Semana Lactancia Materna

Control de Calidad de la leche materna donada al Banco de Leche Humana “Dr. Ruben Panizza” (BLH-CHPR)

Los expertos y organizaciones internacionales consideran a la leche materna fresca, proporcionada de forma directa y a libre demanda por su propia madre, el único alimento ideal que cumple con todos los requerimientos nutricionales para el recién nacido. Es la leche materna la que asegura su desarrollo y crecimiento, brindando la mejor opción nutricional y mayor protección en el aspecto inmunológico.
Placa semana lactancia

Es frecuente que las madres de los bebes pretérmino y hospitalizados en cuidados de tratamientos intensivos tengan una disponibilidad limitada de leche por diversas circunstancias, por lo que en estos casos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda "la leche pasteurizada de madres donantes seleccionadas” como la mejor opción para la alimentación de los niños, sobre todo si se trata de niños enfermos o de alto riesgo.

En nuestro país funciona, en Montevideo desde el año 2003, el BLH-CHPR cuyo principal objetivo es la promoción, protección y apoyo de la lactancia materna y el cuidado de la salud de todos los niños, que en su mayoría son los niños pretérmino; una prioridad del Programa Nacional de Salud de la Niñez del Ministerio de Salud Pública (MSP).

Este banco de leche es el referente nacional de la Red Uruguaya de Bancos de Leche Humana, que incluye a los ubicados en los departamentos de Tacuarembó y Salto, además de integrar, junto a otros países de Ibero América, la Red Iberoamericana de Bancos de Leche Humana.

La leche donada por madres de forma voluntaria y en un acto de enorme generosidad, es sometida a un riguroso y estricto control de calidad en cada una de las etapas del procesamiento, siendo la Pasteurización de Holder el tratamiento térmico empleado actualmente y el más ampliamente utilizado a nivel mundial para eliminar los microorganismos patógenos. Este tratamiento asegura un alimento inocuo desde el punto de vista microbiológico a todos los recién nacidos que la requieran mediante indicación médica.

En el procesamiento de la leche materna se considera de vital importancia certificar la calidad tanto fisicoquímica como la seguridad microbiológica, para garantizar su inocuidad. Para eso es clave la conservación de la cadena de frío en cada una de las etapas, desde su obtención hasta su llegada al banco.

Desde el punto de vista fisicoquímico se considera el análisis de las características organolépticas (aspecto, color, off-flavor), la acidez Dornic y el contenido energético de las muestras. La acidez (°D) consiste en una titulación ácido-base y es considerada un punto crítico temprano de la calidad de la leche. Este análisis permite determinar si esa leche cumple con los criterios de calidad objetivo para continuar su camino hacia la pasteurización o descartarla. El contenido energético (calorías) es elemental al momento de establecer qué tipo de leche será la adecuada para cada receptor, pues para cada caso se solicitará una leche con las calorías acorde a las necesidades nutricionales del recién nacido. Se clasifica en leche de bajo (<700kcal/L), intermedio (700-800 kcal/L) o alto (>800 kcal/L) contenido energético.

En los BLH se realizan también estudios de cultivos microbiológicos de post-pasteurización que consisten en evaluar la efectividad del proceso térmico de pasteurización. Esto es de suma importancia, pues por más que el tratamiento térmico asegura la eliminación de bacterias y la erradicación de los virus, existen riesgos relacionados a la manipulación de las muestras, pre y post-pasteurización, y como consecuencia existe la posibilidad de que se produzcan contaminaciones con bacterias no patógenas y otras, potencialmente patógenas, procedentes de la madre y/o del personal técnico(K. pneumoniae o S. aureus) y otras indicativas específicamente de contaminación en la manipulación (E. coli).

Si bien existe un sólido consenso respecto a los beneficios de la alimentación con leche donada pasteurizada de los BLH respecto al uso de fórmulas convencionales comerciales, la evidencia científica demuestra que el procesamiento conspira, en cierto grado, con la pérdida de componentes con propiedades bioactivas que son químicamente termosensibles, especialmente desde el punto de vista inmunológico. Esto no sucede con el gran aporte del valor nutricional, lo que la convierte en la mejor alternativa cuando no se dispone de la alimentación de forma directa mediante lactancia materna. Es por esto que a nivel mundial se continúan realizando esfuerzos para estandarizar y optimizar los procedimientos de obtención, procesamiento y conservación de las muestras.

Para tener una idea de la importante tarea que estos centros realizan, en 2020 el BLH-CHPR logró recolectar 3.802 litros de leche procedentes de 1.101 donantes. Luego de ser procesada, esta leche permitió alimentar a 2.514 recién nacidos internados en cuidados neonatales, tanto del sector público como del privado.

 

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