Comunicado del Comité de Estabilidad Financiera

El Comité de Estabilidad Financiera se reunió en el día de la fecha para evaluar la situación del sistema financiero y los potenciales riesgos que podrían afectarle. Se concluyó que el sistema financiero doméstico se encuentra estable y operando con normalidad.

En este sentido, el mismo es capaz de facilitar el desempeño presente y futuro de la economía, al tiempo que cuenta con capacidades suficientes para gestionar los riesgos que podrían afectarle.

Se identificaron varios factores globales que potencialmente podrían incidir negativamente sobre la estabilidad financiera doméstica. La reciente escalada en el conflicto comercial entre EE.UU. y China, de continuar, podría implicar impactos significativos sobre las condiciones financieras y reales a escala mundial. Asimismo, a pesar de las recientes correcciones, que se suman a las de principios de año, las principales bolsas continúan en niveles que podrían estar desacoplados con respecto a los fundamentos reales de las economías avanzadas. En este contexto, se mantiene alta la sensibilidad de los agentes de mercado y la incertidumbre con respecto al curso futuro de la política económica en economías sistémicamente importantes. Por su parte, continúa el proceso de normalización de la política monetaria en las economías avanzadas. Sin embargo, aspectos políticos vinculados a la estrategia monetaria y la situación fiscal en algunos países europeos podrían generar cambios. En este marco, no es de descartar la ocurrencia de episodios de mayor volatilidad que la anticipada en los mercados financieros globales. Al mismo tiempo, las vulnerabilidades macro-financieras de algunas de las principales economías emergentes parecen haberse acrecentado en el margen y podrían determinar un menor dinamismo económico de las mismas, con repercusión global.

La situación regional se deterioró de manera importante desde la última reunión del Comité del mes de mayo, acentuando los desequilibrios macroeconómicos en un marco de fuerte tensión social. En Brasil se aguarda la hoja de ruta del nuevo gobierno tendiente a mejorar la deteriorada situación fiscal en ese país. En Argentina, el acuerdo stand by vigente con el FMI procura brindar un ancla para las expectativas y facilitar la reducción de los desequilibrios macroeconómicos, al tiempo que implica desafíos exigentes para su cumplimiento.

A pesar del deterioro en el contexto externo, cuya intensidad se ha incrementado recientemente, los factores de riesgo que podrían derivar en un deterioro de la situación macroeconómica doméstica se mantienen acotados. Las autoridades económicas continúan trabajando para asegurar la sostenibilidad de las cuentas públicas a mediano plazo y complementar las otras capacidades para la gestión de riesgos con que cuenta el país: la flexibilidad cambiaria, el nivel de reservas internacionales, la estructura de endeudamiento, las líneas de crédito precautorio en el sector público y la disminución de descalces financieros en el sector privado, entre otras. Los indicadores de los usuarios de crédito, tales como el endeudamiento a ingresos, se mantienen en niveles adecuados; en tanto, los de solvencia, liquidez y riesgo de tipo de cambio implícito del sector bancario son buenos. La morosidad continuó estable a lo largo de 2018, aunque persisten algunos sectores con perspectivas productivas heterogéneas donde los indicadores de morosidad han desmejorando en lo más reciente. No obstante ello, el nivel de previsiones bancarias por incobrabilidad es adecuado, al tiempo que las partes involucradas cuentan con capacidades financieras para manejar este riesgo.

Una vez evaluados los factores de riesgo se concluyó que el más relevante es el vinculado a la región. De todas formas, la materialización de los riesgos identificados no tendría impactos significativos sobre la estabilidad del sistema financiero doméstico. Esto se debe a la solidez del propio sistema, a su baja exposición a los riesgos identificados, así como a la naturaleza de los mismos y a las capacidades de la economía uruguaya para su gestión. El mapa de riesgos para la estabilidad financiera en Uruguay no muestra, entonces, señales de alerta ya que por su naturaleza, probabilidad de ocurrencia, impacto potencial y capacidades de gestión, los riesgos identificados podrían ser procesados por el propio sistema financiero sin ocasionar perturbaciones de carácter sistémico.

La situación del sistema financiero doméstico y los riesgos para su estabilidad continuará siendo monitoreada por el Comité en el lapso que medie hasta su próxima reunión, fijada para el mes de abril de 2019.

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