Sobre radares
Materiales didácticos
Para mejorar los indicadores de seguridad vial, es importante reforzar las políticas de acción y los programas de control de la velocidad. A través de un enfoque de sistemas de seguros integrados, se comprende y gestiona de manera holística e integrada la compleja interacción que existe entre las velocidades de operación, los vehículos, la infraestructura vial y el comportamiento de los usuarios de las vías de tránsito. De este modo se consigue que la suma de las partes del sistema aumente el efecto del conjunto, de suerte que si falla una de las partes las demás sigan evitando que se produzcan daños graves.
La velocidad es uno de los factores de riesgo clave en los siniestros de tránsito que incrementan no solamente la posibilidad de que ocurra un siniestro sino de que las consecuencias sean fatales. Cuando se conduce a velocidad excesiva aumenta la probabilidad de que el conductor pierda el control del vehículo, ya que disminuye su ángulo de visión y su capacidad para anticiparse y actuar frente a los peligros. Asimismo, impide que otros usuarios de la vía pública, conductores y peatones, puedan prever adecuadamente el comportamiento del auto.
En este sentido, la Dirección Nacional de Vialidad instaló 100 radares electrónicos en 112 zonas conflictivas o con mayor flujo vehicular, que funcionan las 24 horas del día, los 365 días del año, captando la velocidad del vehículo, tomando una fotografía y enviando la información a una base de datos compartida con el Sistema Único de Cobro de Ingresos Vehiculares (SUCIVE). Todos los radares fijos están debidamente señalizados, indicando la velocidad máxima permitida, acorde a la normativa vigente.