Tuya y mía

Parentalidades comprometidas con la Primera Infancia

Los días lunes 13 y martes 14 de noviembre se realizó el seminario "Avances y desafíos en la promoción de Parentalidades Comprometidas con la Primera Infancia" en el entrepiso de la Intendencia de Montevideo. Durante ambas jornadas se abordaron diversas temáticas relacionadas a las prácticas de crianza promotoras del desarrollo infantil y la corresponsabilidad de género en el cuidado y educación. El evento es de especial interés para aquellas personas cuya actividad esté vinculada a la primera infancia.

 

La instancia fue una invitación al diálogo y el trabajo conjunto con todos aquellos que, desde la sociedad civil, el Estado o el sector privado, están involucrados en la crianza, el cuidado y la protección de los derechos de la primera infancia.

La apertura, que se realizó en el Salón Azul de la Intendencia de Montevideo, comenzó con una muestra de la obra Y a Guille ¿Quién lo cuida?, que aborda, con humor y sensibilidad, la temática del cuidado, su mirada intergeneracional, además de los prejuicios y tabúes que todavía persisten en torno a una labor tan cotidiana como el cuidado de las personas que lo necesitan dentro de una familia.

La presidenta de INAU, Marisa Lindner, destacó esta instancia como una oportunidad única para mejorar los cuidados en primera infancia. Existe en nuestro país la voluntad política, las condiciones institucionales, una mayor dotación de recursos para un tema que está marcado como prioritario en la agenda de gobierno, pero además hay un clima propicio al cambio cultural, según destacó la presidenta de INAU.

Por su parte, la subsecretaria de Desarrollo Social, Ana Olivera, rescató el tema del lenguaje como un marcador de este cambio cultural que se viene procesando en materia de cuidados. “A las palabras hay que cuidarlas, porque ellas llevan el cambio en su interior”, subrayó, haciendo referencia a que, hace diez años, hablábamos de “guarderías”, incluso a nivel institucional. Hoy preferimos hablar de “casas o centros de cuidados”, porque no son lugares donde “depositar” personas. Esto también va de la mano con un cambio de paradigma, según destacó la viceministra.

Julio Bango, al frente de la Secretaría de Cuidados, ilustró con una anécdota personal el giro que está dando nuestra sociedad en materia de cuidados. “Cuando nací yo, con apenas 30 años mi madre dejó de trabajar para cuidarme”. En aquel entonces existía la denominada Ley Madre, considerada progresista para la época, pero que a su vez respondía al sistema de roles imperante en aquel entonces. Hoy el panorama es otro, se intenta “abrir la cancha” y que los integrantes de una familia, cualquiera sea el tipo de familia que conformen, tengan las mismas posibilidades de brindar cuidado, afecto y protección a las personas que así lo necesiten. En este caso, a la primera infancia.

Rita Sorio, especialista en protección social del BID en Uruguay, celebró que en la legislación nacional vigente esté presente tanto la perspectiva de género como la diversidad sexual. En la primera mesa temática se propició el debate al respecto.

La economista Soledad Salvador, investigadora en materia de Desarrollo y Género, destacó que, a pesar de los avances en materia de políticas públicas, el acceso a más oportunidades sigue estando determinado por el nivel socioeconómico y educativo, sobre todo en las mujeres.

Por su parte el especialista Diego Sempol, docente e investigador en materia de género y diversidad sexual, hizo un llamado a derribar ciertos mitos persistentes, como aquel que establece que las personas trans deben resignar su derecho a criar y formar una familia. Incluso otros más sutiles quizás, propiciados incluso por las instituciones públicas, como la sospecha que inspira un padre que lleva a su hijo a un control pediátrico. Abandonar la pregunta por la madre y dejar que el varón tome ciertos espacios que parecían exclusivos y por lo tanto excluyentes de lo que se entiende por masculino.

“Todos somos hijos adoptados”, esta frase atravesó como una flecha el auditorio. Comunicador y especialista en temas de sexualidad, Ruben Campero puso sobre la mesa un tema tan delicado como la materia misma en la que se basa un vínculo de parentalidad. A través de una escena de la película Un Camino a Casa, donde se aborda la temática de la adopción y la búsqueda de las identidad, quedó de manifiesto que la vía biológica es una forma de llegar a una familia, pero que lo sustancia es el vínculo. De ahí la afirmación removedora que nos lleva a pensar que, en definitiva, cuidar, proteger y criar no es otra cosa que adoptar a una persona, independientemente de su origen.

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