Salud ocular

Glaucoma: la primera causa de ceguera irreversible en Uruguay

En Uruguay el glaucoma es la primera causa de ceguera irreversible. Se estima que de 3 % a 5 % de la población tiene esta enfermedad y que hasta un 60 % lo desconoce. El diagnóstico precoz es la única forma de evitar la pérdida de la visión, por lo tanto, los controles con el oftalmólogo son fundamentales.
Medición de presión ocular

El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico producida por un aumento de la presión dentro del ojo que lo va dañando lentamente y de forma irreversible. Este nervio se ubica en la parte posterior del ojo y es el “cable” que lo conecta con nuestro cerebro donde se procesa la información visual. Si el nervio óptico está dañado, la información hacia el cerebro llega mal o no llega, lo que se traduce en pérdida de visión.

No se conoce exactamente qué causa el glaucoma. Existen factores hereditarios, factores raciales, traumatismos oculares importantes, etc.

El glaucoma no es evitable pero sí prevenible y tratable y para ello el diagnóstico precoz es el primer paso. Es importante tener presente que se trata de una enfermedad crónica, por lo que una vez diagnosticada deberá tratarse durante toda la vida.

Existen diferentes tipos de glaucoma que se pueden dividir en dos grandes categorías: el glaucoma crónico de ángulo abierto, la forma más frecuente, y el glaucoma de ángulo cerrado.

En las etapas iniciales el glaucoma no presenta síntomas; el paciente no puede darse cuenta de que tiene la presión ocular aumentada porque no da dolor ni otros síntomas. Asimismo, se puede tener un glaucoma en etapa avanzada con daño severo del nervio óptico y tampoco tener síntomas. La pérdida del campo visual suele ser lenta y progresa desde afuera hacia el centro de la visión, cuando se afecta la parte central de la visión es cuando suele ser percibido por el paciente, pero ya se estará ante un diagnóstico tardío; de allí que se lo llame “el enemigo silencioso de la visión.”  De todas formas, en un gran número de casos es posible detener la progresión del daño del nervio óptico y preservar de este modo visión.

En los casos menos comunes de glaucoma de ángulo cerrado se producirán subas bruscas y muy altas de la presión ocular. En un ataque agudo de este tipo de glaucoma el dolor será muy intenso, el ojo se pondrá rojo y la agudeza visual bajará severamente en segundos. El paciente requerirá tratamiento en forma urgente.

Factores de riesgo

Tienen mayor riesgo de padecer glaucoma las personas con antecedentes familiares de glaucoma, afro descendientes, las personas miopes, personas con antecedentes de traumatismos oculares importantes y con procesos inflamatorios oculares crónicos.

El glaucoma se puede presentar en recién nacidos y niños, aunque esto es poco frecuente, y su incidencia aumenta por encima de los 40 años, sobre todo si se cuenta con alguno de los factores de riesgo señalados. El control deberá realizarse una vez por año y durante toda la vida.

La gran mayoría de los pacientes con glaucoma nunca llegan a la ceguera. Hoy hay variadas opciones de tratamiento que han tenido grande avances en los últimos años para evitarla. Que el glaucoma sea nuestra primera causa de ceguera irreversible se relaciona con el diagnóstico tardío, de allí la necesidad de realizar el control de la presión ocular de forma periódica.

¿Cuál es la presión ocular normal?

Para medir la presión ocular se utilizan como unidades los milímetros de mercurio (mmHg). Estadísticamente la presión ocular normal es de hasta 21 mm Hg como máximo, por encima de ese valor aumenta el riesgo de padecer glaucoma.

Sin embargo, la presión ocular normal para un paciente es aquella que no daña su nervio óptico. El médico durante el examen deberá determinar cuál es la presión ocular para mantener saludables los ojos. Para saber si un paciente tiene glaucoma medir la presión ocular es el primer paso, pero luego deberá realizarse una valoración completa con la ayuda de diversos estudios.

Tratamiento

Actualmente no hay tratamiento alguno que permita restituir la función de un nervio óptico dañado ni de recuperar el campo visual y la visión perdida.  Sin embargo, en la mayoría de los casos sí es posible detener el daño y conservar la visión que se posee al momento del diagnóstico. Los objetivos del tratamiento se centrarán en bajar la presión ocular y conservar la visión existente.

El oftalmólogo indicará el tratamiento más apropiado de acuerdo a la etapa en que se encuentra el glaucoma. Si bien se prefiere ir de lo menos invasivo (utilización de gotas) a lo más invasivo (cirugía), en ocasiones el glaucoma debe operarse (cirugía) como primera opción.

Las gotas o colirios anti-glaucomatosos son el tratamiento más comúnmente utilizado.  No es invasivo y es bien tolerado. El apego al tratamiento es la clave del éxito.

El láser se utiliza para eliminar la necesidad de utilizar colirios o para ayudar su acción bajando la presión ocular.

Las cirugías (existen diversas técnicas) se reservan para los casos en los que no se logra controlar la presión ocular o cuando las gotas o el láser están contraindicados o no han funcionado.

Pueden usarse una de estas opciones o la combinación de ellas.