Estadísticas de género 2021

Informes

Indicadores de estadísticas de género 2021.

La estructura poblacional en Uruguay mantiene la tendencia de aumento de mujeres mayores y una disminución en la proporción de personas menores de 14 años, lo cual se traduce en una sobrecarga de las tareas de cuidado que asumen principalmente las mujeres.

El 29,9% de hogares conformados por parejas heterosexuales, ambos integrantes trabajan de manera remunerada y en el 21,6% únicamente el varón se encuentra ocupado. En los hogares pobres, resulta más frecuente que únicamente el varón se encuentre ocupado, mientras que en los hogares no pobres es más frecuente que ambos integrantes trabajen remuneradamente.

A su vez, el porcentaje de hogares en condición de pobreza con jefatura masculina es de 6,1% y asciende a 9,2% para aquellos con jefatura femenina. A su vez, la pobreza incide en mayor medida en hogares monoparentales y extendidos o compuestos.

Para las mujeres que residen en Montevideo, la tasa de actividad se sitúa en 57,3%; 54,6% para aquellas que residen en localidades del interior mayores a 5.000 habitantes y 48,2% en localidades menores a 5.000 y zonas rurales. Existe una brecha de 9 puntos porcentuales en la tasa de actividad de las mujeres en función del lugar de residencia, mientras que para los varones no hay grandes variaciones según la región en que residan.

La tasa de empleo tanto de varones como de mujeres, reporta los valores más bajos en las localidades del interior menores a 5.000 habitantes y zonas rurales; en personas que residen en hogares en situación de pobreza y en personas afro, si bien se evidencian diferencias por sexo, en detrimento de las mujeres.

La tasa de desempleo presenta mayores proporciones en personas que viven en hogares en condición de pobreza (30,1% para las mujeres y 20,1% para los varones), así como en personas afro (14,1% en mujeres y 10,3% en varones) y entre quienes residen en localidades mayores a 5.000 habitantes.

De las mujeres que se dedican en forma exclusiva a la realización de tareas de trabajo no remunerado, la proporción de quienes viven en hogares en condición de pobreza duplica la de aquellas mujeres que residen en hogares no pobres. A su vez, las mujeres afro y las que viven en localidades del interior menores a 5.000 habitantes y zonas rurales son las que reportan proporciones más altas.

La distribución las distintas ramas de actividad presenta claras diferencias por género. Se identifican ramas con alta presencia de varones como Construcción, Transporte, Agro, pesca, caza y explotación de minas o canteras. Por su parte, las ramas con fuerte presencia femenina incluyen Actividades de los hogares como empleadores, Servicios sociales y de Salud y Enseñanza.

El sector de cuidados representa un 2,7% del total de personas empleadas y se encuentra fuertemente feminizado (97,3% de las personas empleadas son mujeres). Dentro de las empleadas en este sector se registra una mayor proporción de jóvenes entre 14 y 24 años y de 65 o más, frente al total de ocupadas.

El 11,7% de las mujeres de 14 años o más no percibe ingresos propios, en el caso de los varones el porcentaje desciende a 6,4%. En todos los quintiles de ingresos el porcentaje de mujeres sin ingresos propios supera al de varones.

Las mujeres perciben 78,4% del total de ingresos que perciben los varones y 96,5% si se consideran los ingresos por hora. Estas diferencias en las brechas de los ingresos por hora y total se debe a que, en promedio, las mujeres trabajan remuneradamente menos horas que los varones producto de la alta carga de trabajo no remunerado que constituye una barrera para su inserción plena en el mercado de empleo.

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