Manual pedagógico sobre el uso del lenguaje inclusivo y no sexista.

Principios de un lenguaje no sexista.

Un lenguaje no sexista es aquel que no jerarquiza, ni excluye, ni valora más a un sexo que a otro. Procura evitar expresiones que ridiculizan, invisibilizan o minusvaloran a las mujeres, y contribuye a mostrar la realidad social tal cual es, compuesta por mujeres y hombres.

“El lenguaje no es sexista en sí mismo, sí lo es su utilización. Si se utiliza correctamente también puede contribuir a la igualdad y a la visibilización de la mujer” (Eulalia Lledó).

Un lenguaje no sexista:

  1. Incluye y hace visibles a ambos sexos.
  2. Valora por igual a mujeres y hombres.
  3. Da la palabra a todas las personas.
  4. No nos confunde con su mensaje.
  5. Evita estereotipar a las mujeres según roles tradicionales asignados (madre, esposa, cuidadora).
  6. Evita expresiones verbales que den la idea de minorización de la mujer respecto al hombre relacionándolas únicamente con valores de debilidad, complemento, dependencia, etc. y no como personas activas e independientes conscientes de su propia vida, con sus derechos y deberes.
  7. Evita reflejar androcentrismo, es decir, la consideración de que el hombre es el centro del universo, modelo y medida para todas las cosas, incluso en el lenguaje, haciendo invisibles a las mujeres.
    Ej: El Hombre ha conseguido… 
    La Humanidad ha conseguido…
  8. Visibiliza a las mujeres en todas las actividades y funciones, utilizando el femenino en profesiones y cargos siempre que la lengua española lo admita.
    Ej: La abogado, la ingeniero, la arquitecto,…
    La abogada, la ingeniera, la arquitecta,…

La regla de inversión nos ayuda a detectar el sexismo lingüístico, visual y social y puede aplicarse a cualquier texto, imagen o situación. Consiste en invertir todas las referencias sexuadas: si hay un término en masculino, cambiarlo a su correspondiente femenino, y viceversa.
Si el resultado de la inversión resulta en una frase extraña, es que estamos ante algún tipo de sexismo.
Si aplicamos la regla de inversión a la frase:
El comité estaba compuesto por tres mujeres peritas,
…el resultado sería:
El comité estaba compuesto por tres hombres peritos. Obviamente, la construcción resulta extraña. Con ello hemos conseguido detectar que partíamos de una frase con una redundancia innecesaria (mujeres peritas).
Lo apropiado para establecer un tratamiento igualitario sería construir la oración de este modo:
El Comité estaba compuesto por tres peritas.

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