Antonella y Nahiara

Luego de trabajar todo el día en una papelería, apronta su mate, agarra su mochila y cuadernos y va decidida para clase. Nahiara la acompaña y a mitad de camino paran en el jardín donde funciona el espacio de educación y cuidados para hijas e hijos de estudiantes del Cerro.
Este espacio atiende a 18 hijas e hijos de estudiantes del turno nocturno de los liceos 11 y 61 y de la UTU del barrio. Entre las 18 y las 21.30 horas, mientras sus madres y padres acuden a clases, estas niñas y niños disfrutan de un espacio adaptado en el que son cuidadas/os.
“Para nosotros es una ayuda increíble”, dice Antonella. “Nahiara se queda en el jardín cuando voy para clase y cuando su papá sale de trabajar pasa a buscarla”, explica.
Cuando se le pregunta a Nahiara sobre si le gusta ir al jardín de la tarde, una sonrisa pícara se dibuja en su cara. “En este jardín se juega más”, dice.
Los centros de educación y cuidados para hijas e hijos de estudiantes atienden a niñas y niños de hasta 5 años mientras sus madres y padres asisten a clase. Por ahora funcionan de manera piloto en Young (Río Negro), Canelones y el Cerro (Montevideo).