Campaña por la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez

El maltrato a personas mayores es una violencia silenciosa que, con frecuencia, comienza de forma sutil. Las prácticas discriminatorias y de abuso suelen provenir de la sociedad en su conjunto. No obstante, la información disponible nos permite afirmar que quienes ejercen este tipo de violencia suelen ser vínculos cercanos, con los que las personas mayores mantienen relaciones de confianza. En la mayoría de los casos, estos abusos se producen en el ámbito familiar o en los entornos destinados a su cuidado.
La edad es el factor principal de discriminación. Normalizar el maltrato y la marginación por viejismo atenta contra sus derechos consagrados y genera que las personas mayores se sientan vulneradas en su autoestima y autopercepción. En cuanto a género, las mujeres mayores son las principales víctimas de estas situaciones, lo que refleja un patrón de vulnerabilidad que exige atención y respuestas urgentes desde todos los sectores de la sociedad.
Las acciones que constituyen maltrato pueden ser puntuales o repetidas, y producirse tanto por actos directos como por omisiones. En todos los casos, implican una grave vulneración de derechos y un atentado contra la dignidad de las personas mayores.
Vos, ¿qué podés hacer para cambiar esto?
En este sentido, desde el Ministerio de Desarrollo Social, se asume como prioritario liderar acciones que contribuyan a desnaturalizar los mensajes estereotipados y prejuiciosos que diariamente discriminan a las personas mayores, y revertir conductas violentas y abusivas instaladas en nuestra sociedad.
A través de esta campaña de sensibilización, se busca visibilizar las diferentes formas de violencia a las que las personas están expuestas, muchas visibles y reconocibles a simple vista; otras, solapadas o naturalizadas, más complejas de identificar.
Algunas de esas forma de violencia son:
- Maltrato físico: uso de la fuerza que causa daño corporal, como golpes, empujones o restricciones indebidas.
- Maltrato psicológico o emocional: actos que generan angustia, miedo o disminuyen la autoestima, como insultos, amenazas o aislamiento social.
- Negligencia: falta de atención a las necesidades básicas de la persona mayor, como alimentación, higiene o atención médica.
- Abandono: dejar a una persona mayor sin los cuidados necesarios, sin hacer arreglos para su bienestar.
- Abuso financiero: uso indebido de los recursos económicos de la persona mayor, como fraudes, apropiación de bienes o manipulación de cuentas bancarias.
- Abuso sexual: cualquier acto de naturaleza sexual sin consentimiento.
La campaña está protagonizada por miembros de organizaciones y movimientos sociales que conforman redes de participación activa con el foco puesto en la inclusión social, la atención a la salud, la promoción de la autonomía, la prevención del aislamiento y la erradicación del viejismo.
Con la consigna "Vos, ¿qué podés hacer para cambiar esto?", Inmayores apela a sensibilizar en la temática e invita a la sociedad a sumarse al cambio a través de buenas prácticas y acciones responsables en pro de vejeces dignas.
No es una cuestión de edad, es una cuestión de derechos humanos
El 15 de junio de 2015 se aprobó en la Organización de Estados Americanos (OEA) la Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos de las Personas Mayores, ubicando a las personas mayores como sujetos de derechos y delineando el marco de trabajo -con impacto normativo y como herramienta- para la definición de políticas públicas dirigidas a esta población.
De acuerdo a los datos más recientes, se recibieron 178 situaciones aceptadas para iniciar una intervención. El 82,8 % de las personas afectadas eran mujeres. De los casos recibidos, el 49,8% eran personas de 80 años o más. El maltrato ha sido de orden psicológico (54,2%), seguido por el maltrato físico (42,4 %), abandono (31,6%) y, abuso patrimonial (18,6%). El 44,6% de las personas sufrió un tipo de abuso y/o maltrato y el 42,4 %, dos. La mayor parte de las agresiones son ejercidas por personas allegadas, sobre todo por hijos e hijas (56,9%); nietos o nietas (7,5 %); sobrinos o sobrinas (7,5 %); y parejas o exparejas (5,5%).
Si se identifica que una persona mayor está sufriendo abuso o maltrato, Inmayores solicita comunicarse con los servicios de referencia:
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