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Aprender de los referentes: Estonia y Uruguay

Estonia es un país pionero en el desarrollo digital que superó una crisis financiera y aprovechó las TIC para transformarlas en eje de competitividad y participación ciudadana. Su expresidente, Tomas Henry Ilves, explicó ese desarrollo en el Encuentro de Transformación digital.
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Estonia es un país pionero en el desarrollo digital que superó una crisis financiera y aprovechó las TIC para transformarlas en eje de competitividad y participación ciudadana. Su expresidente, Tomas Henry Ilves, explicó ese desarrollo en el Encuentro de Transformación digital.

En el año 2000 Estonia declaró a Internet como servicio básico universal. En 2005 celebró las primeras elecciones con voto electrónico y en 2007 fue el primero en sufrir un ciberataque a gran escala. Todos los trámites que pueden digitalizarse están en línea. Es el único país en ofrecer una residencia virtual y el primero en abrir una Embajada de Datos. Entre 2006 y 2016, Toomas Ilves lideró desde la Presidencia, la consolidación de Estonia como república digital.

Como orador del Encuentro de Transformación Digital, Ilves explicó por qué el caso estonio es similar al uruguayo –más allá del modelo de desarrollo adoptado por cada país- ya que ambos comparten características que exceden la digitalización: son poblaciones pequeñas con un PIB per cápita similar, rodeado de países que son potencias en sus continentes, con niveles de corrupción bajos que se han colocado a la vanguardia del desarrollo digital.

 

Superarse para seguir: el caso Estonio

Estonia tiene antecedentes históricos bélicos: durante la Segunda Guerra Mundial fue ocupada por nazis y soviéticos. Su independencia la recuperó hace solo 26 años, momento en el que el país había quedado en una situación geopolítica frágil, con pocos recursos, con un PIB acotado. Según Ilves, recuperarse en ese entonces “era una utopía”. Sin embargo, la estrategia independentista del país contempló que en el área digital Estonia tenía oportunidades de desarrollo.

Lo primero que Estonia hizo para comenzar esa línea de desarrollo fue lo que también sucedió en Uruguay con el Plan Ceibal: “poner las escuelas en línea”. De esa manera, dispusieron en cada escuela centros de computación que permanecían abiertos incluso luego de terminadas las clases para que cualquier ciudadano pudiese usarlos.

Otro paso importante fue la creación de cédulas de identidad con chip que tenían una validez legal, también como el caso uruguayo en el que cualquier ciudadano ya puede obtener su identidad electrónica. En Estonia, la cédula incluye la firma digital que es igual a la firma física. Para generar ciudadanos digitales, primero les otorgaron una identidad digital.

En ese sentido, Estonia entendió que todo aquello que fuera físico tenía que ser posible en el mundo digital. Tanto es así, que actualmente solo es posible hacer tres cosas únicamente de manera física: casarse, divorciarse y adquirir una propiedad; todo lo demás puede hacerse de forma digital.

Del mundo físico al digital

Ilves explicó que lo que hay que hacer primero es unir el registro y que las identidades digitales sean obligatorias y universales.

Con una tasa de adopción que supera el 98 por ciento respecto al uso de recetas médicas digitales, Estonia brinda un servicio de salud universalizado porque el ciudadano demostró que quiere utilizarlo.

Al igual que el caso uruguayo, en donde los esfuerzos gubernamentales por incrementar el uso de las TIC por parte de las personas se apoya en un pilar de generación de confianza, Ilves explicó que la forma de universalizar el mundo digital es garantizando la confianza de en el uso de los sistemas.

“Una vez solamente”

En Estonia existe una norma llamada “Una vez solamente” que el país espera que sea adoptada por la Unión Europea. Se trata de un mecanismo facilitador: los datos personales de las personas son solicitados una sola vez por el Estado. “Yo nunca tengo que escribir mi dirección” dijo Ilves a modo de ejemplo.

Este avance implica conceptualmente que la burocracia pasó de ser serial (ir de una oficina a otra) a ser un proceso paralelo. Por ejemplo, si se quiere armar una empresa en Estonia no se peregrina de una oficina a otra, en 15 minutos puede quedar operativa, algo similar a lo que sucede en Uruguay con la iniciativa Empresa en el Día.

Los riesgos del mundo digital

Su gran desarrollo digital llevó a Estonia a ser el primer país en sufrir un ciberataque con motivación política. Eso fue el punto inicial para que el país redoblara sus esfuerzos respecto a la ciberseguridad: desarrollan a medida que digitalizan.

Uno de los aspectos más importantes respecto a la ciberseguridad es la privacidad e integridad de los datos. Para contemplar eso, Estonia consideró el blockchain para los sistemas judiciales, los sistemas de salud o la información de las propiedades. Significa que todos los cambios necesitan una aprobación de los que manejan el sistema.

Todos los datos de Estonia se copian en servidores que están fuera del país. El país aplicó a la Convención de Viena y recibió extraterritorialidad para esos servicios, es lo que pasa con las embajadas: no se puede tener acceso físico ni digital.

Mirar al futuro

Ilves está orgulloso de los logros de Estonia, pero entiende que el verdadero desarrollo digital debe apuntar a ser global, por ejemplo, que un estonio pueda consultar su historia clínica en Grecia.

Estonia propuso a la Unión Europea la libre movilidad de personas, bienes y servicios que acompase el progreso respecto a la transferencia de datos. Según el Expresidente de Estonia, esto también podría pasar en el Mercosur: pensar en que es posible que un uruguayo consulte su historia clínica en Buenos Aires.

Ilves dijo que Uruguay ya ha recorrido mucho camino, sobre todo respecto a la consolidación de la identidad electrónica. Según él, con eso y la arquitectura lo siguiente es desarrollar los servicios según las preferencias de los ciudadanos.