Envejecer y disfrutar

“Lo que en su momento parecía una locura, es hoy un proyecto consolidado donde residen 43 personas mayores con distintos niveles de dependencia” explica Marta, la directora técnica y alma de este residencial.
Cada persona elige las actividades de su día a día en base a sus intereses. Muchas personas aprenden a usar tablets para leer el diario o comunicarse con sus parientes, otras eligen activarse cada mañana con las músicas de su juventud, hay quienes prefieren plantar en el vivero y algunas incluso se animan a bailar o entonar algún tango.Todas las actividades están enfocadas en retrasar los procesos de dependencia y al disfrute de una vida plena.
Los talleres de psicomotricidad son una de las citas más esperadas de la semana. En ellos las personas activan su mente y su cuerpo. Trabajan en equipo y colaboran para conseguir objetivos comunes.
Una de las mayores innovaciones de este centro es el trabajo con la música para tratar enfermedades como el alzheimer o la demencia. Cada mañana, las personas mayores del hogar escuchan canciones puesto que “la memoria musical y la capacidad de sentir emociones son las últimas capacidades en perderse” explica Marta.
Otra de ellas es el servicio de viandas que el comedor del hogar dispone para las personas mayores de Miguelete que todavía pueden vivir en sus casas pero que tienen ciertas dificultades para cocinarse y mantener una alimentación adecuada.
“Además de encargarnos de la alimentación de las personas que residen en el hogar cada día repartimos una gran cantidad viandas”, explica Marta.
Para 2018 el hogar incorpora actividades intergeneracionales con un jardín de infantes del pueblo y talleres de fortalecimiento grupal para las personas que trabajan cada día allí. El objetivo: que el hogar sea un lugar disfrutable tanto para quienes viven como para quienes trabajan en él.