Gobierno está trabajando con más intensidad que nunca para resolver dificultades vinculadas a la inversión y al empleo
Por lo tanto vamos a hablar de política, porque de eso se trata cuando reflexionamos sobre la situación del país, el proceso que nos trajo hasta donde estamos hoy y lo que esperamos del futuro. Nada de esto cae del cielo. Se construye con conductas conscientes que operan sobre la realidad para modificarla en un sentido predeterminado. Y no se piense que por esta razón es el Estado y sus políticas públicas el factor fundamental y mucho menos el único para entender lo que ocurre en la práctica. La sociedad juega y juega mucho.
Son los seres humanos que la integran los que toman permanentemente decisiones que coincidiendo o no, con lo que intenta el Estado influyen significativamente sobre la realidad y los resultados que se observan al respecto. Y por supuesto también existen los factores fuera de control, como los que llamamos exógenos, o sea esos que ni el Estado ni la sociedad pueden alterar.
Todos ellos, Estado, sociedad, factores fuera de control son los que hay que tener en cuenta cuando se examina y un proceso político. El cuidado a tener es muy grande, pero lo es mucho más si se lo hace en un período electoral.
Las tentaciones de contaminar el análisis con la búsqueda de ventajas en las elecciones pueden llegar a ser muy grandes. y no lo podemos negar, ya están presentes entre nosotros. Por eso el esfuerzo a realizar para evitar esa contaminación es muy importante. Pero tenemos que hacerlo todos. Y cuando digo todos, esta tarea es así o no existe. Cuando digo todos me refiero al gobierno y también a quienes lícitamente, legítimamente discrepan con él. En el acierto o en el error estamos trabajando con mucha intensidad. Por eso con espíritu muy sincero, quiero comenzar manifestando mi desacuerdo con la afirmación de que el gobierno no tiene agenda, de que está agotado y se encuentra prácticamente en suspenso, en espera de la finalización de su mandato.
Quiero decirles que no solo no es correcta esta visión, sino que estamos trabajando con más intensidad que nunca, porque las dificultades han crecido, y los desafíos también La necesidad de corregir cosas ha aumentado y la necesidad de hacer nuevas cosas también ha aumentado. Por eso es que digo que estamos trabajando con mucha intensidad y que este compromiso lo cumpliremos hasta el último minuto del período político que se viene desarrollando.
Lamentablemente no es corta la lista de dificultades a las que hay que prestar atención, obviamente. Pero hoy preferiría concentrarme en los dos problemas económicos más importantes que tiene el Uruguay, y a su vez asociados entre sí. La debilidad de la inversión y los problemas de empleo. Ambas cosas a su vez, articuladas a la evidente desaceleración del crecimiento que ha tenido Uruguay en los últimos años.
El camino más genuino para volver a crecer más es una inversión pública, privada, nacional y del exterior con nivel y composición coherente con el nivel y calidad de empleo que se pretende alcanzar.
La economía creció 16 años consecutivos, y logró transitar un entorno extremadamente turbulento en la región, y especialmente de nuestros vecinos, Argentina y Brasil.
Aunque hay una caída evidente de la inversión en los últimos años, el revertir esta situación es nuestro desvelo actual porque repercute en el trabajo y la vida de la gente.
No se ha podido lograr hacer descender la trayectoria del déficit fiscal, y para ello es fundamental lograr mayores niveles de inversión y crecimiento.
A veces en la discusión pública parece que lo único que importara es el gasto. Bajar el gasto es tan conveniente como subir los ingresos. Los ingresos se suben produciendo e invirtiendo más.
El país ha consolidado un nivel de inflación moderada y sostenible.
Procuremos aportar todos a tener un país cada vez mejor. No significa que estemos de acuerdo en todo. Aportaríamos poco si venimos hasta aquí a decir que está todo bien. Y quienes discrepan aportarían poco si sostienen que está todo mal y usando además términos muy fuertes como país hipotecado o postrado.
Nosotros aportaríamos poco si sostuviéramos que Uruguay nació el 1º de marzo de 2005 y que todos los cambios son obra nuestra. Y quienes discrepan aportarían poco si afirmaran que lo que se hizo sólo fue posible porque antes se preparó el camino para recorrerlo y por condiciones externas favorables.
Nosotros aportaríamos poco si confundiéramos dasacople en la región con inexpugnabilidad respecto a la situación del vecindario, y quienes discrepan aportarían poco si postulan la inexorabilidad de que Uruguay recorra el mismo camino que Argentina y Brasil.
Nosotros aportaríamos poco si pretendiéramos que no hubiera críticas a la política económica para evitar influencias negativas sobre expectativas y conductas, y quienes discrepan con nosotros aportarían poco si con esas críticas construyen un relato sistemático, de alta frecuencia pública y prescindiendo de un análisis riguroso de la realidad.
Todos tenemos contribuciones a realizar desde nuestras convicciones y el lugar que nos tocó ocupar en la vida. La tarea de la construcción colectiva es hermosa. No perdamos la oportunidad de participar en ella”, finalizó.