Estructura y ejes del MCEG
Niveles del MCEG
El Modelo de Calidad con Equidad de género se estructura en cuatro niveles , cada uno se puede certificar uno a continuación del otro en diferentes años.
- Compromiso.
- Implementación.
- Mejora.
- Sostenibilidad.
Ejes del MCEG
Las acciones de cada nivel se ordenan a partir 8 ejes, siendo transversales a la totalidad del modelo.
Eje 1: Estrategia para la equidad de género.
Supone la generación de la estrategia y las condiciones necesarias para implementar el Modelo en cada nivel.
Eje 2: Discriminaciones en el ámbito laboral y violencia basada en género.
Tiene como cometido la prevención y tratamiento de las inequidades y discriminaciones por razones de género y/o étnicas-raciales.
Eje 3: Selección y competencias del personal.
Tiene como objetivo identificar las prácticas institucionales formales e informales para el reclutamiento y selección de personal que generen sesgos de género y formas conexas de discriminación; para su modificación.
Eje 4: Sistema de remuneraciones.
Tiene como fin visibilizar la existencia (si la hay) de inequidades en la distribución de los ingresos y beneficios, así como permitir que todas las personas puedan conocerlos por medio de una política adecuada de comunicación y difusión. En este eje se debe buscar superar las brechas de género en las remuneraciones.
Eje 5: Capacitación, oportunidades de desarrollo y ambiente laboral.
Apunta a crear oportunidades de formación sin sesgos de género y estimular la reducción de la segregación horizontal y vertical; así como evaluar y mejorar el ambiente laboral
Eje 6: Corresponsabilidad social y de género en los cuidados.
Busca incorporar acciones laborales dirigidas a facilitar la articulación entre trabajo remunerado y carga de cuidados.
Eje 7: Comunicación y responsabilidad social.
Busca que la comunicación interna y externa no tenga sesgos de género y que apunte a promover la igualdad entre varones y mujeres en los distintos eslabones de la cadena de valor.
Eje 8: Evaluación, análisis y mejora.
Implica revisar y evaluar las acciones realizadas de modo que cumplan efectivamente con los objetivos definidos. Se considera imprescindible que la dirección se involucre en este proceso de forma sistemática.