Psiquiatría Pediátrica

Unidad especializada en Trastornos del Espectro Autista de la Clínica de Psiquiatría Pediátrica

Al Servicio de Psiquiatría Pediátrica del Centro Hospitalario Pereira Rossell y a la Clínica de Psiquiatría Pediátrica de Facultad de Medicina llegan a atenderse niños y adolescentes de distintos contextos con problemáticas múltiples, en muchas ocasiones vinculadas a la violencia tanto familiar como social, lo que tiene una ineludible repercusión en la vida en general y el desarrollo de esos niños.
Logo TEA

En el servicio, que funciona con recursos de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) y la Universidad de la República, se generan distintos dispositivos de respuesta para dar solución a las consultas e inquietudes que se surgen a partir del intercambio con la población que allí concurre y las policlínicas descentralizadas.

En 2005 comenzó a funcionar una unidad de atención especializada en Trastornos del Espectro Autista (TEA) que surgió como “una respuesta a la realidad en lo que iba siendo la llegada de mayor cantidad de niños dentro de estos problemas particulares del desarrollo” explica Gabriela Garrido, directora dela Clínica de Psiquiatría Pediátrica y coordinadora de la Unidad Especializada en TEA. No surgió “desde el saber internacional” sino que “la idea fue poder dar respuesta a los equipos de territorio en lo que tiene que ver con una mayor complejidad diagnóstica y en lo que tiene que ver con la construcción de estrategias terapéuticas”.

Para la atención se prioriza a los niños menores de 5 años y se trabaja en múltiples áreas desde distintas disciplinas como la fonoaudiología, psicomotricidad, psicología, la terapia ocupacional, añadida recientemente. A medida que los niños y sus familias van adquiriendo las herramientas, otros recursos, se van dejando los cupos libres para que ingresen nuevos. Otra función de la Unidad es la formación de recursos humanos en el tema: postgrados de Psiquiatría Pediátrica, Pediatría, pregrados de la Escuela Universitaria de Tecnología Médica, lo que se suma a la participación en cursos de formación continua brindados a docentes a través del Instituto de formación Pivel Devoto.

“Todos los niños y niñas con TEA tienen posibilidades de mejorar desde su punto de partida. Y esto depende mucho de que la detección e intervenciones sean tempranas y oportunas” explica Garrido en relación a la potencialidad de tratamiento de los niños y adolescentes con TEA. En todos estos procesos el rol de los padres y la familia es fundamental: “Nosotros, todos, podemos hablar de cosas genéricas pero el programa es absolutamente singular e individual para cada niño. En eso son los papás, son las familias las que tienen la mayor información, con las que tenemos que trabajar a diario, ir construyendo y cambiando las estrategias.” En relación a los países de Latinoamérica, Uruguay cuenta con un importante porcentaje de padres vinculados al movimiento asociativo.

La unidad de TEA forma parte de la “Red de Espectro Autista en Latinoamérica” con la que se desarrollan proyectos de investigación colaborativos. La unidad tiene entonces, un componente de investigación y cooperación con los países de la región.En el primer período de la pandemia se realizó una encuesta a familias de personas con TEA en ocho países de América Latina. Allí se observó que en Uruguay el impacto del confinamiento determinó retrocesos en las conductas en el 80% de las personas con TEA. También se registró un aumento de casi 80% en el uso de pantallas.

La Clínica de Psiquiatría Pediátrica a través de la Unidad de TEA es parte del Proyecto ECHO, (Clínica ECHO Autismo desde 2015) que permite a los profesionales de la salud del primer nivel de atención intercambiar dudas sobre diagnósticos y elaborar mejores respuestas o derivaciones pertinentes; en su desarrollo participan las Cátedras de Pediatría y Psiquiatría Pediátrica.

 

 

 

 

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