Para personal de salud

Características y diferencial de la infección por dengue, zika y chikungunya

La mayoría de las personas que contraen dengue no tiene síntomas. Cuando aparecen suelen ser fiebre alta, dolor de cabeza, náuseas y erupciones en la piel. Como no hay un tratamiento específico para el dengue, para los casos leves en tratamiento domiciliario, lo habitual es aliviar el dolor. Deben evitarse los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno y la aspirina porque aumentan el riesgo de hemorragia. En la mayor parte de los casos la persona se cura en una o dos semanas, pero a veces la enfermedad se agrava y requiere hospitalización.
Placa con información sobre realización de diagnóstico

Para poder distinguir si se está transitando un cuadro de dengue grave o no, es necesario estar atento a los síntomas. A su vez, el dengue tiene el mismo vector trasmisor que el chikunguña y el zika, el mosquito Aedes aegypti, y son enfermedades que tienen síntomas similares entre sí. Saber los síntomas de cada una y cuáles aparecen a medida que se agrava el cuadro que se está transitando es importante para luego adoptar el mejor tratamiento que corresponda.

En 2009, frente a la constatación de un alto porcentaje de fallecimientos por causa del dengue, la Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS) desarrolló un relevamiento de información del que surgió la importancia de cambiar la distinción que se hacía entre dengue y dengue hemorrágico porque esta última denominación llevaba a minimizar las posibles consecuencias del dengue que no tuviera hemorragias como síntoma. Desde ese momento la distinción de la enfermedad según la gravedad se hace únicamente con el agregado de la palabra “grave”, es decir, se puede padecer dengue y, en caso de que el cuadro de la enfermedad empeore, se le denomina “dengue grave”.

Cuando aparecen síntomas, lo que sucede entre cuatro y diez días después de la infección, duran de dos a siete días. Pueden ser: fiebre elevada (40 °C), dolor de cabeza muy intenso, dolor retroocular, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, hinchazón de ganglios linfáticos y sarpullido. Las personas que se infectan por segunda vez corren más riesgo de que la enfermedad se agrave y generalmente, los síntomas del dengue grave suelen presentarse cuando desaparece la fiebre.

Los síntomas que implican la posibilidad de agravamiento de un cuadro de dengue son: el dolor abdominal que se presenta de forma progresiva hasta ser continuo o sostenido e intenso y al final de una primera etapa febril; el trastorno del sensorio que provoca irritabilidad, somnolencia y letargo; el sangrado de mucosas como gingivorragia (en las encías), epistaxis (sangrado nasal), sangrado vaginal no asociado a la menstruación o sangrado menstrual mayor del habitual y hematuria (sangre en la orina); la acumulación de líquidos que se puede constatar de forma clínica o por estudios de imagen-también al final de la etapa febril como el dolor abdominal-, hepatomegalia (refiere al agrandamiento del hígado), vómitos persistentes y el aumento progresivo del hematocrito.

Los síntomas previamente enumerados deben ser chequeados para determinar si es necesaria la hospitalización de la persona, mientras que si también aparece intolerancia a la vía oral, dificultad respiratoria, acortamiento de la presión de pulso, hipotensión arterial, insuficiencia renal aguda, aumento del tiempo de llenado capilar, si el dengue se está padeciendo concomitantemente al curso de un embarazo o se tiene antecedentes de una coagulopatía, indefectiblemente se debe determinar la internación del paciente. En todos los casos es imprescindible la consulta médica.

El chikungunya se transmite a través de la picadura de mosquitos Aedes aegypti y el Aedes albopictus. Desde 2004 los brotes de fiebre chikungunya han ido aumentando en frecuencia y extensión. Hasta ahora se ha detectado la presencia del virus chikungunya en más de 110 países de Asia, África, Europa y las Américas.

No se dispone de una vacuna ni de un medicamento específico contra el virus actualmente pero a diferencia de lo que ocurre con el dengue, solo se puede contraer chikungunya una vez, luego se desarrollan los anticuerpos que de acuerdo con la evidencia disponible hasta el momento, confieren inmunidad de por vida.

Es posible detectar el virus chikungunya directamente en muestras de sangre extraídas durante la primera semana de enfermedad empleando técnicas RT-PCR. Hay otras pruebas que permiten reconocer la respuesta inmunitaria de una persona ante la infección por el virus chikungunya. Estas técnicas se utilizan por lo general tras la primera semana de infección para detectar la presencia de anticuerpos contra el virus. Lo más frecuente es que haya niveles detectables de anticuerpos a partir de la primera semana después del inicio de la enfermedad y que estos niveles perduren durante unos dos meses.

En pacientes sintomáticos, la fiebre chikungunya suele comenzar entre cuatro y ocho días después de la picadura de un mosquito infectado (intervalo que puede oscilar entre dos y 12 días). La enfermedad se caracteriza por la aparición súbita de fiebre generalmente acompañada de fuertes dolores articulares que suelen ser debilitantes y desaparecer en pocos días, aunque también pueden prolongarse durante semanas, meses o incluso años. Otros signos y síntomas frecuentes son: inflamación de las articulaciones, dolores musculares, cefalea, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas.

El hecho de que estos síntomas coincidan con los de otras infecciones, sobre todo las causadas por los virus del dengue y de Zika, puede inducir un diagnóstico erróneo de los casos. En ausencia de dolores articulares de consideración, las personas infectadas presentan en general síntomas leves y la infección puede pasar inadvertida.

La mayoría de los pacientes se recuperan completamente de la infección pero ocasionalmente se han descrito casos de complicaciones oculares, cardíacas o neurológicas a consecuencia de la chikungunya. Los pacientes de muy corta o de muy avanzada edad presentan mayor riesgo de sufrir un cuadro clínico grave. Los recién nacidos que resultan infectados durante el parto y las personas mayores con dolencias preexistentes pueden enfermar de gravedad, con lo que la fiebre chikungunya puede elevar el riesgo de muerte.

La mejor protección consiste en evitar la picadura de mosquitos para no contraer la infección. Todo paciente presuntamente infectado con dengue o chikungunya debe evitar que lo piquen los mosquitos durante la primera semana de enfermedad para que el virus no se transmita a un nuevo mosquito que a su vez pueda infectar a otras personas. Se recomienda el uso de mosquiteros y repelentes (estos deben contener como ingrediente activo DEET, IR3535 o icaridina) e idealmente, eliminar los criaderos del mosquito en las proximidades de la vivienda ya que la manera más eficaz de controlar estas enfermedades es impedir la multiplicación del vector.

Se adjunta documento "Directrices para el diagnóstico clínico" dirigido al personal de salud.

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