Pilares inclusión financiera

Equilibrio entre incentivos, promoción de la competencia y regulación

El coordinador del Programa de Inclusión Financiera, Martín Vallcorba, analizó, en un ciclo de charlas -organizado por Integra Uruguay en el Banco Central-, el contexto en el cual se desarrolla el proceso de inclusión financiera y su impacto en Uruguay.
Panel Martin Vallcorba

Vallcorba explicó que el punto de partida de Uruguay en el proceso de inclusión financiera fue con un rezago muy importante en el desarrollo de servicios financieros y con un atraso muy importante en el sistema de pagos, no solo en comparación con los países más desarrollados, sino también con los países de la región.

El coordinador del Programa enfatizó en que dicho rezago, dado en un contexto de innovación y desarrollo a nivel global, hacía “necesario implementar políticas públicas que permitieran romper con esa dinámica”.

Sobre el impacto que está teniendo el proceso de inclusión financiera, Vallcorba afirmó que se ha dado una transformación “clara” en el sistema de pagos y que Uruguay ha tenido un “crecimiento explosivo” de la utilización de la tarjeta de débito, de los instrumentos de dinero electrónicos y de las transferencias electrónicas. Explicó que estos instrumentos eran “virtualmente inexistentes” hace cuatro años atrás por falta de desarrollo de mercado, “falta de infraestructura” o por “desconocimiento” de los mismos. 

En el caso de las transferencias, afirmó que era un instrumento que estaba disponible desde el punto de vista tecnológico, pero que, las propias instituciones no habilitaban el diálogo tecnológico entre si y que cuando era habilitado, los costos eran extremadamente altos.

En ese sentido, afirmó que estos problemas se han logrado revertir y que hoy el uso de la tarjeta de débito “se ha multiplicado por 15” y que las transferencias electrónicas han tenido un crecimiento muy significativo, principalmente al comparar cantidad de transferencias. Informó que se está trabajando para que las transferencias no sean exclusivas de las entidades bancarias y que las mismas puedan ser realizadas desde y hacia otros actores como son las entidades emisoras de dinero electrónico.

Vallcorba enfatizó que entre los desafíos en la implementación del Programa se encuentra el de que el proceso se realice “de manera inclusiva”, que “incorpore no solo a los usuarios sino también a los comercios” sin que nadie quede al margen.

En este sentido, explicó que la política pública se apoyó en la generación de condiciones para que los comercios (sobre todo los de pequeños porte) se incorporen a este proceso del cual podrían haber quedado excluidos de no mediar la intervención de las políticas públicas.

Informó que, en ese camino, las políticas públicas han sido muy “intensas e importantes” y abocadas a  la reducción de costos, la generación de incentivos, la promoción del uso y la aceptación de los medios de pago electrónicos, logrando un “adecuado equilibrio entre el uso de incentivos, promoción de la competencia y regulación”.  

Para finalizar, Vallcorba manifestó que es “natural y lógico” que surjan resistencias a los cambios tecnológicos, por lo cual desde las políticas públicas se busca “un adecuado equilibrio en cómo se van procesando los cambios y las velocidades a las cuales vamos avanzando”, teniendo en cuenta diferentes factores como “los dilemas que las diferencias generacionales” pueden ir produciendo, indicó Vallcorba.

 

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