Día Internacional del Dengue

Se ha comprobado la circulación de los cuatro serotipos de dengue (Den-1, 2, 3, 4) en varios territorios, lo que aumenta el riesgo de aparición de las formas graves de la enfermedad. Durante 2018, según la plataforma PLISA de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la región de las Américas reportó 561.398 casos de dengue, de los cuales 265.934 correspondieron a Brasil; debemos retroceder 13 años para encontrar cifras tan bajas en Brasil y en la región, mientras que en 2019 se superaron los tres millones de casos y se notificaron 1776 muertes por esta causa, lo que constituye un récord histórico. En 2020, a pesar de los desafíos que impuso la pandemia de covid-19, la OPS informó que hubo un total de 2.300.558 casos de dengue.
La versatilidad de este mosquito para trasmitir distintos virus es un constante desafío para los sistemas de salud, como sucedió en 2013 con la emergencia de Chikungunya y en 2015 con el ingreso a Brasil del virus Zika desde Isla de Pascua, que afectó fundamentalmente los estados del nordeste de ese país. Coincidentemente hubo una epidemia de microcefalias y complicaciones neurológicas en adultos (síndrome de Guillain Barré) que fueron finalmente atribuidos a esta arbovirosis.
El último caso de dengue autóctono en nuestro país se había registrado en 1916; en 1997 se notificaron una decena de casos importados, en su mayoría provenientes de países americanos, hasta que en 2016 se detectó el primer brote autóctono de dengue luego de 100 años. En 2020 también hubo circulación viral en los departamentos de Salto y San José, pero el cierre de fronteras debido a la pandemia de covid-19 detuvo la entrada de casos de dengue importados.
¿Cómo se realiza la vigilancia de dengue en Uruguay?
En 2019 se cambió la forma de vigilancia en torno a la presencia y cantidad de mosquitos Aedes aegypti: de buscar larvas – lo que implica la necesidad de mucho personal y el ingreso a las viviendas- se pasó al método de las ovitrampas. Esta manera de vigilar, mediante la distribución en distintos puntos estratégicos de trampas en las que los mosquitos hembras depositan sus huevos, es más objetiva, no depende de gran número de operarios y permite tener una clara idea respecto al riesgo de circulación del mosquito.
Asimismo, existe evidencia epidemiológica de que los datos obtenidos con ovitrampas están relacionados espacial y temporalmente con los casos de dengue.
Estas trampas conformadas por elementos simples (envases plásticos con agua y una tira de papel) se distribuyen homogéneamente en las localidades y se controlan semanalmente para cuantificar los huevos recogidos en el papel.
Los resultados obtenidos se grafican y se vuelcan en un visualizador para observar la evolución de los diferentes índices de infestación en el tiempo y dónde se encuentran las trampas con mayor cantidad de huevos en cada localidad vigilada.
Los datos obtenidos permiten luego tomar las medidas necesarias para adelantarse a los brotes de la enfermedad y alertar a la población sobre los lugares puntuales de mayor riesgo.
¿Qué se debe hacer para evitar el Aedes aegypti?
El principal método de control es la eliminación de los sitios de cría del mosquito. Tapar, poner bajo techo, dar vuelta, perforar, rellenar con arena, descartar, todos los cacharros y recipientes en dónde puede estancarse agua siguen siendo acciones indispensables para combatir el mosquito.
Se debe utilizar repelente para evitar sus picaduras siempre que se esté a la intemperie, sobre todo en la mañana y en la noche, y reaplicarlo en caso de haber transpirado o haber tenido contacto con el agua. El repelente se puede aplicar tanto en la piel como en la ropa pero no se debe aplicar directamente en el rostro: se recomienda rociar las manos y luego frotarlas sobre la cara, evitando ojos y boca. También debe evitarse la aplicación sobre heridas o cortes. Se puede utilizar a partir de los 6 meses de edad, mientras que para los bebés menores de 6 meses se recomienda la utilización de mosquiteros.
La utilización de repelente también se recomienda para aquellas personas que viajan a países en los que la circulación de esta enfermedad está presente, como es el caso de Brasil, durante al menos 20 días posteriores al retorno. De esta manera, en caso de haber contraído el virus en el exterior, se evita la propagación de la enfermedad a través de la picadura del mosquito trasmisor en el país.
Dormir en lugares protegidos por mosquiteros, usar ropa de colores claros y cubrir lo más posible el cuerpo, sobre todo al amanecer y atardecer, también son medidas de prevención.
Los síntomas más comunes son fiebre, dolores musculares y de cabeza, náuseas y vómitos, por eso ante la presencia de estos síntomas es importante consultar al médico.
En la actualidad, más de la mitad de la población mundial tiene riesgo de contraer dengue. Cada año se registran 390 millones de casos en el mundo, de los que 500 mil corresponden a la variedad más grave que provoca unas 25 mil muertes anuales.