infantil en Uruguay 2018

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Tendencias recientes sobre la natalidad, fecundidad y mortalidad infantil en Uruguay 2018

Evolución reciente (2015 – 2018) de la natalidad y la fecundidad en Uruguay

  • Durante el año 2018, de acuerdo a los datos preliminares, los nacimientos registrados en el Uruguay fueron 40.139.
  • Respecto al año 2017, los nacimientos del 2018 fueron 2.897 menos. Esta reducción de la natalidad se produce por efecto de la disminución de la fecundidad de las mujeres en varios grupos de edad, especialmente de la fecundidad en adolescentes.
  • Las interrupciones voluntarias del embarazo (IVE) registradas en 2018 tampoco explican el grueso del descenso observado, pues el incremento respecto al año 2017 es de solo 881 casos. Las IVE se han estabilizado en los últimos tres años, alrededor de un valor promedio de 10.000 casos anuales (en 2018 fueron 10.711).
  • La tasa global de fecundidad (TGF) se situó en 1,6 hijos por mujer en edad reproductiva. Esta tasa descendió de 1,95 hijos por mujer en el año 2015 a 1,87 en 2016,  1,71 en 2017 y 1,6 en 2018. Desde el año 2003 Uruguay registra valores de la TGF “por debajo del reemplazo” (esto es, valores inferiores a 2,1 hijos por mujer) lo cual lo coloca en el conjunto de países de baja fecundidad. De acuerdo a la División Población de Naciones Unidas, 46% de la población mundial ya vive en países de baja fecundidad (para mediados de siglo, se estima que será el 69%), entre los que están todos los países de Europa, Estados Unidos, Canadá, 19 países de Asia, 15 de América Latina y el Caribe (Uruguay es uno de ellos), 3 en Oceanía y 2 en África.
  • Los actuales valores de la fecundidad acompañan la fuerte tendencia mundial de descenso, iniciada por los países más desarrollados y que actualmente se observa en casi la mitad de la población mundial. Este nivel aún no alcanza el límite correspondiente a lo que se denomina “muy baja fecundidad” (TGF de 1,5 hijos por mujer).
  • El crecimiento natural de la población, dado por la diferencia entre la cantidad de nacimientos y la cantidad de defunciones, continuará por varias décadas (tanto según las proyecciones oficiales de población, como las de Naciones Unidas y de la academia). Para obtener el crecimiento total de la población debe agregarse además el componente migratorio, que en los últimos años viene siendo caracterizado por importantes flujos de inmigrantes de la región, fenómeno que no ocurría durante décadas pasadas.
  • Los nacimientos correspondientes a madres adolescentes (mujeres de 15 a 19 años de edad) descendieron en más de 800 (que se suman al descenso de 1.200 ocurrido durante el año 2017). El aporte que realiza el descenso de los nacimientos en madres adolescentes entre 2017 y 2018 representa el 29% del descenso del total de los nacimientos.
  • La tasa específica de fecundidad correspondiente a adolescentes venía bajando  de 55 a 51 nacimientos por cada mil mujeres adolescentes entre 2015 y 2016. El descenso se acentuó en 2017, cuando se registró un valor del indicador de 41 por mil y continuó descendiendo en 2018, alcanzando un nuevo mínimo histórico de 36 por mil.
  • La maternidad adolescente puede tener consecuencias sociales y de salud adversas para las madres jóvenes y para sus hijos y sigue siendo un tema de preocupación para muchos países. El importante descenso reciente de la fecundidad adolescente en Uruguay lo aleja del alto nivel promedio de los países latinoamericanos y lo acerca al de los países más desarrollados, aunque todavía está significativamente por encima de los valores de estos últimos. Entre las regiones del mundo, la tasa de fecundidad adolescente más alta se observa en África, con 99 nacimientos por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años (cerca del triple que en nuestro país), seguida de América Latina y el Caribe (67 por 1.000, cercana al doble que la uruguaya).
  • En el año 2018 se registraron 71 nacimientos en niñas de 14 y menos años de edad.  Esto significa un descenso a mayor ritmo del que se venía observando (entre 2016 y 2017 el descenso fue de 20% y entre 2017 y 2018 es de 27%). Por más que este descenso sea auspicioso, la existencia de nacimientos en niñas menores continúa representando una situación inaceptable y constituyen un acto delictivo vinculado a la violencia y al abuso sexual.

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