Prevención de suicidio

Conferencia: “Prevención del suicidio: políticas presentes en el hemisferio”

Organizada por estudiantes de Relaciones Internacionales, se realizó en el Paraninfo de la Universidad de la República una conferencia llamada “Prevención del suicidio: políticas presentes en el hemisferio”. Del panel de expositores participaron junto al subsecretario de salud pública, José Luis Satdjian, las magísteres Susana Quagliata de la Facultad de Psicología de la Udelar y Claudia Barrientos, representante de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Uruguay.
Satdjian y expositoras en Paraninfo de Udelar

Barrientos explicó la situación general del suicidio en el mundo, que se posiciona como una de las principales causas de muerte de jóvenes aunque afecta a personas de todas las edades, situaciones y contextos; las muertes por suicidio superan en número las muertes provocadas por homicidios y guerras sumadas.

Susana Quagliata, magíster en Psicología Clínica y responsable del curso de formación optativa de grado “Suicidio en niños y adolescentes” en la Facultad de Psicología, fue la responsable de dar un marco conceptual y de establecer cuál es la situación en Uruguay referente a este tema.

Quagliata hizo primero referencia a los mitos más comunes en torno al suicidio, que si bien se van derribando a medida que aumenta la información en la opinión pública, persisten y plantean fuertes contratiempos al momento de tomar el tema con la seriedad que amerita. El primero de ellos refiere, justamente, al hecho de hablar sobre suicidio. Si bien en algún momento se consideró que hablar de suicidio podría actuar como estímulo a una persona que está barajando esa idea, muy por el contrario, hablarlo tiene el efecto opuesto. En la misma línea, no es correcto creer que porque una persona manifieste su intención de suicidarse en realidad no lo quiera hacer o no lo vaya a hacer; si bien la mayoría de los suicidios suceden a partir de un impulso y muchas veces responden a situaciones concretas de violencia intrafamiliar, consumo de sustancias o alguna pérdida significativa, nada de eso implica que no haya habido una planificación previa, que no se haya pensado con anterioridad a la situación concreta que termina desencadenando el suicidio.

La experta planteó que el suicidio más que una opción, es una decisión que se toma sin libertad y que el mayor desafío que plantea una persona que está pasando por una situación que la induce a pensar en la acción de matarse como una salida, es lograr que visualice su situación o problema como una situación factible de ser solucionada. Asimismo, no se debe estigmatizar a una persona que haya pasado por un intento de autoeliminación considerando que lo seguirá intentando hasta que lo logre, sino que se debe tomar ese intento no concretado como una oportunidad para trabajar con la persona y construir un proyecto de vida.

Actualmente, al problema que las altas tasas de suicidio ya planteaban se suma el aumento generalizado en toda América de un 30 % en las consultas por enfermedades de salud mental postpandemia, entre las que las crisis de ansiedad y pánico han cobrado mayor protagonismo. El consumo de sustancias asociado a los intentos de autoeliminación es un problema de relevancia puesto que la distorsión de la realidad que provocan las drogas puede ser un impedimento para que la persona pida ayuda en caso de querer hacerlo.

Quagliata finalizó enumerando algunas características comunes a todos los suicidios, independientes de las edades en las que suceden, situación social, nivel educativo o cualquier otro factor. Estos son: el propósito, que en todos los casos es la búsqueda de una solución; el objetivo, que es el cese de la conciencia; los estresores comunes que son las necesidades sicológicas insatisfechas, las emociones comunes en todos los suicidios son la desesperanza y la desesperación; el estado de ambivalencia entre la vida y la muerte; la acción común de búsqueda de escape; una percepción distorsionada en la que la realidad se ve como un túnel que tiene como única salida el suicidio. En todos los casos la autoeliminación es un intento fallido de comunicación puesto que las personas que tienen ideaciones suicidas también fantasean con que luego de su muerte podrán saber qué representaron para los demás y un último rasgo común de los mencionados por la experta en suicidología es la permanencia de estilos de vida de los que se encuentra como única salida, la muerte.

El subsecretario de salud pública, José Luis Satdjian, expuso algunas de las acciones que se vienen desplegando desde la cartera para el abordaje del suicidio en Uruguay, que es un tema de preocupación hace ya varios años.

Lo primero que especificó el jerarca son los valores a partir de los cuales se trabaja en el Ministerio de Salud Pública: el respeto y la responsabilidad. El respeto necesario para tratar a los familiares de las personas que se suicidaron y deben seguir adelante en sus vidas con la vivencia de esa fatalidad, y la responsabilidad de continuar con el trabajo de prevención, impulsarlo, intensificarlo y desarrollar más acciones.

Si bien en Uruguay ya hace un tiempo se viene dando el cambio de visión en el encare que se debe tener sobre el suicidio y se habla de su prevención y la importancia de la salud mental, lo cierto es que se debe seguir profundizando y, aunque es claro que es un problema de salud pública en el que la cartera tiene un rol fundamental, la salud mental se debe abordar entre todos. Luego de explicar el paradigma con el que se aborda la salud mental, el subsecretario enumeró las principales acciones que se vienen desplegando en la búsqueda de reducir el número de suicidios en la población de Uruguay.

Satdjian explicó que una de las primeras acciones fue contar con información en tiempo real en el entendido de que es necesario contar con datos fehacientes para poder establecer líneas de acción; así fue que de reportarse una vez por año la cantidad de suicidios del año anterior, ahora se cuenta con los últimos datos del año que corre, lo que permite hacer un seguimiento más preciso del tema, más allá de constatar que la tendencia a la suba de los intentos de autoeliminación y los suicidios consumados que se viene dando hace 30 años sigue, e incluso se incrementó en un 20 % post pandemia.

Frente al debe en la respuesta que tiene el sistema de salud en esta área, se está reforzando el primer nivel de atención, tanto para que los trabajadores de la salud puedan reconocer mejor indicios de conductas suicidas en un paciente que llega a atenderse, así como para poder paliar la falta de profesionales que tiene el país en el área de salud mental y su distribución en el territorio nacional; así es que se está trabajando con profesionales especializados en otras áreas que no son específicamente referidas a la mental.

Se busca dar a conocer e incentivar el uso de la línea de prevención del suicidio (0800 0767 /*0767 ) de ASSE y desde 2020 se realizan talleres de capacitación y concientización sobre el tema para las familias y la comunidad que empezaron por impartirse en algunos departamentos del interior. La información y educación en el tema es esencial para la prevención del suicidio. A nivel departamental también se crearon grupos de prevención del suicidio de manera de que en cada uno se aplique la estrategia nacional de prevención del suicidio 2020-2025 atendiendo a las características particulares e idiosincrasia de cada lugar.

Se convocó a expertos en el tema de las distintas universidades de manera de involucrar a la academia en la búsqueda de soluciones, reuniones de las que ya han salido ideas que se han ido implementando.

Se digitalizó la ficha de intento de autoeliminación que obligatoriamente se debe llenar cuando se llega a atender una persona en esta situación, hasta hace apenas unos días se hacía en papel con las consecuentes dificultades para tenerlas en tiempo y forma en el ministerio y contar con la información que se desprende de ellas. Tener esta información digitalizada y a tiempo permite poder fiscalizar que se haga el correcto seguimiento previsto para estos casos, como es el que reciban atención especializada en un máximo de 48 horas.

Se creó una guía de abordaje del riesgo suicida, una de posvención, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) viene realizando más de 200 talleres de capacitación para el abordaje de situaciones de intentos de autoeliminación y suicidio.

A su vez está en marcha una campaña creada en conjunto con el Mides y el Instituto de Derechos Humanos que busca concientizar, prevenir y mostrar que se puede seguir adelante luego del diagnóstico de una enfermedad mental, así como de un intento de autoeliminación.

El subsecretario Satdjian terminó su alocución invitando al involucramiento de todos en este tema, hablando sobre el suicidio, sobre las dificultades que debemos atravesar todos de manera de que los problemas no se sientan lejanos, únicos o sin salida. El jerarca invitó a estar cerca del otro, a compartir, de manera de que todos podamos ser contención y que no se considere al suicidio como una salida cuando en realidad es un pensamiento definitivo para un problema circunstancial.