XXXVII Jornadas de Economía

Marcela Bensión: El objetivo de la regla fiscal es el bienestar social

La directora de Política Económica Marcela Bensión participó el pasado 19 de agosto, en el marco de las XXXVII Jornadas Anuales de Economía realizadas en el Banco Central del Uruguay, de un panel sobre "Reglas fiscales y precios de los commodities", junto a Mario Arend, Alfonso Capurro, Eduardo Morón y moderado por Gerardo Licandro.
Jornadas de Economía

Bensión comenzó su intervención resumiendo el proceso sobre la implementación del nuevo mecanismo: “Llevamos dos años de regla fiscal y pensábamos, cuando preparábamos esta presentación, que es la primera vez que la vamos a presentar en sociedad, como tal, en un foro abierto. Hemos hablado con el Consejo Fiscal Asesor, con el Comité de Expertos, la ministra de Economía (Azucena Arbeleche) ha hecho referencia a la regla fiscal implementada y a los resultados obtenidos, pero es la primera vez que realmente discutimos este tema en exclusividad”.

“¿Por qué entendimos que era necesaria la regla fiscal? La veíamos y la vemos como una necesidad de tener un marco de disciplina fiscal para lograr estabilidad macroeconómica y por lo tanto el bienestar de la población”, apuntó Bensión. “Hemos tenido que trabajar mucho el aspecto comunicacional, porque a veces es cierto que a los economistas nos critican que hablamos de nuestros temas y no logramos transmitirle a las personas y a la ciudadanía cuál es el beneficio para ellos. Por eso cuando hablamos de la regla fiscal, entendemos que es útil para cuidar el dinero de los uruguayos en un contexto como el uruguayo, de elevada carga tributaria y de elevado ratio de endeudamiento.  Eso obliga, seguramente más que otros países sin esas restricciones, a cuidar el gasto público porque hay límites para el incremento de impuestos, hay límites para el incremento de la deuda y entonces al cuidar ese dinero de los uruguayos. Eso nos permite sostener las políticas sociales fundamentalmente, aun en momentos de shocks negativos -como nos ocurrió en los últimos años con la pandemia- y nos permite generar inversión y empleo. Porque los inversores del mundo quieren ir a países que son seguros, que tienen grado inversor, que tienen estabilidad macroeconómica e institucional”, explicó la jerarca. Y añadió: “nos parece muy importante marcar este punto, porque es central del porqué de una regla fiscal”.

La directora de Política Económica agregó: “no había una regla fiscal en Uruguay, se ha discutido mucho eso. Existía una ley de tope de endeudamiento, nosotros entendemos que no existía como tal la regla fiscal como nosotros la visualizamos, que por ejemplo tiene que tener Consejos Fiscales externos, algo que afortunadamente logramos implementar”.

“De hecho, si uno mira los indicadores fiscales la realidad es que el comportamiento fiscal de la última década fue, sobre todo de los cinco años previos a la asunción de este gobierno, fue sumamente procíclicos. Y eso fue lo que terminó con suba impuestos en el año 2017 y otros instrumentos de política económica para revertir ese ese deterioro fiscal y también afectó la percepción de riesgo país que teníamos”, explicó. 

“Efectivamente la calificadora de riesgo Fitch, que es una de las principales agencias de calificación de riesgo, nos bajó en el 2018 la perspectiva de nuestra nota crediticia a negativa, a una nota que está en el mínimo nivel de grado inversor, BBB-, con lo cual, perder o bajar en esa nota hubiera implicado pasar de grado inversor a grado especulativo y eso básicamente tuvo que ver con ese deterioro de la situación fiscal”, indicó Bensión.

La directora remarcó que “preservar el grado inversor para nosotros es reducir el riesgo país y por lo tanto lo que la sociedad destina al pago de intereses de deuda, o sea que puede destinar más recursos a otras políticas. Salvar el grado inversor implica más inversión y más empleo para el Uruguay y preservar el grado inversor implica estabilidad en el precio de los títulos de deuda, muchos de los cuales son mantenidos por los fondos de pensión. Por lo tanto mantener el grado inversor también implica mantener la riqueza de los uruguayos y por eso es tan importante y tiene mucho que ver con la deuda. Y la deuda es al final el objetivo del instrumento, el indicador económico objetivo con esta regla fiscal”, recalcó.

Bensión explicó que la regla fiscal tiene tres pilares. “La implementamos a partir del 2020, y quedó plasmada en la de Ley de Urgente Consideración”, agregó.

Con anterioridad “había habido algunas propuestas legislativas para pasar a una regla fiscal que no habían prosperado, varios analistas habían propuesto que el país tuviera una regla fiscal y la ministra Arbeleche lo toma como uno de sus ejes de campaña”.

La jerarca subrayó que “el apoyo político, además del técnico, fue central y es central en la gestación de una regla fiscal, en su mantenimiento y preservación. En ese sentido el convencimiento de la ministra Arbeleche y particularmente el apoyo del presidente (Luis) Lacalle Pou fueron claves en los inicios de este proceso”.

“Hoy por suerte se han incorporado bastantes más colegas, pero me gustaría mencionar a los tres integrantes del Consejo Fiscal Asesor: Aldo Lema, Alfonso Capurro y Ana Foster, a Rodrigo Areal y Bernardo Layerle y Herman Kamil -del Ministerio Economía y Finanzas-, Leonardo Vicente y el grupo de Sarmiento, también dentro del Banco Central que nos ayudaron en los inicios a pensar estos temas y habían escrito varios papers sobre el tema de la brecha PIB y por supuesto al Comité de Expertos y a BID, que nos apoyó también en este proceso” narró Bensión.

“Como decíamos tiene tres pilares la regla fiscal: el primero es el resultado fiscal estructural, es decir el resultado fiscal efectivo corregido por ciclo y por ingresos y egresos extraordinarios. El segundo pilar es el tope de gasto primario, que está atado, en términos reales, a lo que estimamos es el PIB potencial. O sea, el gasto primario no puede crecer más allá de lo que se estima que es el PIB potencial. En los primeros dos años (2020 y 2021) no teníamos la información de los consejos externos y por lo tanto el Ministerio de Economía y Finanzas había hecho una estimación del PIB potencial que resultaba en 2,3% real. Luego de tener el Comité de Expertos se transformó en 2,1 y eso fue lo que utilizamos para este segundo pilar”, indicó.

“Y luego el tercer pilar, que es el tope de endeudamiento neto, que es el único que está por ley, los otros dos son metas indicativas, no están establecidos normativamente. El tope de endeudamiento neto sí lo está y que es el que de alguna manera nos ayuda a cuidar ese ratio de deuda que tanto incide en la calificación de riesgo y en todo lo que estábamos hablando”, dijo Bensión.

“Y aquí este pilar del endeudamiento neto del que básicamente tomamos el flujo, es decir, la variación de la deuda en el año, discutimos mucho si poner el stock de deuda, y finalmente resolvimos no ponerlo porque entendíamos que era exponer a todo el stock de deuda, la mitad de la cual está moneda extranjera, a la variación del tipo de cambio. Entonces entendíamos que ahí va a haber distorsiones muy grandes y que por lo tanto el mejor indicador para recoger el endeudamiento en la regla fiscal era el endeudamiento neto. Y obviamente cambiamos también lo que existía anteriormente como tope de deuda porque estamos expresando ese tope de endeudamiento en dólares porque más intuitivo para los inversores y porque de alguna manera tiene un carácter contracíclico, que nos parecía bien interesante”, explicó.

La directora remarcó que “otro aspecto relevante fue que consideramos solamente el perímetro Gobierno Central-BPS. Anteriormente en el tope de deuda que se consideraba estaba el Gobierno Central-BPS, las empresas públicas, el Banco Central; nosotros entendimos que era importante diferenciar porque el Banco Central estaba yendo por un camino de refuerzo de institucionalidad propio y lo mismo las empresas públicas, con lo cual nos parecía que correspondía dejar esta regla fiscal con el perímetro Gobierno Central-BPS”.

“Como decíamos, el objetivo de la regla fiscal es el bienestar social, eso quedó claro, pero a los efectos de indicadores económicos por supuesto que estos tres pilares son instrumentos intermedios para un objetivo mayor final que es la estabilización de la deuda. Así nos lo planteamos en el 2020 cuando creamos esta regla fiscal y básicamente teníamos el objetivo de estabilizar la deuda, que había subido mucho, como vimos, en los años previos a la asunción de este gobierno y que con la pandemia subió aun más y eso es lo que hemos estado de alguna manera logrando. De hecho, logramos el año pasado bajar el ratio de deuda tanto bruta como neta. En el caso de la neta que está en el entorno del 56% la hemos logrado bajar a 55% del PIB, y nuestras proyecciones hoy del escenario base son llegar en el 2026 a nivel endeudamiento en el entorno de 53 o 54 por ciento del PIB (estamos hablando de deuda neta)”, remarcó. 

La jerarca añadió que “un aspecto bien interesante que el otro día surgió en un seminario internacional sobre tema regla fiscal  y es que obviamente es muy difícil cumplir al mismo tiempo los tres pilares porque tienen factores diversos que los afectan, con lo cual nuestro criterio obviamente es en esta regla, monitorear los tres pilares en simultáneo y preservar el más restrictivo, que puede ser un año el endeudamiento neto, otro año puede llegar a ser el gasto primario, otro año puedes llegar a ser el resultado fiscal estructural”.

“Otro aspecto que me gustaría mencionar es lo que hemos llamado la nueva institucionalidad fiscal, porque abarca no solamente esta regla fiscal, sino también los consejos externos, tanto el Consejo Fiscal Asesor como el Comité de Expertos”, añadió Bensión.

“Otro aspecto de la nueva institucionalidad fiscal es la transparencia. Creamos un sitio web en la página del Ministerio de Economía y Finanzas, ahí hacemos las publicaciones de los informes, de las metodologías, recientemente publicamos lo que entendemos como partidas extraordinarias para depurar el resultado efectivo y llegar al estructural. Otro aspecto de la nueva institucionalidad fiscal es que agregamos una instancia de rendición de cuentas, a la ya legal que hay en junio de cada año. En febrero la ministra de Economía presenta, con el dato fiscal cerrado, las cifras fiscales y presenta las nuevas proyecciones macroeconómicas y creemos que es positivo a los efectos de la comunicación”, señaló la directora de Política Económica.

“Otro aspecto institucional fue que en cada rendición de cuentas presentamos proyecciones cinco años para adelante, independientemente de cuándo termine el ciclo de nuestro gobierno, porque nos parece importante hacer la proyección pasiva hacia delante, para darle un horizonte mayor a los inversores”, subrayó.

Para terminar, la jerarca mencionó “algunos desafíos que tenemos para adelante: consolidar la institucionalidad fiscal, a nivel de los analistas, a nivel del sistema político y a nivel de la ciudadanía”.

 

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