La odontología y el maltrato de niños y adolescentes

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto los niños y adolescentes menores de 18 años, incluye todos los tipos de maltrato físico y psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad de esta población o ponen en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.
El maltrato infantil es causa de sufrimiento para niños y adolescentes, y las familias, lo que tiene consecuencias a largo plazo (además del sufrimiento en el presente).
La Campaña Mundial de Prevención de la Violencia tiene por objetivo fomentar la toma de conciencia sobre este problema, resaltando la función decisiva que desempeñar la salud pública para abordar sus causas y consecuencias, fomentando su prevención.
De esta forma la violencia y el maltrato se constituyen en uno de los problemas más importantes de salud pública; destacando que sus diferentes formas de expresión son una amenaza para la salud del individuo, especialmente grave para el desarrollo saludable de niños y adolescentes.
La odontología y el maltrato infantil
La oportunidad de observación, por parte del odontólogo y del personal auxiliar, es muy valiosa a la hora de identificar situaciones que podrían de significativas de maltrato para niños y adolescentes.
Es obligación del odontólogo, durante el control odontológico de estos grupos, observar los signos que pueden ser indicadores de abuso infantil o de negligencia. De esta forma durante el examen clínico regional y el extra e intrabucal se puede detectar la presencia de:
Arañazos en cara y cuello, contusiones, hematomas y equimosis en zonas como orejas y mejillas.
Laceraciones en los labios, encías, lengua, tejidos blandos dentro de la boca causados por utensilios para comer o por la mamadera durante una alimentación forzada.
Hematomas o cicatrices en las comisuras de la boca, que podrían ser causadas por diferentes elementos colocados para evitar que el niño llore.
Quemaduras provocadas por alimentos hirvientes o de cigarrillos, no solo en cara, sino en manos.
Lesiones en la zona de paladar blando o pilares anteriores del velo del paladar para que el niño tosa o vomite sangre, y así crear síntomas para que requiera atención médica, síndrome de Münchausen.
Lesiones e infecciones asociadas con prácticas sexuales como chancros y sarpullidos transmitidas por la presencia de ITS del agresor. Al igual que rotura o desgarre del frenillo lingual y eritemas o petequias en la zona de unión de paladar duro y blando.
Fracturas de los maxilares y lesiones en la articulación témporo mandibular, a veces evidentes en asimetrías por látero desviación mandibular.
Lesiones por mordeduras en partes blandas de boca, labios y mejillas vinculadas con golpes recibidos.
Traumatismos dentarios recientes o presencia de dientes con cambio de coloración dónde con la realización de la una radiografía necesaria para el tratamiento, puede determinar la existencia de traumatismos previos.
La presencia de múltiples lesiones cariosas, también puede ser considerada un signo de negligencia, por falta de controles en salud bucal, ausencia o discontinuidad de los tratamientos indicados y/o el cambio continuo de odontólogo al igual que de médico. Es así que estos pueden ser otros elementos a tener en cuenta frente a la sospecha de maltrato con presencia de los signos mencionados anteriormente.
De esta forma el rol del odontólogo y del personal auxiliar (higienista en odontología y asistente dental) adquiere singular importancia a la hora de la consulta de niños y adolescentes, observando elementos ajenos a atención odontológica especifica (está demasiado abrigado de acuerdo al clima reinante, mangas largas que pueden ocultar áreas del cuerpo con signo de lesiones etc.)
Frente a una situación de sospecha el odontólogo debe remitir al niño o adolescente al prestador de salud que corresponda, dónde el Equipo de Referencia los recibirá y tomará los recaudos necesarios, de acuerdo al “Protocolo para el abordaje de situaciones de maltrato a niños, niñas y adolescentes, en el marco del Sistema Nacional Integrado de Salud”.