Reproducción humana asistida

Técnicas de reproducción humana asistida más accesibles

El ministro de salud pública Daniel Salinas junto a Martín Lema, presidente de la Cámara de Diputados anunciaron modificaciones en la normativa sobre las técnicas de reproducción asistida que apuntan a garantizar y mejorar la accesibilidad a esta prestación.
Autoridades en conferencia

Desde noviembre de 2013 el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) y el Fondo Nacional de Recursos (FNR) financian de forma total o parcial los procedimientos de reproducción humana asistida de alta y baja complejidad (Ley N° 19.167). El financiamiento se llevaba a la práctica mediante un sistema de copagos que variaban según el ingreso per cápita promedio de la pareja y el número de intentos que fueran necesarios (Decreto N° 84/015, 27 febrero 2015). A medida que aumentaba el número de intentos, se reducía el financiamiento.

En el año 2017 el entonces diputado Martín Lema presentó una moción para que se modificaran los artículos 32 y 34 del decreto que establecía que las parejas deberían pagar más por cada nuevo intento de lograr un embarazo. Es decir, que el primer tratamiento al que se sometieran sería el que contaría con un mayor financiamiento por parte del estado, mientras que los siguientes, además de encontrarlos más desgastados psicológica y emocionalmente, les implicaría un mayor gasto económico. 

Este fue uno de los argumentos utilizados en ese entonces: no había justificación para que se fuera incrementando el copago en el segundo y tercer intento de una pareja que viene padeciendo el desgaste sicológico y emocional de haberse sometido a este tipo de tratamiento sin éxito.

Luego de un exhaustivo análisis de la propuesta, el MSP y el FNR consideraron que era viable llevar adelante estos cambios. En relación a los procedimientos de baja complejidad, específicamente a la inseminación artificial, el MSP establece que los tres intentos tengan el mismo copago (subsidiado por el SNIS) igualándolo al del primer nivel, para evitar la erogación económica de las parejas. “Con esto estamos derribando inequidades, mejorando la accesibilidad en el derecho a la reproducción asistida y evitando la injusticia que significa afrontar sicológicamente esta situación y que todavía se las castigue aumentando los copagos tras cada intento”, subrayó Salinas.

Para los procedimientos de alta complejidad subsidiados por el FNR también se establece el mismo copago a pagar para cada uno de los tres intentos, manteniendo la diferenciación según el ingreso per cápita de la pareja. ¨Con estas dos decisiones ayudaremos a muchas familias a poder acceder a esta prestación tan deseada con mayor equidad¨, resaltó el Ministro.

Cabe destacar que de esta forma los pacientes que se encuentren en el primer tramo no tendrán copago, y por ejemplo los pacientes que se encuentren en el segundo tramo si requieren de un segundo intento pagaran 50% menos de lo que pagan hoy. Este cambio representa una reducción de copagos de aproximadamente $ 10 millones anuales.

 

 

La infertilidad es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la patología del sistema reproductor caracterizada por la incapacidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses o más de relaciones sexuales no protegidas.

Las técnicas de alta complejidad son aquellos procedimientos que incluyen la manipulación de ovocitos y espermatozoides, o embriones humanos para generar el embarazo. Entre las técnicas incluidas se encuentra la fertilización in-vitro (FIV) y la inyección intra-citoplasmática de espermatozoides (ICSI), transferencia de embriones y criopreservación de los mismos, la donación de ovocitos y embriones, y el tratamiento en útero subrogado.

A la fecha el Fondo Nacional de Recursos ha dado cobertura financiera a las técnicas de reproducción asistida de alta complejidad a  3.650 parejas.

Cerca del 90% corresponden a procedimientos con gametos propios y el 10% a procedimientos con ovocitos donados.

La procedencia geográfica de los pacientes es en partes iguales entre el Interior y Montevideo.

Si observamos la distribución de las solicitudes de tratamiento según afiliación de las pacientes, el 84% son pacientes de prestadores privados y 16% del prestador público.

De los que completan el proceso de fertilización el 70% lo hacen mediante ICSI (Inyección intra-citoplasmática de espermatozoides), el 29% mediante FIV (Fertilización In-Vitro) y el 1% ICSI + FIV.

Del total de transferencias embrionarias efectuadas, hubo confirmación de embarazo ecográfico en el 33% de los casos.

 

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